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Actores locales detallaron los alcances de la aprobación del PRC

VALPARAÍSO. Autoridades valoraron la creación de nuevas reglas en sectores que no contaban con protección.
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Paolo Navia S.

Tras la publicación en el Diario Oficial, la modificación parcial al Plan Regulador Comunal (PRC) de Valparaíso quedó zanjada luego de un inédito proceso de participación ciudadana liderado por la Secretaría Comunal de Planificación (Secpla) del municipio porteño.

La propuesta de modificación fue aprobada por la Seremi del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), organismo que realizó varias observaciones al procedimiento, las que fueron aclaradas de manera acertada por los equipos técnicos municipales a cargo del proceso.

En concreto, la modificación parcial del Plan Regulador Comunal definió, entre otros puntos, las alturas máximas para las edificaciones en dos polígonos de Valparaíso que anteriormente no contaban con ningún tipo de regulación vinculada con la edificación de todo tipo de construcciones, generando normas de urbanización basadas en alturas máximas de 7, 9 y 12 metros.

Además, la nueva norma que guiará el instrumento de planificación urbana definió nuevas áreas verdes para la Ciudad Puerto, siendo el sector de la quebrada de Cabritería el más beneficiado tras establecerse una nueva área que se extenderá desde los cerros Placeres, Barón y Rodelillo y hasta prácticamente el plan de Valparaíso.

A su vez, esta modificación considera la identificación y protección de barrios como Zonas de Conservación Histórica, permitiendo resguardar estos sectores a través de sus características geográficas, urbanas, arquitectónicas y sociales.

En este sentido, el polígono 1 incluye los sectores de la parte alta de los cerros La Cañas, La Cruz, Mariposas, El Litre y Florida, siendo 11.656 los habitantes de dichos sectores que se beneficiarán con la modificación parcial del PRC. Por su parte, el polígono 2 abarcará las partes altas de los cerros Esperanza, Placeres, Rodelillo, Rocuant, San Roque, Barón y Las Delicias, totalizando una población de 69.269 habitantes.

"Orientados por el proyecto de la alcaldía ciudadana, pudimos poner el instrumento del gobierno local al servicio de los intereses de los habitantes de los barrios que tenían problemas y urgencias que resolver", precisó Tania Madriaga, directora de la Secpla de Valparaíso, quien agregó que "estos son procesos complejos porque tienen una dimensión técnica que es muy especializada, pero que el esfuerzo que hicimos fue poder conectarla con ese sentido que los vecinos querían transmitir, en lo que ellos querían proteger, pero creemos que es un ejemplo de lo que los gobiernos locales pueden hacer, pues sabíamos que nos están mirando desde todos los municipios y queremos regalarle este triunfo a los vecinos, quienes son sus protagonistas".

Por su parte, el presidente de la Cámara de la Construcción (CChC) de Valparaíso, Juan Armando Vicuña, también hizo un análisis en torno a la aprobación de la modificación parcial del PRC y de las nuevas restricciones con las que contarán los polígonos antes mencionados.

En este punto, Vicuña se mostró ilusionado con la conformación del PRC definitivo, tomando en cuenta el buen trabajo que se generó para la puesta en marcha de la modificación parcial.

"Esperamos que se avance en la elaboración del PRC definitivo para Valparaíso y que para ello se generen nuevas instancias diálogo sobre el modelo de desarrollo urbano de la ciudad, fundado sobre la base de una planificación integrada e inclusiva, como la que promovemos en nuestro estudio Visión de Ciudad para Valparaíso", argumentó el presidente de la CChC porteña.

En este sentido, y sobre las nuevas reglas de urbanización que se generarán a raíz de la modificación parcial del PRC, Vicuña comentó que "Valparaíso es la tercera ciudad del país con mayor déficit habitacional y la oferta de nuevas viviendas genera un proceso de movilidad que favorece a todos los sectores sociales. Por lo mismo, es muy importante considerar espacio para construir el equipamiento, los servicios y la infraestructura para la movilidad y la seguridad de los porteños, lo que es central para su calidad de vida. Y también entender que lo que ocurre en la ciudad impacta toda el Área Metropolitana de Valparaíso y por eso la planificación debe ser integral y de largo plazo".

También comentó la modificación el concejal Carlos Bannen (UDI), quien a pesar de no compartir la trinchera política del alcalde Sharp, puntualizó que "acá dio fruto el trabajo por meses de la administración y de todos los concejales para regular las construcciones en alturas en aquella zona de la ciudad donde había un mayor impacto".

