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ENTREVISTA. Belisario Velasco, integrante de "La carta de los 13" que condenó el golpe y que firmó junto a Andrés Aylwin:

"Para dar vuelta la hoja y vivir en paz, quienes saben deben decir dónde están los desaparecidos"

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Paola Passig

"Fuimos amigos por más de 50 años", confiesa el exdirigente histórico del PDC, Belisario Belasco, al recordar los momentos que compartió con el fallecido exdiputado y defensor de los DD.HH., Andrés Aylwin. También cuando fueron relegados juntos a Chucuyo, cerca de Putre. La delicada salud de Aylwin, quien padecía una afección al pulmón, aceleró su regreso a Santiago.

Quien fuera exsubsecretario del Interior de Patricio Aylwin reconoce que el legado de Andrés será "humanidad, mística, consecuencia".

- ¿Cómo se redactó la carta?

- Bueno, eran momentos difíciles. Muy distinto a lo que sucede hoy en democracia. Hoy se puede analizar, criticar, condenar sin que a uno le pase nada salvo que infrinja ley, y para eso están los tribunales. Pero en ese tiempo decir lo que dijimos en esa carta, eran palabras mayores. Se hablaba de que nos iban a fusilar, pero bueno, firmamos 13, de los cuales vamos quedando 5, pero fue una declaración que había que hacer, primero para salvar el principio humanista de la DC y, segundo, para dar una esperanza a todos los chilenos que, aunque pensábamos que esto será muy largo, iba a tener una solución si los que realmente éramos demócratas nos juntábamos y trabajábamos bajo ese principio democrático y no por la fuerza.

- ¿Tuvieron miedo de firmar esa declaración?

- Como le dije, se hablaba que nos iban a fusilar y creo que fue una de las razones por las que muchos otros no la suscribieron, pero nosotros estábamos muy convencidos de nuestra posición, porque es mejor morir de pie que vivir de rodillas.

- Siempre se ha señalado que el PDC al inicio tuvo una actitud de apoyo al golpe de Estado, de cierta complicidad. ¿Esta carta salvó el honor de la DC?

- Efectivamente, la directiva del partido, presidido por Patricio Aylwin, contemporizó con el golpe militar y en su declaración le deseó éxito al país. En fin. En cambio la nuestra condenaba categóricamente el golpe militar y la muerte del entonces Presidente Salvador Allende. Eran dos posiciones absolutamente discrepantes. Sin embargo, elegido después Presidente, Patricio Aylwin con casi el 57% de los votos, en un libro que sacó y que se llama "El reencuentro de los demócratas", reconoce que la declaración que debió sacar el partido debió haber sido similar a la que sacó el grupo de los 13, como nos llamaban a quienes habíamos condenado el golpe. Reconoció que la carta de ellos había sido un error, en especial en el tema de DD.HH., donde no podían hacer nada. Pero Patricio Aylwin dejó como legado un gran gobierno.

- ¿Cuál es la impronta que Andrés Aylwin le hereda a Chile?

- Él fue un gran humanista. Un gran jefe de familia, esposo, padre y que predicó con su ejemplo. Fue abogado, miembro de la Vicaría de la Solidaridad; se jugó su vida y su libertad. De hecho, estuvimos relegados juntos en Chucuyo (comuna de Putre, Provincia de Parinacota) por defender los derechos de los trabajadores y de los que no tenían voz. Y como abogado presentó numerosos escritos ante la Corte de Apelaciones e incluso ante la Corte Suprema. En aquel entonces estábamos en dictadura sin mayores efectos y él se la jugó por quienes necesitaban un abogado o una persona que interviniera por ellos. Andrés, de quien fui amigo durante 50 años, deja un legado de humanidad tremendo y así lo va a recordar el partido y todos quienes lo conocieron.

- ¿Es una figura que le puede imprimir mística a un partido que no pasa por su mejor momento y también imprimir mística a una oposición en riesgo de colisión?

- Su vida fue muy espiritual y la mística fue una de las cosas que dirigió su actuar en la vida. Ese es su legado: espíritu, mística, lealtad, jugarse por los demás.

