"En Wanderers los jugadores deben sentirse fuertes y capaces de alcanzar los objetivos"
Enrique Aguayo conoció a Miguel Ramírez, a Jaime Pizarro y a Moisés Villarroel cuando era psicólogo deportivo de Colo Colo. Se trata de un profesional reconocido a nivel nacional e internacional y quien por estas horas trabaja en el Complejo Deportivo de Mantagua como parte del cuerpo técnico de los caturros de cara a lo que será la "Operación Retorno 2019" de los verdes.
Aguayo llegó a mediados del pasado torneo a Valparaíso y durante la conversación es evidente que tiene muy claro lo que quiere Ramírez. "Este cuerpo técnico tiene un concepto que está detrás de todo y ese es la intensidad... Miguel Ramírez quiere que el jugador se sienta fuerte y poderoso", sentencia.
Buenas decisiones
"Cada sistema en el fútbol tiene una exigencia psicológica distinta, aunque hay cosas que son comunes como la concentración, sin embargo, es distinto estar concentrado con niveles de fatiga alto, a niveles de fatiga intermedio o bajo, y acá en Santiago Wanderers los trabajos son de altísima intensidad, como en los torneos internacionales... se juega a cien por hora y en ese contexto el jugador debe tomar buenas decisiones", sostiene el profesional.
- Usted llegó a mediados de la pasada temporada con Moisés Villarroel. ¿Con qué grupo se encontró en el camarín?
- Con un grupo de jugadores disciplinados. Santiago Wanderers ha elegido muy bien y lo digo porque recibí muy buenas respuestas humanas y profesionales. Acá hay jugadores muy bien dispuestos al trabajo.
- A un trabajo que al parecer no es sencillo.
- Acá el concepto es la intensidad. Acá hay poca pausa, lo que obliga al jugador a estar concentrado y agresivo tanto para recuperar como para luego jugar. Es cierto que psicológicamente la exigencia es muy alta, pero cuando él futbolista se da cuenta que lo logra es el primero en sentirse muy bien al darse cuenta que está en condiciones de alcanzar en un gran nivel.
- El concepto intensidad es clave.
- En Wanderers los jugadores deben sentirse fuerte y capaz de alcanzar los objetivos.
- Sin embargo, cuando usted llegó a Mantagua a mediados del 2018 tras un primer semestre para el olvido el panorama era otro.
- Así es. Los objetivos eran otros. En ese momento la tarea era mejorar la posición en la tabla y salir de la zona peligrosa en que estábamos. En ese momento lo más difícil era saber que tras haber descendido en el 2017 otra vez estabas en una situación peligrosa....
grupo motivado
- ¿Cuál fue la clave para salir de esa instancia?
- Salimos adelante porque me encontré con un grupo altamente motivado y muy dispuesto al trabajo. Aceptaron muy bien el trabajo psicológico, el que a veces cuesta, y rápidamente despertaron y comenzaron a rendir.
- O sea, no estaban tan golpeados como siempre se dice.
- Estaban golpeados, pero hay deportistas que, por ejemplo, su historia deportiva es de fracasos y arrastran esa mochila, entonces cuando se encuentran en una instancia como la que estaba viviendo Wanderers les cuesta salir adelante. Pero hay otros con mucha historia y expectativas, capaces de responder rápidamente. Sin embargo, ahí depende mucho de la actitud, los hábitos y el compromiso con su carrera.. acá había una serie de situaciones positivas en ese sentido: Un grupo de jugadores con experiencia, maduros, casados, con hijos y que están en una etapa de su vida en que se la están jugando fuerte por ellos y sus familias. Yo me encontré con muchos elementos para salir adelante, lo que acompañado de la parte técnica posibilitó que empezaran a repuntar con una seguidilla de triunfos y un porcentaje de rendimiento altísimo para el fútbol chileno.
- Hoy el panorama es otro, aunque sin olvidar el fracaso de no haber podido ascender.
- Hoy tenemos un equipo que sabe que puede, que puede lograr cosas grandes, que saben que los detalles son importantes ya que cada uno se dio cuenta que por ellos se nos escapó una posibilidad que era impensada cuando comenzó este proceso. En un momento queríamos no descender y finalmente quedamos frustrados por no subir.
- Son días marcados por la llegada de refuerzos. ¿Miguel Ramírez le consulta desde el punto de vista psicológico por los jugadores que pueden venir a Valparaíso?
