Condena a la violencia
Juan Alberto Nahoe Hereveri yace tirado en el suelo, desnudo, en posición fetal. Moribundo.
A escasos metros de él, hombres y mujeres ven su rostro desfigurado, sus piernas y brazos con heridas profundas, como si tratara de un trofeo, tras el cruel e inhumano linchamiento del que fue víctima el martes pasado, en Rapa Nui.
Como defensores de los derechos humanos, esta imagen nos provoca la más profunda indignación y rechazo. Es inaceptable que ocurran expresiones de tal nivel de violencia en contra de una persona, cuando nuestro país posee un sistema democrático de administración de justicia que otorga derechos y garantías para todos sus ciudadanos, sea en calidad de víctimas o acusados de cometer una falta, delito o crimen.
Nuestra institución adhiere solidariamente a la declaración pública de la Excelentísima Corte Suprema, en la cual manifiesta que "condenamos enfáticamente la violencia desplegada en contra de las personas y del tribunal, pues ello es contrario a la ley y al respeto que merecen todas las personas, especialmente si se encuentran en un juzgado, cuya misión es la solución pacífica de los conflictos conforme al ordenamiento jurídico y al respeto de los derechos de cada cual".
La jornada del martes fue violenta a tal punto que puso en riesgo la seguridad e integridad de todas las personas que estaban esa tarde en el tribunal, como funcionarios judiciales, gendarmes, policías, el fiscal y a nuestra propia colega defensora.
Como actores responsables del sistema de justicia, sí podemos contribuir a que la sociedad respete las instituciones que justamente están llamadas a impartir justicia en el marco legal y no impere la fuerza de la acción colectiva anónima.
Los linchamientos no son una forma de resolución de conflictos y por cierto pensamos que evidentemente estos actos tampoco representan a la gran mayoría de la comunidad de Rapa Nui.
Claudio Pérez García
Defensor regional de Valparaíso