- ¿Qué le parece la polémica que se generó a partir del Museo de la Memoria y que el oficialismo hable de la necesidad de poner en contexto lo que pasó en materia de DD.HH.?

- La importancia del Museo de la Memoria es clarísima. Se trata de lo que sucedió. Ahora, el contexto de por qué sucedió lo que sucedió, pues con ese predicamento podemos remontarnos a la guerra de la Independencia. Hemos tenido asesinatos como, por ejemplo, el del general René Schneider, quien era el comandante en jefe del Ejército, o el asesinato de Edmundo Pérez Zujovic. También tuvimos levantamientos mucho antes y, bueno, si se quiere hacer un Museo de la Historia, hagamos un Museo de la Historia de Chile, desde la Independencia hasta el periodo que abarca el Museo de la Memoria, pero son dos cosas distintas y no hay que confundirlos.

- ¿Se refiere al Museo de la Democracia?

- Claro. En Chile, con la salvedad de los 17 años de Pinochet y un par de años de Carlos Ibáñez del Campo en los años 30, ha imperado la democracia. En 1891 tuvimos un enfrentamiento entre los balmacedistas y los partidarios del Congreso, donde hubo muchos muertos. Pero insisto, el resto del tiempo Chile ha sido una democracia; con defectos, con problemas, incluso con problemas que todavía tenemos que superar, pero si se quiere hacer un Museo de la Historia de Chile, está bien. Y pueden hacer tres o cuatro museos, pero el Museo de la Memoria no tiene nada que ver con el Museo de la Historia ni el contexto.

- Se acerca un nuevo 11 de septiembre y encuentra un país nuevamente enfrentado en materia de DD. HH. ¿Cómo ve la conmemoración de los 45 años del golpe?

- Indudablemente que aquí hay opiniones. En el propio Chile Vamos hay partidos mayoritarios, que son RN y la UDI, y dentro del gremialismo hay partidarios del Régimen Militar y lo han expresado públicamente. Incluso en el Congreso. Existe también lo que el Presidente Sebastián Piñera llamó cómplices pasivos. Entonces, hay discrepancias en la propia derecha.

- Le habrá dolido a Andrés Aylwin la polémica desatada por el tema de los DD.HH. y lo que muchos consideran relativización de esas violaciones?

- Siempre estuvo preocupado del tema. En todo momento. Y como le decía, lo que va a haber en el país, especialmente en la derecha, es una división muy grande entre los que fueron actores y responsables directos de las brutalidades que se cometieron en materia de DD.HH. y los que fueron cómplices pasivos. Y cómplices pasivos hay muchos que no sé qué pensarán cuando ya la propia Corte Suprema, por mayoría absoluta, aprobó tantos fallos que condenan a cadena perpetua o a muchísimos años; hay uno que le dieron 622 años de condena. Entonces, los cómplices pasivos no sé qué pensarán. Cómo decía Mónica Madariaga, ¿estarían en una burbuja? Porque cómo no iban a saber que faltaban más de 4.000 mil chilenos, que había 25 mil torturados y que había 250 mil que habían perdido sus hogares. No puede ser. Por eso que el Museo de la Memoria es para que aquello no ocurra nunca más.

- La situación que afectó al exministro de Cultura pareció mostrar que la división entre los chilenos aún subsiste, que sigue latente...

- Nosotros somos partidarios de que las cosas se superen. Lo ideal sería que aquellos que están presos o aquellos que saben o manejan información digan dónde están los cadáveres de las personas desaparecidas. Eso sería un gran gesto para que en este país pudiéramos dar vuelta la hoja y así poder vivir en paz.

"Se hablaba que nos iban a fusilar y creo que fue una de las razones por las que muchos otros no la suscribieron, pero nosotros estábamos muy convencidos de nuestra posición, porque es mejor morir de pie que vivir de rodillas" "La importancia del Museo de la Memoria es clarísima. Se trata de lo que sucedió. Ahora, el contexto de por qué sucedió lo que sucedió, pues con ese predicamento podemos remontarnos a la guerra de la Independencia""

"Va a haber en el país una división muy grande entre los que fueron actores y responsables directos de las violaciones de DD.HH. y los que fueron cómplices pasivos""