Cuando en el año 2020 se cumpla medio siglo desde que la empresa Arauco instaló su primera planta de celulosa en Chile, en la provincia del mismo nombre, y se cierre aquella pionera primera línea de producción, también se abrirá la nueva Línea 3 que la proyecta como una de las mayores productoras de pulpa del mundo por los siguientes 50 años. Pero el pasado 25 de julio también marcará un punto de inflexión en su historia con la aprobación, por parte del directorio de la compañía, de la Modernización y Ampliación de la Planta Arauco o proyecto Mapa, con una inversión de US$2.350 millones, la mayor en la historia de la forestal del Grupo Angelini y de la propia Región.

La idea se gestó hace ya más de una década y, según detalla en esta entrevista Charles Kimber, gerente de Asuntos Corporativos y Comerciales de Arauco, el proyecto de ampliar la capacidad de la planta de celulosa Horcones viene del 2005-2006. Esto, "producto de pensar como continúa nuestro crecimiento en Chile, post Nueva Aldea y, dado que teníamos los bosques plantados en la zona de Arauco, sabíamos, de acuerdo a nuestros modelos de crecimiento predictivo, que íbamos a tener fibra disponible para hacer algo". En esos años el proyecto ni siquiera tenía nombre.

Idea que toma fuerza

Fue luego del terremoto de febrero de 2010, tras el daño que afectó a la Línea 2, que la idea tomó más fuerza. Ahí las dudas eran o reparar esa línea o crecer con una tercera. Una buena forma de crecer era detener la línea 1 y hacer modificaciones y mejoras ambientales para la línea 2, precisa Kimber. Hasta entonces, esa discusión era puertas adentro. Pero también había que pensar en cómo internalizar la iniciativa con la comunidad, en momentos en que la misma Celco había sido cuestionada por el episodio del río Cruces, en Valdivia, y se generó mayor sensibilidad y empoderamiento ciudadano.

La tendencia de moda en aquel entonces era la de "Valor Compartido", teoría del profesor de Harvard Michael Porter, que propone al mundo empresarial renovar procesos y actividades de negocios tomando en cuenta el entorno social en el que se desempeña. Kimber precisa que por ello se contrató a la consultora FSG, de Porter, con el fin de detectar las oportunidades de creación de valor compartido en el territorio de Arauco, con los distintos programas de responsabilidad social y de sostenibilidad que ya tenían en práctica como base. De ahí nacieron iniciativas como el Programa Vivienda de Trabajadores, Somos Socios y la formación técnica para la gente que trabaje en el Vivero Horcones, ya en producción. "Todo esto sabiendo que para un proyecto como Mapa teníamos que tener una muy buena consideración de lo social y no sólo una mejora técnica y ambiental", dice Kimber.

Este nuevo estándar en el proceso de participación ciudadana que se llevó a cabo los años 2011 y 2012 se implementó con el modelo de las Casas Abiertas. Además, se trajo el conocimiento que se tenía de Nueva Aldea en iniciativas de investigación y monitoreo donde entró a jugar el rol del Programa de Estudios Ecosistémicos del Golfo de Arauco (Prega), en conjunto con la Universidad de Concepción.

Relaciones comunitarias

"La idea era no sólo informar sobre el proyecto, sino que trabajar con la comunidad donde podíamos ser un aporte. Eso fue lo que nos permitió enriquecer los antecedentes para realizar el Estudio de Impacto Ambiental y que este fuera aprobado por unanimidad en febrero de 2014", recuerda. Este fue el primer proyecto que incluyó una consulta indígena. Se establecieron convenios con 26 comunidades y 10 asociaciones indígenas, todo lo que se incorporó en la Resolución de Calificación Ambiental (RCA).

- Cuando el proyecto, con la RCA aprobada, se judicializó, ¿se pensó en algún momento en desistir, en hacerlo en otra parte?

