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64% de los habitantes del Gran Valparaíso dice no sentirse protegido en salud

ESTUDIO. Índice se desprende de la novena Encuesta Nacional de Salud, que elabora anualmente el Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello (ISP-UNAB) y GFK Adimark. "Estamos gastando más recursos, pero la gente no está satisfecha con los servicios que está recibiendo", precisó el director de la unidad universitaria.
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Cristián Rojas M.

Cuando a las personas se les pregunta sobre la sensación de seguridad que les brinda su plan de salud, sea Fonasa o isapre, el 64% de los porteños reconoce sentirse "nada protegido" y en el otro extremo, apenas un 13% declara sentirse "muy protegido", según datos arrojados por la novena Encuesta Nacional de Salud en el Gran Valparaíso, elaborada, anualmente, por el Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello (ISP-UNAB) en conjunto con GFK Adimark.

Al respecto, el director del ISP de la UNAB, Héctor Sánchez, destacó, en primer lugar, que "en definitiva, índices de percepción de calidad, de expectativas y de experiencia de calidad, que se construyen en esta encuesta, nos muestran que a pesar de que el gasto en salud ha aumentado 2,5 veces en los últimos diez años, en ese periodo hemos incluso disminuido el nivel de calidad que percibe la gente en el sistema de salud".

Para Sánchez, "ese es un resultado duro, porque muestra que estamos gastando, como país, muchos más recursos, pero la gente no está satisfecha con los servicios que está recibiendo para resolver sus problemas de salud".

Otro elemento que destacó el académico "tiene que ver con la sensación de desprotección financiera, en que hay un mayor índice y el 64% en el Gran Valparaíso considera que no está suficientemente protegida con el plan de salud que tiene, ya sea en el sector privado o en el sector público, y eso significa que a pesar del aumento de los costos que han tenido los planes de salud en el sector privado y el aumento del gasto fiscal en el sector público, la gente no se siente protegida".

Un tercer hallazgo "que aparece claro es que la gran causa que explica estos indicadores tiene que ver con los tiempos de espera. Lo que aparece con mayor crítica, lejos con peor evaluación, no son los profesionales y la atención médica, sino que fundamentalmente son los tiempos de espera para intervenciones quirúrgicas, para hospitalización, para atenciones de urgencia y para atención de especialistas".

El profesional recalcó que "esa es la causa principal que la gente identifica como la razón por la cual evalúa mal la calidad del sistema de salud en general y la de su sistema en particular, y es la razón también por la cual se sienten desprotegidos, porque frente a una enfermedad y frente a largas listas de espera, en el caso del sector público, y altos costos, en el caso del sector privado, la gente dice: 'yo tengo mala protección, si yo me enfermo voy a tener que esperar uno o dos años' en el caso de sector público; y en el caso del sector privado, dicen: 'voy a tener que pagar no sé cuánto, porque el plan me va cubrir una parte del gasto total'".

En ese sentido, agregó que "las personas asocian la protección con que sus problemas de salud sean atendidos y resueltos. Entonces, cuando se sienten desprotegidas es por dos razones: en el sistema público, porque no son atendidos oportunamente, y en el privado, porque la solución a su problema puede resultar extremadamente cara. Es la población de Fonasa la que entrega la peor evaluación, porque a ellos se les suma los tiempos de espera para intervenciones quirúrgicas, hospitalización, además de las atenciones de urgencia y de especialista".

Las cifras arrojadas por el sondeo evidencian, además, que en el Gran Valparaíso un 63% de la gente opina que el sistema de salud en general está mal (le ponen nota entre un 1,0 y 4,0) y cuando se le pregunta por su sistema de salud en particular, el 54% opina que está mal.

"Esto es particularmente grave, toda vez que el gasto en salud en los sistemas público y privado ha subido anualmente a tasas de entre un 9,0 y un 5,0%, y eso es bastante. Con eso, uno ya debería observar cambios en la población. ¿Y por qué no los hay? Porque lo estamos haciendo mal. No tenemos un modelo de atención adecuado a las patologías que hoy afectan a la población. Gastamos mucho en servicios, pero no estamos atendiendo efectivamente los problemas, y menos los catastróficos", advirtió Sánchez.

