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Everton se complicó en el torneo tras perder con la UC

FÚTBOL. La falta de fútbol y la poca intensidad hicieron caer en la desesperación a un conjunto oro y cielo que nunca pudo plasmar su ritmo en Sausalito.
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Matías Llanca M.

Superaron las dos semanas sin actividad, pero sin convencer, ni vencer. Ese fue el corolario del encuentro en el que Everton no pudo con una alternativa Universidad Católica, que terminó llevándose una victoria 2-1 en el estadio Sausalito.

El resultado estuvo lejos de ser lo que el elenco viñamarino necesitaba en el campeonato, ya que la derrota los comienza a rezagar en una tabla de posiciones, en la que ya se encontraban con un partido menos, tras la suspensión del duelo ante Cobresal.

El encuentro en el recinto de Avenida Padre Hurtado comenzó trabado, pero con un equipo auriazul decidido a vulnerar a una oncena cruzada que dentro de sus titulares habituales, sólo incluyó a Stéfano Magnasco y Germán Lanaro.

A los 10', Everton tuvo la primera ocasión de peligro tras el remate de media distancia de Álvaro Madrid, quien aprovechó un pase de Cerato para hacer dudar al meta cruzado, Cristopher Toselli.

Los de la precordillera sólo reaccionaron diez minutos después, con un centro de Raimundo Rebolledo, que el colombiano Duvier Riascos no pudo conectar.

Sin embargo, el reñido duelo comenzó a desequilibrarse a los 33', cuando el exevertoniano Jaime Carreño comandó un avance por el sector izquierdo de la defensa evertoniana y centró para el pivoteo de César Munder. El balón circuló por el área y, gracias a la pantalla de Riascos, fue el propio Carreño quien apareció en el área y venció a Cristián Campestrini para decretar el 1-0.

La alegría del visitante duró poco, ya que un minuto después, un avance evertoniano terminó con el defensor cruzado Valber Huerta cometiéndole un penal a Juan Ezequiel Cuevas, que el juez Cristián Garay no dudó en cobrar. Desde los once pasos, Maximiliano Cerato no dudó y derrotó la resistencia de Toselli, signando el empate con el cual ambos equipos se fueron al descanso, ante la mirada de las más de 7 mil 800 personas presentes en el coloso viñamarino, un número que estuvo por debajo de las expectativas que la dirigencia evertoniana tenía.

Un equipo desesperado

Luego de la "lluvia de ovillos" de lana desarrollada en el entretiempo por Everton y una organización de beneficencia local, se esperaba la reacción del conjunto de la Ciudad Jardín, para alargar lo que era una buena racha en el torneo.

Pero la hinchada oro y cielo terminó lamentando el inicio del segundo lapso, ya que la primera ocasión fue para el equipo universitario.

Sólo dos minutos demoró Magnasco para infiltrarse en la defensa evertoniana, y lanzó un centro que, gracias a un desvío en la zaga, quedó listo para que Riascos cabeceara y mandara el balón al fondo de la red.

Un resultado que, a la postre, hizo que Everton comenzara a adelantar sus líneas con más garra que fútbol y se volcara hacia la recuperación del balón.

Una estrategia que no le resultó del todo, pero que fue suficiente para hacer pasar zozobras a la línea posterior de la UC.

Primero a los 60', con un centro de Madrid a Álvaro Ramos que con una contorsión en el aire estuvo a punto de derrotar a un Toselli, que estuvo demasiado atento, y tras cartón, un nuevo balón de Juan Cuevas que alcanzó los pies del recién ingresado Fernando Arismendi.

No obstante, la continua detención del partido por dos infracciones en donde el joven volante cruzado Ignacio Saavedra, sacó la peor parte, hizo que el ataque local se diluyera y comenzara a caer en una verdadera desesperación.

De hecho, Everton volvió a perder el control de la pelota, y Universidad Católica comenzaba nuevamente a elaborar avances tras los ingresos de César Pinares, Luciano Aued y posteriormente, Jose Pedro Fuenzalida.

