La batalla para superar la pobreza se presenta en 16 frentes identificados por el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, en una jornada organizada por "Valparaíso Región Sostenible", en que participan 7 empresas encabezadas por El Mercurio de Valparaíso. En la misma línea de trabajo de Moreno expusieron Andrea Zondek, directora de la Fundación Tacal, que abordó la discapacidad y la inclusión laboral, y Tomás Recart, director ejecutivo de Enseña Chile, quien se refirió a la importancia de la educación.
Moreno destacó el programa Compromiso País, enunciado por el Presidente de la República, que busca, dijo, "dar igualdad de oportunidades para que nadie se quede atrás", labor en la que hay espacio para todos. En esa dirección trazó tres líneas de acción: trabajo con las familias; incorporación de la clase media al riesgo de vulnerabilidad y una nueva identificación de grupos vulnerables, los que aparecen en los señalados 16 frentes y en los cuales hay responsabilidades de 10 ministerios.
Presentó cifras conocidas, como las relativas a campamentos y hacinamiento de familias, y otras no tan conocidas, como aquellas 2.368.029 personas que casi diariamente comparten su existencia con tiroteos o tráfico de drogas, 195.080 en Valparaíso. A la vez, 692.080 drogadictos permanentes requieren tratamiento.
También es alarmante el número de chilenos de más de 18 años que no han completado su enseñanza: 4.910.889 que, en consecuencia, no califican para incorporarse a muchas actividades laborales.
Abordó, además, el tema de los adultos mayores, en aumento en el país, muchos impedidos que exigen atención y que en hogares más pobres suponen cuidados que apartan del mundo laboral a algún integrante de la familia.
Junto con dar conocer todo un nutrido cuadro de cifras negativas e inquietantes, Moreno puso la nota optimista expresando que "los problemas no son insolubles si trabajamos todos". Y en esa dirección anunció la puesta en marcha de estructuras participativas nacionales y locales para enfrentar los múltiples problemas que afectan a miles de personas.
Como actores relevantes en esa tarea conjunta señaló al sector público, al mundo académico, a la sociedad civil con sus organizaciones, al sector privado y ciudadanos representativos de los grupos castigados.
Sin duda, todos los sectores, a la luz de las cifras rojas, tras las cuales hay seres humanos, comparten la necesidad de dar urgente solución a problemas de amplio alcance y que son impresentables en un país que exhibe un PIB per cápita de US$ 25.891 que, al final, resulta ser sólo una pantalla que oculta realidades pavorosas. El problema de fondo está en que no se divisa la voluntad, la generosidad ni humildad para acometer con unidad esa urgente tarea.