Locatarios de Uruguay alistan acción judicial contra los ambulantes
REGIÓN. Rodrigo Díaz, abogado que ganó el fallo por el conflicto de Anibal Pinto, trabajará con dueños de locales.
Calles totalmente colapsadas con todo tipo de artículos: desde teléfonos celulares, pasando por material de aseo o para construcción, ropa de colegio y alimentos varios. Este es el escenario que se vive en la calle Uruguay en Valparaíso, situación que mantiene bastante molestos y preocupados a los locales establecidos ubicados en el entorno de la avenida que deben convivir con el comercio ambulante.
Por temor a represalias de parte de los comerciantes, locatarios del sector prefieren proteger su identidad, al momento de opinar por esta problemática, por conflictos anteriores con ambulantes. "Un día di una opinión para la televisión, colocaron mi nombre y al día siguiente mi local estaba destruido. Me tiraron tarros de pintura a la mercadería", declaró un locatario, quién se dedica a vender ropa en su local establecido. "Este es el mismo problema que sucede en la plazuela Ecuador. Los ambulantes, los lanzas, los robos. El ambulante ensucia las calles con gritos, peleas y siempre es lo mismo", comentó.
"Si uno se pone a declarar cosas sobre este tema y sale publicado, uno va a tener problemas acá porque hay mucha gente conflictiva dentro del comercio ambulante", dijo otro locatario, quien lleva sólo meses instalado en el lugar y admitió que la situación se transforma "en algo insostenible y desagradable".
En algo que coinciden los dueños de los recintos establecidos en calle Uruguay es en la responsabilidad que tiene el alcalde para fiscalizar el lugar y evitar que sigan llegando el comercio ambulante al sector.
"El alcalde no se quema porque si él saca a todos los ambulantes lo culparán de la cesantía. Vamos a estar contentos nosotros como locatarios establecidos, pero los ambulantes no", expresó la locataria de una librería ubicada en calle Uruguay.
Por otro lado, luego de seis meses instalado con su puesto de venta de artículos para teléfonos celulares, el dueño del local dijo que "yo creo que el alcalde es muy flexible. La calle Uruguay y Pedro Montt están tomadas por el comercio ambulante. La competencia es totalmente ilegal".
"Lo que quiere hacer la Municipalidad es disminuir la cesantía para que después digan que en Valparaíso no hay cesantía y le lleguen más votos al alcalde que está ahora", expresó una molesta locataria de un local dedicado a la venta de confites.
"Yo he ido a otros países como Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay, Perú y aquí en Chile es impresionante el tema del comercio ambulante. Acá ya se empoderaron de las calles", ejemplificó otra locataria del sector, quién admitió sentirse "decepcionada con el alcalde Sharp porque no ha hecho nada para combatir esta problemática".
Rodrigo Díaz, quien presentó un recurso de protección en la Corte de Apelaciones por el conflicto ocurrido en plaza Aníbal Pinto será el encargado de trabajar junto a los locatarios del sector de calle Uruguay para combatir al comercio ambulante que se encuentra en las calles de esa arteria.
Ante la posibilidad de seguir las mismas acciones legales que realizó en Aníbal Pinto, el abogado admitió que "por supuesto que es perfectamente posible replicarlo, cambiando lo que haya que cambiar y ajustándose a las particularidades de la calle Uruguay. Lo ideal es que podamos sostener una reunión de manera más extensa con quienes están dispuestos a recurrir a la justicia y analizar otro tipo de acciones".
Dentro de estas acciones, dice Díaz, se debe analizar "cuáles han sido las pérdidas de los locatarios establecidos como consecuencia de la instalación del comercio ambulante y por causa de la inacción de los entes públicos que, debiendo fiscalizar, no lo han hecho", explicó el abogado.
Rodrigo Díaz llamó al comercio establecido a que no se sientan atemorizados por el actuar y las amenazas por parte de los comerciantes, invitándolos a participar de reuniones formales para determinar cuales serán los recursos judiciales que presentarán dentro de los próximos días.
"Voy a citar a Miguel de Unamuno, quien decía que 'no hay fallo de corte alguna que pueda contra el espíritu de un tiempo'. Este fallo (por Aníbal Pinto) debe ser la mejor demostración de que el espíritu del tiempo actual debe ser de lucha, no de amedrentarse. Agonizar, como dice Unamuno, en luchar". citó el jurista.
"Hay que no dejarse vencer por el medio y hay que actuar de manera responsable usando las instituciones. Hay demandas civiles que se pueden hacer y otras más que no puedo adelantar, pero que ya estamos analizando".
Mientras en calle Uruguay locatarios se unen para combatir el excesivo comercio ambulante, en la calle Bellasvista las opiniones son contradictorias entre los mismos locatarios del sector.
