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Una carrera construida con talento, disciplina y carisma

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La anécdota ocurrió en el aula del Instituto de Música (IMUS) PUCV, donde Margot Loyola (1918-2015) hizo parte importante de su trabajo como formadora de músicos e intérpretes. Fue en una de las clases de Folklore y cuando uno de sus alumnos se negó a ejecutar una de las danzas tradicionales que exigía la asignatura. "Yo no voy a bailar por ningún motivo", anunció el joven, a lo que la artista respondió sin inmutarse: "Perfecto, mijito, entonces usted lo va a hacer todo por escrito y no sabe cuánto me va a ayudar".

Dicho y hecho: las anotaciones del estudiante 'rebelde' -un futuro compositor- terminaron siendo parte importante del material teórico que Margot Loyola realizó sobre los bailes criollos. El incidente, además, da pistas de cómo temperamento, carisma y disciplina se mezclaron en la carrera de la Premio Nacional de Artes Musicales (1994).

Nacida en Linares y formada en el Conservatorio Nacional de Música, la artista inició su carrera en la década del '40, con la que grabaría más de 15 discos donde se intercalan también sus facetas de autora, intérprete y recopiladora. Su labor como investigadora de música y danza incluye viajes por diversas regiones de Chile y países latinoamericanos como Argentina y Perú.

Al IMUS PUCV llegó en 1972 para desempeñarse como docente de Folklore y Etnomúsica. Dos años más tarde creó allí el Conjunto Folklórico de la Universidad, que en 1998 la nombró Profesora Emérita y en 2006 la invistió con el grado de Doctora Honoris Causa.