- Este es un cuerpo técnico que conversa mucho. Por ejemplo, hoy estamos entrenando en doble jornada, se practica en la mañana, se almuerza y luego tenemos cerca de tres horas en que se espera la jornada de la tarde. En todo ese período se conversa, se analiza y no se para de trabajar... hay mucha motivación por hacer las cosas, por decir situaciones que uno piensa... por pedirle al compañero. A mi Miguel Ramírez me pide muchas cosas, y todas basadas en el rendimiento porque este cuerpo técnico busca el alto rendimiento, sacando lo mejor de cada jugador, con mucha intensidad. El tema es que no todos los jugadores están acostumbrados a ello.... acá hay muchos clubes que trabajan con un nivel de intensidad intermedio, con mucha pausa, pero acá es todo lo contrario. La idea de Miguel Ramírez y de Marcelo Oyarzún es que no exista pausa ni respiro, no dejar pensar al rival, aunque para ello hay que tener una actitud de guerrero y de darlo todo.
- ¿Y eso es lo que usted busca en la conversación con los futbolistas?
- Es que hay jugadores que ejercen, por ejemplo, liderazgo, hay otros que deben consolidarse en el puesto y otros que recién se están sumando al equipo. Hay distintas realidades, pero lo que uno realmente busca es que rápidamente funcionen como equipo, cada uno en su rol.
- Pero en lo práctico, ¿usted los llama a la oficina o va conversando mientras esperan el inicio de los trabajos en cancha?
- El trabajo práctico se hace de distinta forma. Hay conversaciones individuales, tanto porque yo invito a un jugador para conversar o porque es el mismo futbolista quien me pide dialogar. Hay también un trabajo grupal con todos los jugadores y también se puede apuntar a grupos más chicos, según distintas situaciones. Por ejemplo, en el semestre pasado, previo a los partidos, me juntaba con los citados a los partidos durante la noche anterior en la concentración para dialogar respecto de posibles situaciones que se podían dar en el encuentro.
- Santiago Wanderers se caracteriza por tener muchos futbolistas jóvenes en su plantel. ¿Eso lo hace más complicado desde el punto de vista psicológico?
- En el Congreso Mundial de Psicología Deportiva realizado el año pasado, los profesionales españoles reconocían las dificultades que existían con los jugadores más jóvenes para trabajar con la intensidad. Insistieron en que con la sociedad actual los chicos tenían todo muy fácil, que se esforzaban poco y que cuando llegaban al primer equipo la diferencia con los que ya estaban era muy grande. Es una situación que se observa a nivel mundial y nosotros en el sistema de trabajo tenemos proyectado todo eso.
- ¿Y que pasa con los más experimentados del plantel?
- En Santiago Wanderers han sido el mayor apoyo para el trabajo psicológico del plantel ya que han participado activamente. En una situación de crisis, como la que vivimos a mediados de la anterior campaña supieron aportar de manera muy fluida y no trabando lo que se intentaba realizar.
- ¿Cómo se trata el tema religioso del camarín?
- No se trabaja porque es una situación muy personal. Hay jugadores que antes de los partidos se concentran pensando en lo que quieren lograr o lo que quieren mejorar, en el buen trabajo que han realizado durante la semana y que quieren demostrarlo en el encuentro. Otros piensan también en sus hijos, en su familia, en su religión, en su Dios... no es un tema que profesionalmente se converse porque hay muchos puntos de vista y distinta fe. Eso sí, hay momentos en que durante las conversaciones individuales el tema sale, pero es porque el jugador así lo quiere.
- Durante la pretemporada se pretende ir a los cerros de Valparaíso... ¿eso ayuda?
- Santiago Wanderers representa a un hincha muy luchador y que en muchos casos tiene que ganarle a la vida en condiciones muy complejas.... nuestro equipo tiene que ser aguerrido y para ello se requiere intensidad. Además, hay que retribuirle a la hinchada por todo lo que nos da. Mantagua queda lejos, el estadio es municipal y por lo tanto hay que ir a los espacios públicos, como los cerros. Todos tenemos que sentir a la ciudad y la alegría de la gente. Hay que hacer al fútbol más humano porque es una actividad que te puede dar mucho.
"Hoy tenemos un equipo que sabe que puede lograr cosas grandes y que sabe que los detalles son importantes""
"Trabajar acá es una maravilla"
Enrique Aguayo no esconde su satisfacción por trabajar en Santiago Wanderers. "Este club es una maravilla.... una institución de lujo", asume el profesional, reconociendo que durante su trabajo en Colo Colo "siempre supimos que (Wanderers) era un conjunto duro de superar, con una hinchada muy numerosa y con mucho aliento en el estadio". Sin embargo, el psicólogo deportivo va más allá: "Nunca supe de las condiciones tan buenas para trabajar. Acá hay mucha libertad para que los profesionales hagan lo que deben hacer".