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Basura electrónica: foco de contaminación del siglo XXI que empresas buscan solucionar

EMPRESAS. Chile es el segundo país que más produce residuos de aparatos eléctricos y electrónicos por persona en toda América Central y Sur, alcanzando 11 kg de desechos anuales per cápita.
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Según el informe Perspectiva de la Gestión de Residuos en América Latina y el Caribe de Naciones Unidas, Chile es el segundo país que más basura electrónica produce por personas en América Central y Sur, solo después de Uruguay. Cada habitante del país genera al menos 11 kilogramos de desechos electrónicos anuales los que, con un mal manejo, tienen un potencial contaminante tóxico muy elevado.

A esto se suma un dato alarmante. Según el texto, a nivel nacional la tasa de reciclaje de productos electrónicos alcanza apenas el 10%, en un contexto en el que este tipo de objetos va aumentando en su generación debido a que cada vez las tecnologías están más insertas en nuestra sociedad.

Es por este "problema" que nos afecta, que un gran número de empresas chilenas se han dedicado en los últimos años al servicio de reciclaje de electrodomésticos y productos electrónicos que ya no tienen uso para impulsar la economía circular y darles una nueva función.

Por un lado se encuentra Degraf, que junto con la multitienda Paris, creó Recicambio. La estrategia de sostenibilidad que proponen es que la tienda de retail se encargue de ofrecer el servicio de logística para retirar la basura electrónica (como refrigeradores, lavadoras, computadores o celulares) en los hogares de las personas a cambio de descuentos en línea blanca y, posteriormente, los desechos son trasladados a una planta ubicada en la comuna de Quilicura, donde los artículos son desarmados y clasificados para darle una segunda vida a elementos que todavía tienen utilidad.

"Apostamos a generar conciencia sobre la reutilización de nuestros desechos, para de esta forma evitar un daño irreparable al medioambiente. Queremos cambiar la forma de comprar, y por eso estamos avanzando hacia un consumo más responsable y consciente, involucrando también a los consumidores en el proceso y ofreciéndoles la oportunidad de transformar los productos que ya no usan", asegura Camila Claps, subgerente de Sostenibilidad de Paris.

La planta de Degraf mensualmente genera 200 toneladas de elementos reutilizables que se acopian en lotes de cinco toneladas dependiendo del tipo de material y el proceso inicial consta en separar y clasificar los accesorios que aún pueden tener uso. En este proceso en particular la empresa consigue 29% de elementos plásticos, 27% de espuma, 22% de lata, 14% de motor y 8% de otros materiales como vidrio, aluminio y aceite.

De todo el universo de elementos que se pueden llegar a reciclar, los más comunes para Degraf son las CPU y los notebooks, que en su gran mayoría son desechados por grandes empresas debido al término de su vida útil o por la inminente modernización de sus equipos.

"Si no se puede reutilizar (el producto) pasa a reciclaje, que significa que sus componentes vuelven al ciclo como materias primas, plásticos, vidrios, metales, madera, cartones, etc.", puntualizó Gabriela Pérez, gerente general de Degraf.

alcanza la tasa de reciclaje de equipos electrónicos en nuestro país. 10%

de elementos plásticos se pueden recuperar en un proceso de reciclaje, según datos de la planta Degraf. 29%