Reflexiones sobre la Bolsa de Valparaíso
Lamentablemente BoValpo no actuó de forma oportuna, reduciendo el conflicto de interés entre corredores.
Hasta el año 1982, la Bolsa de Valparaíso (BoValpo) administraba el 70% del mercado de renta variable y 42% del mercado de renta fija en Chile. Su rol en mercado financiero nacional era relevante. Para extrañeza de todos fue cerrada por la autoridad de la época por una exigencia abusiva de aumento de capital, sin justificación técnica, operacional e incluso de su gestión societaria.
El gobierno militar, en esos años, empezaba promover "el capitalismo popular", mecanismo para apoyar el proceso privatizaciones de las empresas estatales siendo estas alistadas en mercado bursátil nacional. Este proceso permitió una gran capitalización y mayor liquidez al mercado financiero nacional y fue una buena respuesta a la crisis económica de los años 80. En el periodo, del 1983 al 1987, fue la Bolsa de Santiago (BCS) la única plaza disponible implementar oferta pública de activos en el marco de "capitalismo popular" y durante más de 5 años la bolsa capitalina no tuvo ninguna competencia, es decir se le ofreció políticamente un traje a la medida. Hoy BCS dispone el 99% del mercado chileno.
Es efectivo que plaza bursátil porteña tuvo sistemáticamente barreras de entrada en la operación protocolos transaccionales de inter-bolsas y que no fueron resuelto por las autoridades regulatorias en 30 años pese a las resoluciones, dictámenes y conclusiones de la FNE y de TNLC de los últimos años. Estas barreras de entrada dañaron a BolValpo y que generaron un daño evidente patrimonial y de lucro cesante a la misma.
En general, las bolsas de valores se entendían como instituciones de bien público sin fines de lucro y mientras las principales bolsas de mundo se des-mutualizaban y se fusionaban, en Chile hasta el año 2014 seguían bajo el régimen de administración mutual. Lamentablemente BoValpo nunca entendió la importancia de este proceso, no actuó de forma oportuna, reduciendo el conflicto de interés entre corredores, socios, administradores y sumar socios estratégicos nacionales e internacionales muy necesarios para su desarrollo.
BoValpo, tampoco no fue capaz de construir una plaza propia y actuar como una alternativa para el mercado valores criollo. Es decir no actuó como una desarrolladora del mercado financiero en Chile y nunca se propuso como meta construir sus propio índices generales y selectivos en más 30 años. Tampoco desarrollo nuevos productos, nuevos nichos y segmentos hacia donde crecer. En nuevo milenio, los mercados de valores sobreviven por sus grados de sofisticación.
Por último, quiero resaltar que el mejor "goodwill" de la Bolsa de Valparaíso en sus últimos meses fue la primera mujer presidenta de una bolsa de valores en Chile, Soraya Apara, mujer valiente y visionaria, convencida que la Bolsa de Valparaíso se merecía otra oportunidad y que necesitaba una reconversión profunda y oportuna. Defendió en todas las instancias, administrativas y judiciales posibles, el derecho de que la Bolsa de todos los porteños siguiera existiendo.
Manuel LLanos Gorichon
Consejero Latam, Grupo Financiero INBURSA- México