En su impaciencia, Everton perdió a los 78' a Arismendi, quien fue sancionado con su segunda tarjeta amarilla y la expulsión tras una entrada en el borde de la cancha.

Ya con diez hombres, Everton apostó al pelotazo buscando a Cuevas y a Cerato para poder generar peligro, pero los centros de estos últimos nunca encontraron ni a Ramos, ni a Isaac Díaz, que ingresó por el iquiqueño.

Incluso, Católica pudo ampliar la diferencia, cuando a los 89' Fuenzalida definió y marcó ante una estéril salida de Campestrini, pero el tanto fue anulado porque el colombiano Riascos se interpuso en la línea de tiro del extremo cruzado.

Luego del pitazo final del duelo, algunos jugadores oro y cielo y parte del cuerpo técnico, protagonizaron un entrevero con la cuaterna arbitral, ya que consideraron que influyó en un resultado que los dejó con sólo siete unidades en la tabla de posiciones. Una situación que ya los hace pensar en el duelo de este viernes, donde los auriazules deberán visitar a Curicó Unido, a las 20:00 horas, en el estadio La Granja.

unidades suma Everton en el torneo, donde además tiene un duelo por reprogramar, ante Cobresal. 7

Gustavo Díaz: "Debimos comprender un libreto del árbitro que no entiendo"

FÚTBOL. El técnico oro y cielo acusó disparidad de criterio en el juez del partido.
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Frustración. Un concepto que podría aplicarse perfectamente para resumir lo que fueron las palabras del técnico de Everton Gustavo Díaz tras la derrota ante Universidad Católica.

Una frustración que se extendió por el viaje en vano del cuadro oro y cielo a El Salvador en la fecha pasada, hasta fallos arbitrales que el entrenador cifró como importantes dentro del encuentro de hoy (ayer).

"Antes de hacer cualquier análisis hay que ir más atrás. Cuando vienes ganando quieres jugar rápido. Lo de la suspensión fue algo que nos complicó para poder enfrentar a un equipo que tiene mucha jerarquía y más ritmo. Después, el partido terminó definiéndose por un rebote, y luego porque nos dejaron pocos espacios.", manifestó.

A juicio del estratega uruguayo, la expulsión de Fernando Arismendi complejizó y condicionó el devenir auriazul en la parte final del partido.

"Nos costó encontrar el balón y cuando lo hicimos generamos peligro. Después, hubo que entender un libreto del árbitro que, sinceramente, yo aún no entiendo", sostuvo Díaz, quien agregó que "no sé cuando es el siga-siga, no sé cuando hay faltas que son para tarjeta, no sé cuales no son para eso. Si me preguntan si lo de Arismendi estuvo bien, quizás sí, pero ¿cuántas faltas le hicieron a Ramos y que no se cobraron? Fue difícil para mí que estoy afuera, y también para los muchachos".

Ante tal disparidad de criterios acusada por el director técnico evertoniano, fue el propio uruguayo que quiso matizar los decibeles de la polémica, siempre remarcando que no es una situación particular, sino a nivel general, e hizo referencias a la ausencia del volante Gustavo Freitas, quien cumplió una fecha de suspensión, que debió haberse cumplido en el suspendido duelo ante Cobresal en el norte.

"Yo entiendo que para los árbitros debe ser difícil, pero no es algo de este partido solamente. En el partido pasado nos expulsaron a un jugador de manera incorrecta, y eso nos pesó hoy. Estaría bueno unificar los criterios o al menos explicarnos un poco más. No tengo nada que reprochar, quizás con un jugador más podríamos haberle hecho más frente a un equipo como Católica", indicó el estratega, quien además añadió que "es difícil adaptarse a que algunas faltas se cobren y otras no. Es complejo de interpretar, genera confusión en los futbolistas. Nosotros debemos aceptar lo que marcan los árbitros y si perdemos, asumir que el otro equipo fue mejor".

"La suspensión fue algo que nos complicó para poder enfrentar a un equipo que tiene mucha jerarquía y ritmo"

Gustavo Díaz, Director técnico de Everton"