"Es baja para lo que me pasó. Necesitamos una reestructuración de FF.EE. de Carabineros, ya vemos lo que pasó ahora con la joven"
Rodrigo Avilés
Por sentencia a Manuel Noya
"Nosotros abrimos una investigación de oficio"
Cristián Andrade
Fiscal jefe de Valparaíso, por incidente con alumna de la PUCV que resultó lesionada por el chorro de un carro lanzagua
La anticipada salida de la concesionaria TCVAL respecto al Terminal 2, podría verse como un eslabón más en la cadena de fracasos de inversión pública y privada a las que Valparaíso, lamentablemente, nos tiene ya acostumbrados. Incluso, alguien podría pensar que la salida de la multinacional australiana sólo se deba al bloqueo de diversas fuerzas adversas al progreso de Valparaíso; casi como una entelequia del mal que no desea que nuestra ciudad prospere. En ambos sentidos, la actual situación del terminal es un problema a resolver.
Yo tengo una visión distinta. Percibo que si la ubicación propuesta del Terminal 2 ofreciese una solución coherente con la oferta portuaria y las potencialidades de la ciudad, ya se hubiesen superado las trabas que terminaron por concretizar el abandono del proyecto. A estas alturas, más que buscar nuevos inversionistas para un proyecto tan cuestionado, debería cuestionarse el proyecto mismo. ¿Es el actual emplazamiento del Terminal 2 el óptimo para una oferta portuaria que debe estar vinculada a toda una ciudad? ¿No habrá llegado la hora de pensar en otros lugares: al norte del muelle Barón, al sur del Terminal 1 (playa San Mateo, o a la altura del Cementerio)? Sé que EPV ya ha pensado en un Terminal 3, el cual estaría en los lugares antes mencionados; ¿por qué no, entonces, liberar el área destinada al ya caído Terminal 2 para la ciudad y su desarrollo humano?
Reafirmando el deber que tiene EPV de ofrecer más frentes de atraques para diversos navíos que surtan las demandas de carga y pasajeros, es necesario exigirle que las alternativas sean proyectos debidamente evaluados en sintonía con el crecimiento de Valparaíso como ciudad. El área donde se desea construir el Terminal 2 es "el filete" de la ciudad, desde el punto de vista del turismo, el urbanismo y la calidad de vida de quienes aquí vivimos. Utilizar esa zona para que se tenga acceso al mar no es sólo un 'lujito', sino una oportunidad de espacio público que gatillará una expansión turística y patrimonial. La oferta turística genera mucho más empleos directos e indirectos que lo que podría ser utilizar esa zona como terminal portuario.
El argumento, tantas veces repetido, de que la ubicación del Terminal 2 era la más conveniente desde el punto de vista económico para la EPV, paralizó un potencial de ciudad que va más allá de su rol portuario; máxime que esta industria se tecnifica cada día más y acoge menos mano de obra. Valparaíso no es sólo puerto; es una ciudad que debe dinamizar otras potencialidades que van surgiendo en el devenir de sus industrias locales, servicios educaciones y ofertas turísticas. Será tarea de EPV proponer una nueva ubicación del Terminal 2, que junto con ofrecer espacios portuarios adecuados, se integre a una ciudad que necesita inversión pública y privada con soluciones de desarrollo humano de largo plazo y bien evaluados. Si esto es así, ¡no tenemos un problema, sino una gran oportunidad!
Gonzalo Bravo Álvarez
Profesor Facultad de Teología PUCV y párroco Parroquia La Matriz
Principio básico para ganar una batalla es que todas las fuerzas estén de acuerdo y que exista un objetivo claro que se mantenga en el tiempo. Ideas elementales que deben dominar la lucha que se libra desde hace tiempo en la ciudad contra el comercio ilícito y la delincuencia ligada a esa actividad, que ha llevado a una alarmante situación de desorden e inseguridad. Hasta ahora la lucha no ha tenido resultados y el gran derrotado es Valparaíso.
Pero pese a las caídas no se ha perdido el ánimo de lucha y, gran avance, las autoridades responsables se comprometen a actuar en forma coordinada. Lo destaca Boris Kúleba, vocero de los vecinos de la llamada "zona roja", al afirmar que "todas las autoridades deben hacer un esfuerzo por ponerse de acuerdo para enfrentar este problema con altura de miras, ignorando sus diferencias ideológicas".
Compromiso que asume por Twitter el alcalde Jorge Sharp, anunciando que "comenzamos una nueva planificación de fiscalizaciones, coordinadas y definidas con @Carabdechile, cuyo objetivo es ordenar de forma permanente el plan de Valparaíso (…) Estas acciones serán acompañadas de medidas de apoyo a todo el comercio". Hay que confiar en que esta promesa a través del ciberespacio no se la lleve el viento como tantas otras sobre la materia.
También reafirma su voluntad de combate la gobernadora de Valparaíso, María de los Ángeles de la Paz, quien insiste en la coordinación y cooperación en conjunto con la Municipalidad.
Y en lo que es coordinación no bastan las palabras, pues en la lucha contra comercio ilegal y delincuencia hay muchos responsables: Municipalidad, Gobernación, Carabineros, Investigaciones, Servicio de Salud, Impuestos Internos… En fin, organismos públicos cada uno con sus facultades y campos de acción. Y ahora también se suman en forma activa los vecinos con sus denuncias y demandas. Ellos, en último término, son las víctimas del desorden que a toda hora generan ambulantes y otras expresiones de ilegalidad y riesgo, como cocinerías callejeras, locales clandestinos o contaminación acústica.
Ese clima de desorden que se ha tomado importantes sectores de Valparaíso, como el eje Uruguay, la subida Ecuador o la plaza Aníbal Pinto, entre otros, castiga al comercio establecido, a residentes, visitantes y también afecta al entorno urbano con daño a la propiedad pública y privada, incluso devaluándola en términos económicos. Por eso la compartida voluntad de ordenamiento no puede ser flor de un día, debe mantenerse como tarea permanente, coordinada, sin calculadora electoral ni pauta ideológica, fijando como objetivo claro la urgencia de rescatar la dignidad y seguridad de la ciudad en beneficio de vecinos, visitantes y actividad en general.
En las últimas expediciones del ejército al propio corazón de la Araucanía, los indios han sufrido graves pérdidas y bajas en sus huestes, por lo que han cesado los ataques a los colonos y prácticamente nadie de los nuevos pobladores ha alertado por haber visto indios. Incluso se habla que desean conversar sobre paz.
El Consejo de Guerra Interaliado, que funciona en París, acordó entregar los barcos alemanes que se encuentran internados en puertos de Chile a los Estados Unidos.En nuestro país hay 84 unidades. Esto corresponde a acuerdos que se han tomado en el fin de la guerra europea y que obligan a Alemania a indemnizar.
El cadáver hallado en la laguna La Señoraza de El Laja, en la zona sur, pertenece en definitiva, tras exámenes, a la rentista porteña Rosa Abramovich Dieltmann, de 65 años, desaparecida hace dos semanas de esta ciudad, quien estaba en compañía de su amigo íntimo, el delincuente Guillermo Stevenson Rojas.