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ENTREVISTA. Juan Ignacio Latorre, senador de Revolución Democrática (RD), descarta divisiones políticas:

"En el FA hay diferencias de convivencia por las descalificaciones de Pamela Jiles y Renato Garín"

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Paola Passig

Si bien para los partidos de la ex Nueva Mayoría el Frente Amplio (FA) dio señales de sensatez política al visar la carta del PDC para la presidencia de la Cámara sin aún conocer el nombre, casi un cheque en blanco, la coalición sufrió un impasse en medio de las negociaciones luego que 5 de los 20 diputados que integran esa bancada dijeron que no iban a aprobar ningún acuerdo con la oposición. Este grupo de díscolos puso un signo de interrogación respecto a la gobernabilidad del FA. Sin embargo, el senador Juan Ignacio Latorre (RD) descarta divisiones estructurales.

- ¿Cómo se abordará el problema de gobernabilidad al interior de esa coalición?

- Hay que consignar que yo, como senador del FA, había ratificado el acuerdo de la mesa del Senado con el resto de la oposición. Voté por los senadores Quintana y de Urresti. Esa ya era una señal política que estábamos enviando de entendimiento y articulación legislativa con la oposición en un año muy importante, pero poniendo ciertos puntos mínimos que nos parecen importantes. En la Cámara hubo 15 de 20 parlamentarios que quisieron ratificar el acuerdo votando por un diputado que, si bien no era del gusto personal de nosotros, era el candidato de la DC, y que era el partido que tenía que proponer el nombre. Pero más importante que el nombre, lo importante era la existencia de una voluntad política opositora de coordinación legislativa frente a los proyectos del Gobierno. En ese sentido, me quedo con los 15 diputados que dieron los votos. Y claro que el hecho de que cinco se marginaran creó una tensión interna; porque uno puede reconocer que hay diferencias políticas como lo dijo Tomas Hirsch en alguna entrevista donde dijo que no estaba de acuerdo y dio sus argumentos. Pero eso es legítimo. Luego aparecieron otras voces más disonantes, como las de Pamela Jiles o Renato Garín, que hicieron más bien descalificaciones hacia el resto de los legisladores del FA y eso generó mucha molestia. Pero lo que importa aquí es la señal política que dio el FA en la Cámara por articularse, en términos políticos, con la oposición.

- ¿Pero cómo van a resolver estas diferencias de criterios? ¿Hay división en el FA?

- Sin duda en este punto hubo una diferencia política de apreciación, de una mayoría que estaba por ratificar el acuerdo. Se hizo el esfuerzo por elaborar un documento con mínimos comunes como el proyecto de pensiones, reforma tributaria, educación, control preventivo de identidad, el conflicto mapuche. O sea, pusimos los temas sobre la mesa y hubo buena recepción de parte de la oposición. Pero un grupo minoritario no creía en eso.

- ¿Pero qué va a pasar con este grupo? ¿Seguirán en el FA?

- Es que hay dos cosas. Uno puede reconocer que hay diferencias, pero lo que no es tolerable, y eso es parte del problema que se viene de aquí en adelante, es la convivencia interna frente a declaraciones públicas que pueden hacer algunos parlamentarios o parlamentarias descalificando a otros compañeros de la bancada porque votaron de manera distinta. Uno puede tener diferencias a la hora de votar un proyecto de ley. Eso pasa en todas las bancadas y yo lo desdramatizaría. Lo complicado es cuando hay problemas de convivencia o de descalificaciones personales o de malos tratos. Y eso es un problema que no es con los 5 que no apoyaron a Flores, sino que principalmente por las declaraciones que ha hecho Pamela Jiles y, en cierto sentido, Renato Garín.

- La duda es si hay piso en el FA para establecer el acuerdo con el resto de la oposición

- Creo que hay una voluntad mayoritaria de la oposición, incluso de la DC -a pesar de que ellos están muy divididos internamente- que insiste en ser un partido de oposición propositiva y esto se puede traducir de muchas maneras. Por eso vamos a estar muy vigilantes respecto a cómo votan los proyectos de ley relevantes para el país los parlamentarios DC que suscribieron este acuerdo. Ahora, en este año tan especial creo que era mejor intentarlo que no intentarlo. Aunque nos vaya mal, aunque fracasemos, creo que es mejor intentar una articulación legislativa de la oposición porque se juega algo muy relevante: que la derecha pueda imponer su mirada en reformas tan importantes como, por ejemplo, la tributaria, o bien establecer ciertos mínimos comunes de la centroizquierda frente a un gobierno muy neoliberal.

- Entonces, en el FA no hay diferencias estructurales.

- Por ahora hay diferencias de convivencia interna a raíz de descalificaciones con un par de parlamentarios. Creo que en las votaciones habrá unanimidad.

- En la junta nacional de la DC del fin de semana se ratificó que la tienda es oposición, pero de oposición constructiva. Una postura que no es nueva.

- Efectivamente. En la DC hay mucha división interna; a veces los medios de comunicación están muy pendientes de las diferencias o peleas que hay en el FA, pero en la DC esas diferencias son aún más agudas y tensionantes entre visiones más bien de derecha con otras más progresistas. Vamos a ver si hay una mayoría de la DC que se termine imponiendo por una articulación opositora o más bien hay un grupo que sigue negociando por su cuenta con el Gobierno.

- ¿Y qué hará el FA si la DC sigue negociando con La Moneda?

- Si eso ocurre, en mi opinión, la DC es la que debe pagar los costos, transformándose en un partido poco confiable, incluso para entendimientos de tipo electorales. Nada permitiría garantizar que este partido se articule con la centroizquierda cuando tiene grupos que se articulan con la derecha.

- ¿Qué le parece la caída del T2? ¿Era la crónica de una muerte anunciada?

- Creo que ha habido un aprovechamiento político del senador Francisco Chahuán de endosarle responsabilidades al alcalde Sharp por el fracaso del Terminal Dos cuando sabemos que los principales responsables de la situación portuaria es la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV), el modelo de concesiones, y el Gobierno también, a través del Ministerio de Transportes, que le pusieron piso a un proyecto que no contaba con legitimidad social, que tenía problemas ambientales y de impacto patrimonial. Aquí ha habido un intento de desviar el foco de atención endosándole al alcalde Sharp y al FA el supuesto estancamiento económico de la comuna y el alejamiento de inversiones cuando hay otros responsables. En este aprovechamiento político veo muy jugado al senador Chahuán. Hay que subir el nivel del debate, no esperaba eso de Chahuán. Creo que es muy bajo atacar a Sharp.

- ¿Por qué? ¿Tiene que ver con la campaña municipal que se avecina?

- Sí. Creo que hay una derecha que está asustada por el FA y Chahuán ve que puede perder poder en la región.

"Aunque fracasemos, creo que es mejor intentar una articulación legislativa de la oposición porque se juega algo muy relevante: que la derecha imponga su mirada en reformas importantes" "Hay diferencias políticas. Tomas Hirsch manifestó con argumentos y eso es legítimo. Pero hubo otras voces más disonantes, como las de Pamela Jiles o Renato Garín, que descalificaron a otros diputados del FA por votar distinto" "Ha habido un intento de desviar el foco de atención endosándole al alcalde Sharp y al FA el supuesto estancamiento económico de la comuna y el alejamiento de inversiones cuando hay otros responsables""