Poco después del mediodía de ayer y una vez finalizado el entrenamiento matutino, Everton emprendió rumbo a Santiago en bus para tomar el avión que trasladó al plantel hasta Temuco.

Los oro y cielo viajaron cargados de ilusión y optimismo pensando en mantener esta racha positiva de dos partidos sin perder luego del triunfo sobre Universidad de Concepción y el empate con Huachipato.

Si bien muchos han hecho hincapié en que se trata de un partido de vida o muerte, al tratarse de un rival directo para los viñamarinos, lo cierto es que el propio entrenador Javier Torrente le restó importancia al compromiso, aunque de todas formas el técnico argentino es consciente de la necesidad de seguir sumando, por lo menos una unidad.

A siete puntos de distancia de Deportes Temuco, que se ubica en la decimotercera plaza del campeonato nacional, una victoria esta tarde en el Germán Becker podría dejar al conjunto auriazul en una expectante posición dentro del complejo escenario que todavía tiene al equipo en zona de descenso a Primera B.

A todas luces no será una tarea sencilla. Desde que el adiestrador Miguel Ponce tomó las riendas del elenco temuquense a mitad de temporada, la institución presidida por Marcelo Salas se mantiene invicta en el torneo con tres empates y dos victorias, considerando además un buen desempeño a nivel internacional luego de vencer, al menos en cancha, a San Lorenzo de Almagro en Argentina y en Chile por la Copa Sudamericana.

Envalentonados con tales resultados, en el conjunto de la Araucanía esperan conseguir el despegue definitivo a costa de Everton para replantearse los objetivos y quizá incluso llegar a ilusionarse con una posible clasificación a alguna copa internacional el próximo año.

Es parte del nuevo desafío que afrontarán los oro y cielo, esta vez en condición de visitantes, donde en esta segunda rueda han sumado un empate y una derrota. Hoy, quizá más que nunca, urge un triunfo de forastero.