En tanto, el diputado Marcelo Díaz (PS) expuso que "este nuevo Plan Regulador Comunal permite que cualquier proyecto inmobiliario, por ejemplo, sea acorde con la identidad y por sobre todo con el respeto que se merece las porteñas y los porteños".

"Orientados por el proyecto de la alcaldía ciudadana, pudimos poner el instrumento del gobierno local al servicio de los intereses de los habitantes de los barrios que tenían problemas y urgencias que resolver"

Tania Madriaga, Directora de la Secpla de Valparaíso"

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"Es muy importante considerar espacio para construir el equipamiento, los servicios y la infraestructura para la movilidad y la seguridad de los porteños, lo que es central para su calidad de vida"

Juan Armando Vicuña Presidente CChC de Valparaíso"

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La hora de un proyecto de ciudad

Una masa crítica que ve más allá de su patio trasero y que cree en una sana politización ciudadana a partir de aunar miradas ciento por ciento locales, es el bastión para ir a dialogar a La Moneda y volver con logros, los que deberían reencantar a las bases.
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El año 2006, en las aulas de Arquitectura, surgía el siguiente debate: "No es un proyecto EN la ciudad. Lo que Valparaíso necesita es un proyecto ¡DE ciudad!.." La regeneración social y económica, frente a la decadencia y el despoblamiento, requería de una reforma urbana.

Días después, un profesor llegaba con el video corporativo del plan de expansión portuaria. Se apreciaba renderizada una plataforma de acopio de contendores desde San Mateo hasta Portales, con el Mall Barón en medio. ¿Un proyecto de ciudad? Aparentemente, pero sin atributos fundamentales: una reforma urbana requiere una masa crítica como parte del proceso.

Tiempo después las métricas portuarias cojeaban. La sigilosa licitación del Terminal 2 contrastaba con una socialización estridente del mall Barón. Ante la incertidumbre, en 2011 realizamos en Plan Cerro unos fotomontajes del Terminal 2 que le entregamos al alcalde Castro. Pero nada. Al año siguiente, un desconocido Daniel Morales nos invitaba exponer "proyectos de Valparaíso" en la Bienal de Arquitectura de Santiago. Terminamos realizando el documental Ciudad para Porteños-Puerto para Ciudadanos.

En 2013 el Terminal 2 fichó concesionario. Y en 2014 la ciudad ardió bajo el incendio más grande de su historia. La asfixia por construir un proyecto de ciudad llegaba hasta los cerros. Desde las bases ciudadanas hacia la política pública y no al revés. Esto decantó en una comunión de expectativas tan virtuosa y vertiginosa que levantó las primarias autoconvocadas para las municipales de 2016.

El triunfo de Sharp fue el fruto prematuro de esta politización ciudadana en ciernes. Como la maduración de una masa crítica requiere de años, perfilar equipos y luego soluciones en base a puro entusiasmo, sería un milagro. La sorpresa vino cuando surgió aquel trenzado con otro proceso mayor de directrices más complejas propias del frenteamplismo, que cruzarían las bases ciudadanas de la alcaldía. Surgió la desorientación natural en quienes precedían al nuevo actor político. El discurso local se encriptó, dando paso a uno más ecuménico, el del derecho a la ciudad.

Gracias a este proceso, hoy Valparaíso es un referente político en el país. Una evolución inversamente proporcional a la que sufre el plan maestro portuario. En los temas de fondo hay más miradas comunes sobre el conjunto. Pero en la forma, el proceso local ha visto mermado su aporte, dada la ramificación de convicciones y certezas de sus gestores, lo que debiera revertirse.

El posicionamiento político de Sharp es la mejor herramienta para destrabar un proyecto de ciudad. La demanda de una nueva relación con el puerto es tan añeja como el origen de su decadencia y se sostiene en una discusión de varias décadas. Una masa crítica que ve más allá de su patio trasero y que cree en una sana politización ciudadana a partir de aunar miradas ciento por ciento locales, es el bastión para ir a dialogar a La Moneda y volver con logros, los que deberían reencantar a las bases y reivindicar el proceso hacia el proyecto de ciudad.

Asociación de Arquitectos

y Profesionales por el

Patrimonio de Valparaíso

Gonzalo Undurraga