Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Vida Social
  • Espectáculos

Cero pérdida: la misión de no botar alimentos desde la producción al consumo

E-mail Compartir

Pía Bravo

El cuidado del medioambiente, la protección de los recursos y el consumo responsable se han vuelto aristas importantes tanto para los ciudadanos del mundo como para los Gobiernos, en el contexto de una conciencia global de la necesidad de aportar con el equilibro ecosistémico.

Por ello, las grandes cantidades de alimentos que se desperdician al año alrededor del planeta se están convirtiendo en preocupación creciente. Ello ha llevado a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) a estudiar la temática y contabilizar cuánto es lo que se pierde en comida a nivel mundial, concluyendo que son 1.300 millones de toneladas las que se desperdician al año, lo que ha motivado a diferentes países a desarrollar políticas al respecto.

Pionero en gestionar una legislación sobre la temática es Japón, que estableció una ley de reciclaje de alimentos que involucra a productores y consumidores, donde los alimentos son reutilizados, ya sea para el consumo -cuando están cerca de la fecha de vencimiento- como para la fabricación de compost y fertilizantes orgánicos.

¿Y en chile?

Las estadísticas sobre pérdidas de alimentos a nivel nacional eran nulas hace cinco años, sin embargo uno de los primeros en analizar esta situación en Chile fue Tristram Stuart, académico e investigador del Centro de Historia Medioambiental Mundial de la Universidad de Sussex, en Inglaterra. Gracias a sus investigaciones se concluyó que en Chile se genera 1,62 millones de toneladas de basura por residuos de alimentos cada año, lo que significa que para el 2025 podríamos estar produciendo 2,25 millones de toneladas de desperdicios en esta área.

La cifra no es menor, y por ello el mes pasado se logró poner en discusión la temática en la Comisión de Salud del Senado, donde se acordó apoyar un proyecto que modifica el Código Sanitario en materia de disposición de alimentos para evitar su desperdicio, según informó la Oficina de Estudios de Políticas Agrarias (ODEPA) del Ministerio de Agricultura.

Esta norma propone que los establecimientos comerciales donde se vendan y consuman alimentos preparados deberán ofrecer a sus clientes la posibilidad de llevarse las porciones no consumidas. Además, prohibirá la destrucción de ellos, a pesar de que hayan perdido su valor comercial debido a circunstancias como mal embalaje, envases dañados o defectuosos, mala rotulación o proximidad del vencimiento, estableciendo que se encuentran aptos para el consumo o el uso humano.

Finalmente la moción establece que los supermercados de más de 100 metros cuadrados deben donar los alimentos mal rotulados, con defectos de empaque o por vencer a organizaciones de caridad, o destinar su uso como alimentación animal o compost agrícola.

Rescate de alimentos

"Cerca del 50% de los residuos sólidos son de origen orgánico, provenientes principalmente del consumo de alimentos. Incluso de acuerdo con diagnósticos internacionales, cerca de un tercio de los alimentos no llegan a la mesa de las personas, por ello es necesario avanzar en dos frentes: uno es en la valorización de los residuos producto de los desechos orgánicos -y que ha sido prioridad uno de nuestro Gobierno- y un segundo frente, es generar instancia de cooperación público privada para tender puentes entre quienes desechan alimentos y quienes necesitan, para que no se incorporen a los residuos", explica la seremi de Medio Ambiente de Valparaíso, Victoria Gazmuri.

Respecto al segundo frente es que nace el concepto de "rescate de alimentos", y en Chile la única que ejecuta esta acción es la ONG Red Alimentos, que nace como una alternativa sustentable a la destrucción de bienes aptos para el uso y consumo humano, evitando que se conviertan en residuos, ya que los distribuyen a personas en situación de vulnerabilidad a través de instituciones sin fines de lucro.

Red de Alimentos logró en 2017 hacer el rescate de 4.265.594 kilos de comestibles, los que fueron repartidos entre las 216 organizaciones sociales a las que apoya la ONG, llegando a más de 152 mil beneficiarios que provienen de las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O'Higgins y Maule.

A nivel regional, el seremi de Agricultura de Valparaíso, Humberto Lepe, menciona que falta mucho por avanzar, porque "tenemos que analizar cómo hacemos un uso eficiente de los productos agrícolas que no están aptos para la comercialización, pero sí para consumo. Por ello la tarea es trabajar en cómo articulamos a fundaciones u organizaciones de cada comuna que se dedican a esta área con los productores, y así realizar un rescate de los alimentos".

Iniciativas

ODEPA realizó el "Informe de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos 2017", donde se refleja la realidad nacional e internacional en la materia, lo que ha motivado a gestar diferentes iniciativas que apuntan a aminorar las pérdidas. Entre ellas destaca la conformación del "Comité Nacional para la Prevención y Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos", que tiene como principal objetivo facilitar y coordinar estrategias con los distintos sectores, con el fin de trabajar en la prevención, reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos, y apoyar la elaboración de leyes y políticas públicas, entre otras.