Una de las trabajadoras que lleva años en un local de venta de lanas y productos para coser no ocultó su molestia ante el comercio ambulante que abunda en la calle. "Una vez, una señora con muletas tuvo que darse toda la vuelta para poder cruzar la calle, porque los comerciantes son imprudentes y no dejan pasar a la gente", indicó.
Sin embargo, el administrador de un pequeño centro comercial reconoció que "acá hay un sindicato entre los ambulantes y la relación con ellos es buena, porque te avisan hasta de la delincuencia".
Valorar lo que está al centro
Cuando algo empieza a repetirse en el tiempo nos terminamos acostumbrando a ello, y lo asumimos como algo normal, o a lo menos, esperable. Si un lugar es limpio y cuidado, aspiraremos a que se mantenga siempre así, y nos indignaría que fuera rayado o ensuciado. Por el contrario, en aquellos lugares que se encuentran deteriorados, cada avance que sufren en ese sentido ya no nos llama la atención, hasta que se vuelve casi irreversible y terminamos dando por perdida su recuperación.
Algo así sucede con el sector de Valparaíso que, de manera más que elocuente, se le llama "la zona roja", y que está ubicado entre las plazas Ecuador y Aníbal Pinto, principales accesos a los cerros del sector más céntrico de la comuna, incluyendo parte de su área histórica, su principal activo turístico. Al inicio fueron algunos fines de semana o a raíz de algún carnaval que el lugar se desbandaba. Actualmente, sus calles, pasajes y plazas han sido tomadas principalmente por personas y grupos que desprecian los bienes públicos, y no reconocen la diversidad de la sociedad como una riqueza. Permanentemente son rayadas, mantienen música a todo volumen, hay tráfico de drogas. Todo esto sucede a menos de dos cuadras de la Intendencia Regional.
Este proceso de privatización del espacio público termina finalmente por expulsar al resto de los habitantes, y se hace cada vez más difícil recuperarlos, perdiendo lo más democrático que tienen las ciudades, el lugar de encuentro entre todos. Se espera que los lugares en estas condiciones tengan puntos fijos de seguridad policial, para actuar de manera preventiva frente a los probables daños que se puedan generar. Sin embargo este sector tiene, literalmente, menos seguridad que el Reloj de Flores, en Viña del Mar, que cuentan con un puesto de Carabineros permanente día y noche para cuidarlo. No dar prioridad al sector no sólo es una señal que denota desprecio hacia las zonas céntricas de Valparaíso, que son el espacio de encuentro de todos quienes viven, trabajan y usan en el sector, sino que además es una gran torpeza, ya que se trata de una sector de alto potencial económico, que genera un número importante de empleos, y su adecuada activación puede ser fundamental para el desarrollo de la ciudad.
Frente a la poca capacidad de coordinación entre la Gobernación y la Municipalidad para lograr implementar una política sostenida de protección y recuperación del sector, finalmente fue una judicialización del conflicto, impulsada por parte de un grupo de vecinos, la que terminó marcando un importante precedente para la definición de las responsabilidades de las instituciones destinadas a preservar el buen uso de los espacios públicos.
Es necesario dejar de hablar de zona roja y volver a hablar de estos barrios por su nombre. Ya hemos visto los resultados generados por el abandono del Barrio Puerto y el Almendral, y sabemos lo difícil y costoso que será revertirlo. El Plan de Valparaíso requiere políticas públicas pensando en todos sus habitantes y visitantes. No sólo estamos poniendo en riesgo uno de los principales activos sociales y económicos de la ciudad, sino también estamos acelerando de manera importante el despoblamiento que sufren sus áreas céntricas.
"No hay que dejarse vencer por el medio y hay que actuar de manera responsable usando a las instituciones. Hay demandas civiles que se pueden hacer y otras más que no puedo adelantar, pero que ya estamos analizando".
Rodrigo Díaz, Abogado"
"Queremos que el alcalde se preocupe de ordenar las cosas, y se preocupe del comercio establecido, que es el comercio que le da plata. Nosotros pagamos el aseo, la patente y el ambulante no paga nada"
F.U.., Locatario calle Uruguay"
Juan Carlos García
Arquitecto
Anibal Pinto sin ruidos molestos
De acuerdo a lo mencionado por el mayor Ariel Valenzuela Guerra, perteneciente a la Tercera Comisaría Norte de la Prefectura de Valparaíso, la medida de aplacar ruidos molestos en el sector de Aníbal Pinto "significa un trabajo de fiscalización que sucede como la mayoría de las normativas, donde Carabineros tomamos esa labor con un gran desafío para que esto se respete y prevalezca a través del tiempo" Ello, al ser consultado sobre como aplicarán el fallo de la corte de apelaciones en dicha zona.