-Se corrió el riesgo de que hubiesen entrado otros actores no en Chile, sino que en el mundo, a construir plantas de celulosa (China y Brasil), lo cual hubiese creado una condición de mercado más desfavorable. Afortunadamente eso no sucedió y uno, en estos proyectos que son de largo plazo, tampoco tiene que tomar decisiones apresuradas. Las oportunidades se pueden dar más adelante, pero en general no es muy común que una empresa pueda desarrollar un negocio tomándose tanto tiempo. Pero siempre, incluso en los momentos más difíciles del proceso judicial que se seguía en contra del Estado de Chile, porque recordemos que el proceso era en contra del SEA, mantuvimos que era un proyecto muy bueno, que cumplía con excelentes condiciones y que la empresa estaba muy interesada en desarrollarlo. Ahora, el hecho de que el mercado internacional haya mejorado en los últimos meses ayudó a que pudiésemos tomar la decisión hoy, porque es importante el financiamiento. Los buenos precios nos han permitido generar una caja para poder contribuir hacia el financiamiento. Tendremos que tomar algo de deuda, pero lo estamos haciendo con una posición de caja más favorable.

-¿Qué espera la compañía de la Región donde se realizará el proyecto, como adjudicataria de una inversión de esta envergadura?

-Este es un proyecto grande que requiere de la participación de muchos actores, de empresas contratistas, de constructoras, de proveedoras de servicios, de todo el encadenamiento productivo que hay detrás de una gran obra y esto va a requerir del esfuerzo de mucha gente. Esto no es sólo el esfuerzo de una compañía, esto lo tenemos que construir entre muchos. La noticia ha tenido una muy buena recepción y está la voluntad de las autoridades políticas y del sector público de querer ayudar en esto. Un buen ejemplo es el ámbito laboral, porque se va a requerir mucha gente para el periodo de construcción, en promedio unas 5 mil personas, con un peak de 8 mil; por lo tanto, hay que trabajar en protocolos de contratación, procesos de inducción, en implementar herramientas de formación, y eso lo tenemos que hacer entre un conjunto de instituciones, de los CFT y que se haga lo mejor desde el punto de vista de coordinación y articulación, de manera que después del periodo de construcción queden instaladas ciertas capacidades. Esa es una manera de que no solamente podamos decir que se construyó una muy buena fábrica, sino que también se construyeron capacidades para que las personas puedan desarrollarse en otro nivel de la economía.

- ¿Cuáles aportes del proyecto cree que tendrán más impacto?

-La actividad se va a revitalizar y la inclinación es que las distintas empresas, los emprendedores, los empresarios y los trabajadores vean esto como un periodo de oportunidad y estén atentos y deseosos de tomarlas. Estas oportunidades no las entrega el Estado ni empresas grandes, se presentan y aquí lo importante es que las personas quieran ser parte de ese desarrollo. Nosotros buscar formas de facilitar ciertos procesos, qué cosas nuevas se necesitan que no están, cómo aportar en el diseño de soluciones.

-¿El Presidente Piñera quiso venir a conocer en terreno el proyecto o ustedes lo invitaron?

-Esa fue una iniciativa de Presidencia, en el marco de la visita que estaban haciendo a las regiones y quisieron incluir la visita, que se concentró en el Vivero Horcones.

-¿Qué puede compartir de cómo le pareció el proyecto al Presidente?

-No tengo ninguna infidencia, nada especial, pero la visita del Presidente fue muy buena, había un día soleado, fue muy bien recibido por los trabajadores, especialmente del área del vivero. Él estaba de muy buen ánimo, muy interesado, enchufado con lo que estaba viendo, lo que es un muy buen espaldarazo al proyecto, así que estamos muy contentos que se haya tomado el tiempo de haber ido y de haber estado con la gente, principalmente.

"Se corrió el riesgo de que hubiesen entrado otros actores no en Chile, sino en el mundo, a construir plantas de celulosa (China y Brasil), lo cual hubiese creado una condición de mercado más desfavorable""

trabajadores requerirá la construcción de Mapa en su peak. 8 mil