CORFO lanzó además el plan "Cero Pérdida de Materia Prima en la Industria Alimentaria", programa público-privado que busca cuantificar la pérdida de materia prima en la agroindustria con el fin de proponer soluciones que permitan disminuir las pérdidas e incorporar innovación a los procesos.

La tendencia mundial apunta a bajar los índices de desaprovechamiento alimentario, ya que anualmente en el planeta se pierden 1.300 millones de toneladas de comida. En Chile la cifra asciende a 1,62 millones de toneladas por año.

Entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, la Producción y Consumo Responsable ocupa el puesto número 12. Se trata de un ODS que busca fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, a fin de mejorar la calidad de vida, promover el desarrolloy el cuidado ambiental, y ayudar a superar la pobreza, entre otras metas. Evitar la pérdida de alimentos es una de sus líneas de acción, que tiene sentido ecológico al evitar la generación de gases de efecto invernadero, pero también ético si se considera que una de cada nueve personas en el mundo está subalimentada; esto es, alrededor de 815 millones de personas.


Desde elaboración de compost


a cáscaras y fibras recicladas

En la V Región existen varias iniciativas que apuntan a reciclar residuos orgánicos que se gestan tanto a nivel domiciliario como industrial, con el objetivo de disminuir la pérdida de alimentos.

Dentro de las acciones a destacar está el emprendimiento de un grupo de cuatro jóvenes llamado Pewün, que consiste en recolectar residuos orgánicos desde los hogares de la Región y convertirlos en compost.

"Llevamos dos meses recién de funcionamiento, pero nos hemos sorprendido porque sólo en el primero logramos colectar 1.600 kilos de residuos, y durante septiembre llegamos a los 2.300. Hecho que nos tiene muy contentos, porque vemos el interés de las personas por reconvertir sus desperdicios", comenta uno de los fundadores de Pewün, René Paz.

René explica que actualmente están reanalizando una pila de compostaje por semana, la cual van tratando con lombrices californianas, y que en tres meses se convierte en abono. "Las personas que nos aportan los residuos pueden canjearlos por compost, mini huertas urbanas, almácigos y productos de nuestra huerta, pero queremos ir aumentando nuestras formas de utilización", agrega.

Otro de los emprendimientos regionales es Ecofibra, liderado por dos jóvenes que se dedican a reciclar la fibra de cebada y convertirla en alimentos gourmet. "Esta revalorización es importante, porque en la producción de la cerveza se desperdicia mucha cebada -unas 200 toneladas al año- y nosotros la convertimos en un snack (tipo papa frita) pero saludable y saborizado naturalmente, como una alternativa para la alimentación sana y consciente", cuenta su socia fundadora, Nicol Valencia.

Este es un producto vegano, 100% natural y que no contiene ni preservantes ni colorantes, además es alto en fibra (una porción aporta entre un 20% de lo que el cuerpo necesita a diario). "Actualmente estamos ubicadas en Concón, y comercializamos en tiendas de la V Región y de Santiago", acota Nicol.

Por otro lado, el Departamento de Servicios del Ambiente y de la Secretaría Comunal de Planificación de la Municipalidad de Viña del Mar está trabajando en un nuevo proyecto para el tratamiento de residuos orgánicos domiciliarios para generar compost y abastecer los programas municipales de mantención de áreas verdes, según cuenta el director del Departamento, Waldo Ceballos.

Fibra de frutas

Otra iniciativa de reciclaje de alimentos es Cáscara, que nace a partir de la tesis que realizó un grupo de tres ingenieros comerciales capitalinos, con la idea de tomar la fibra que desechan las empresas de jugos del país y convertirla en un alimento para consumo humano. En febrero pasado lanzaron su primer producto, que es fibra de fruta en polvo y que se comercializa en 35 puntos de venta en Chile; próximamente lanzarán un regulador de tránsito digestivo de fibra de manzana.

"La empresa nace desde la iniciativa de aprovechamiento de los alimentos que se desperdician en grandes cantidades en la industria, y para llevarla a cabo analizamos mucho el tema a nivel nacional, dándonos cuenta de que existe muy poca información a nivel país y no tenemos legislación sobre la temática. Definitivamente Chile está en deuda con el tema", expresa Mateo Rubio, socio fundador de Cáscara.


Con emprendimientos e iniciativas municipales se trabaja en la


V Región para reutilizar productos alimenticios desechados.

GNL Quintero desarrolla desde 2014 el Programa de Reciclaje y Vermicompostaje de residuos orgánicos, donde se incluye la comida de sus casinos. A través de la utilización de lombrices californianas para degradar los desechos van reduciendo los desperdicios enviados a rellenos sanitarios. El año pasado más de 15 toneladas de residuos de este tipo se mandaron a vermicompostaje, lo que generó una tonelada de humus, utilizado para fertilizar el terreno del terminal y mantener su vegetación.

2,25

152 mil

ods con sentido ético y ambiental

la apuesta por el vermicompostaje