Claudio Ramírez
La industria de los cruceros parece vivir un nuevo aire en el país y específicamente en la región, pese a los conflictos que afectaron el rol de Valparaíso en esta industria. De hecho para la temporada que se inicia en octubre el enclave aumentará sus recaladas en un 62%.
Ello se suma a otras iniciativas que están en curso como el muelle de cruceros, la ruta patrimonial entre Valparaíso y Panamá, y la discusión legislativa sobre la apertura del cabotaje de pasajeros. "Tenemos 4 mil kilómetros de costa y hay que aprovechar eso", comenta el gerente general del grupo de empresas ISM, dedicadas al área de capacitación, turismo y selección de personal de cruceros por más de tres décadas en Valparaíso.
Recuerda que en el momento peak de los cruceros en la región se embarcaban cerca de 400 tripulantes para trabajar en las naves, cifra que cayó y que hoy lentamente se recupera llegando cerca de las 250.
- Los números confirman que la industria de cruceros está recuperándose.
- Diría que de alguna manera ha ido creciendo, pero muy desordenadamente con muchos problemas y hoy recién se está tratando de realizar lo que se debería haber hecho hace unos 15 años. Lo que perdimos a manos de nuestros vecinos argentinos es difícil de recuperar, por ejemplo Ushuaia tiene 180 recaladas en promedio y Punta Arenas recién está llegando a 100. Hace dos décadas Ushuaia no tenía una sola pero el gobierno central argentino invirtió y creó toda una infraestructura portuaria y turística, y se llevaron los cruceros.
-La autoridad se está dando cuenta, entonces, de la importancia que tiene este sector para la economía.
-Si. Diría que es una de las cosas interesantes que ha hecho el gobierno del Presidente Piñera que ya en su ejercicio anterior y en éste, independiente de la cuestión política. Logró avanzar en lo que en su momento propusimos cuanto teníamos el clúster de cruceros en que había que ver el tema de los faros y balizas y de los casinos, entre otros.
-Qué le parece la posibilidad de desarrollar una ruta entre Valparaíso y Panamá.
- Es algo que se viene pensando hace muchos años. Me tocó estar en una reunión con el Presidente en que se habló del tema. Me parece que es una opción muy interesante, tenemos muchos puntos que se pueden tocar desde el punto de vista turístico y hay que aprovecharlo. El Atlántico tiene el sol y las playas de Brasil, y eso hizo que el tema explotara muy fuertemente en esa zona, y si uno hace una encuesta a los turistas, el Pacífico es Machu Pichu, pero Chile no aparece mucho.
- Es viable entonces para las líneas.
- Turísticamente hay atractivos potentes y económicamente un crucero tiene que ser de siete días para que sea rentable para los compañías. De más días no lo es, y por menos tiene que ser muy especial. Acá tiene que moverse el tema entre Chile, Perú, Ecuador, Panamá y se pueden aprovechar varios puntos que atraigan al pasajero europeo o chino, que potencialmente es muy atractivo porque es gente que hoy están saliendo al mundo. La idea tiene mucho asidero, mucha fuerza porque es distinta al Atlántico que es más que nada sol. Se puede crear una ruta entre Chile y Panamá perfectamente.
- También se está discutiendo el cabotaje de pasajeros en el Congreso.
- Ese es un tema que se viene tocando hace muchos años. Creo que acá hemos sido como el perro del hortelano que no comemos ni dejamos comer. Es muy importante que se hayan abierto a legislar. Tenemos 4 mil kilómetros de costa y debemos aprovechar eso. Si tenemos esos cruceros allí, veamos cómo aprovechamos ese potencial para que no solamente vengan turistas de fuera, sino que también nosotros podamos aprovechar la capacidad ociosa de esas naves. Por ejemplo. yo me tomo un crucero de aquí a Punta Arenas y me va a salir mucho más económico que hacer la vuelta completa de 15 días a Buenos Aires.
- Y en términos de empleo, ¿garantizará más plazas?
- Al respecto lo que me extraña y me hace ruido es que nadie se ha preocupado de la parte laboral. Es una oportunidad para los chilenos y la ley de alguna manera debería tocar ese punto. O sea nosotros le abrimos la puerta a los cruceros, pero a cambio cuántas plazas de trabajo ofrecen (...) por ejemplo en Brasil negociaron un 25% para los cruceros que se mueven en el país. Quizás acá no tenemos la capacidad de negociar tanto, pero de alguna manera sería bueno discutir un porcentaje en esa línea. Si se abre el cabotaje debería existir una mayor opción, pero siempre y cuando la ley lo contemple porque sino los barcos simplemente van a venir y van a tomar los pasajeros.