El sondeo, además, revela que entre la población del Gran Valparaíso existe preocupación sobre el gasto personal en salud, incluida la compra de remedios, pues un 52% de la población opina que su gasto actual se mantendrá, mientras que un 39% piensa que ha aumentado. Y frente a la pregunta de qué creen que pasará en un año, el 40% de los encuestados opina que aumentará, un 45% que se mantendrá y tan sólo un 3% opina que disminuirá.

"La gente tiene claridad de que el gasto en salud personal ha ido subiendo y percibe también que el gasto futuro en salud va ser, incluso, mayor; por lo tanto, no tiene expectativa de que esa variable se vaya a mejorar y, lo que es peor, tampoco tiene una expectativa positiva de que el sistema en su conjunto vaya a mejorar, o sea, hay como una resignación respecto de la situación que actualmente están viviendo y su percepción es que en el futuro la situación va a seguir igual o va ser peor".

El gasto personal en salud, se cruza con la opinión de los encuestados al ser consultados respecto de lo que creen debería hacer el gobierno sobre el actual sistema de salud, donde el 62% dice tener "ninguna confianza" en que el actual gobierno resolverá los actuales problemas de atención en salud.

"En definitiva, cuando uno mira estas cifras se hace evidente que la gente piensa 'esto no se va a resolver', porque como todos los gobiernos dicen 'sí, yo lo voy a resolver', empiezan a perder la confianza en las autoridades actuales y del gobierno anterior. La gente dice 'no, yo no confío en que estos gobiernos hayan resuelto los problemas ni tampoco creo que los vaya a resolver adecuadamente'. Esa es la razón por la cual los ministros de salud aparecen sistemáticamente, cualquiera sea el gobierno, mal evaluados", apuntó el director del ISP de la UNAB.

El sondeo también arroja que hay un 70% de los encuestados considera que el sistema de salud debe reformarse integralmente, es decir, que deben reestructurarse las isapres y Fonasa, y tan sólo un 10% que debería reformarse únicamente Fonasa. Y cuando se le pide que le ponga una nota a su sistema de salud, Valparaíso le pone un 4,2.

Al ser consultadas respecto de la ley de aborto en tres causales, la gran mayoría de las personas encuestadas en el Gran Valparaíso respondieron que estaban de acuerdo, un 59%, y sólo un 25% están en contra, mientras que a nivel nacional el 60% está a favor.

Pero no sólo muestran una mayoritaria aprobación a la ley de aborto, sino que además gran parte de los encuestados planteó que el Estado debe asegurar la atención de los casos contemplados en las tres causales y que no debiera permitirse la objeción de conciencia en los hospitales públicos.

Así, el 66% considera que el Estado debe garantizar la existencia de centros de salud públicos y privados que den acceso al aborto en tres causales entodas las regiones del país; y que Fonasa y las isapres incorporen el aborto en tres causales como prestaciones en sus planes de salud; mientras que un 49% estima que las instituciones privadas que reciben dinero del Estado no pueden ser objetoras de conciencia.

Sobre su última atención médica, quienes fueron consultados califican esta atención con 3,5, más bajo que en las regiones Metropolitana y de Concepción, especialmente en infraestructura (2,9), tiempos de espera (2,9) y solicitud de horas médicas (2,6). La percepción de acceso presenta caídas importantes en la atención de urgencia, hospitalización, acceso a horas con especialistas y de urgencia en los SAPU.

La encuesta se aplicó -por décimo año- a 1.300 personas en el Gran Valparaíso, Región Metropolitana y en el Gran Concepción, con un 95% de seguridad y un margen de error de un 2,5%.

Con respecto a las radiografías anteriores, se constata que en Chile ha ido aumentando el gasto en salud a una tasa cercana al 9%, pero los indicadores se mantienen estables bajos y no se observa ninguna mejoría en la percepción de los encuestados.

"Esto es particularmente grave, toda vez que el gasto en salud en los sistemas público y privado ha subido anualmente a tasas de entre un 9% y un 5%, y eso es bastante"

Héctor Sánchez, Director del ISP de la UNAB"

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