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ENTREVISTA. Ricardo Celis, presidente de la Comisión de Salud de la Cámara:

"Exsuperintendente de Salud ya no daba confianza y su permanencia en el cargo era insostenible"

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Paola Passig

"Su presencia era inviable porque no daba confianza", advierte el presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Ricardo Celis (PPD), al evaluar la renuncia de Ignacio García-Huidobro a la Superintendencia de Salud tras la polémica que se generó luego que autorizara la postergación por dos años de la norma que bajaba los planes de las isapres para aquellos usuarios que dejaban de ser un riesgo por un tema de rango etario. Todo esto en forma simultánea al anuncio de La Moneda de enviar una reforma al sistema de isapres y a horas de que se conociera el aumento de los planes en un 5%.

- La oposición e incluso Chile Vamos estaban pidiendo la salida del superintedente. No pasó mucho tiempo, ¿no?

- La reacción ciudadana dejó al Gobierno y al Ministerio sin piso político y menos aún como para poder continuar en el futuro una discusión que tenga que ver con la reforma del sistema de isapres donde la opinión iba a ser relevante. Entonces su permanencia era inviable, porque ya no contaba ni con credibilidad, ni con piso político, ni nada para llevar adelante esta discusión.

- ¿Fue acertado que el Gobierno resolviera esto con prontitud?

- Es que no podía hacer otra cosa. No había otra salida.

- ¿Qué viene ahora? Tenían citado para hoy martes al ex superintendente...

- Citamos al ministro Santelices, pero no sabemos si podrá asistir por la premura de la invitación. Pero si no puede venir hoy lo dejaremos para la siguiente sesión de la comisión porque queremos tener mayor información y queremos conocer más lo que pasó.

-¿La salida de García Huidobro despeja el camino para poder discutir este tema con otro tono?

-No sé, porque todavía no conocemos cuáles son las precisiones que vienen. Ahora ¿qué generaba García Huidobro? Incertidumbre, incerteza. Porque así como tomó decisiones que favorecía a las isapres, si no fuera por la presión ciudadana que logró su salida, no sabemos qué decisión hubiera tomado el día de mañana, siendo oscilante como fue, en un tema tan serio como el financiamiento de las isapres. Por eso está bien que haya dado un paso al lado.

-¿Cómo evalúa la polémica que se generó?

-Hubo algo que fue incomprensible. El exsuperintendente se desdijo de una decisión que había tomado la misma Superintendencia en octubre pasado donde recogía el dictamen del Tribunal Constitucional (TC) del 2010 que señalaba que las isapres no debían subir los costos de sus afiliados cuando estos cambiaban el rango etario. También hay que decir que el TC fue sumamente claro porque se pronunció exclusivamente en lo que se refiere a las tablas de riesgo, a la edad y grupos etarios, pero no se refiere a otros aspectos que están contenidos en la tabla. Entonces, al haberse desdicho de lo único que habla es que se puso claramente del lado de la industria de la salud, representaba por las isapres, pero no puso del lado de los afiliados. Aquí lo más relevante es que tomó una decisión, una opción, y fue cuidarle el bolsillo a las isapres. Bueno, al final se desdijo de esto debido a la presión ciudadana, pero su espíritu y voluntad quedó claro.

- ¿Se habrían complicado las negociaciones?

- Su permanencia en el cargo era imposible porque ya no generaba confianza. Él debía dar un paso al costado. Le habíamos perdido la confianza porque aparecía como un interlocutor debilitado en estas materias. Cuando el Presidente habló que finalmente iba a abordar el tema de las isapres con una lógica distinta, en una decisión más sanitaria y del lado de los afiliados, si él hubiera seguido todo ese discurso hubiera quedado en entredicho. No era un interlocutor que nos hubiera dado certezas en las conversaciones que van a ocurrir respecto del funcionamiento del modelo de isapres; ni siquiera respecto de un tema que para nosotros es central: terminar con las tablas de riesgos.

- La solicitud de salida era transversal.

- Sí, era transversal, pero había matices. Había dos miradas: una que esto dañaba comunicacionalmente en las encuestas al Gobierno y para nosotros, como oposición, había un tema más de fondo porque creemos que el financiamiento y la regulación de las tarifas de las isapres tienen que cambiar. El TC dice algo muy importante: que este es un seguro social y es relevante porque el TC ve que aquí claramente hay un seguro con un sistema de aseguradora distinto entre Fonasa y las isapres.

- El diputado Javier Macaya (UDI) cree que la primera señal que deben dar las isapres para recobrar la confianza es bajar los planes sin esperar que haya una ley o una presión gubernamental.

- Es lo mínimo que debieran hacer. Pero lo dificulto, porque justamente entre los considerandos que tiene la Superintendencia están las reclamaciones que le están haciendo las isapres respecto al efecto financiero que tendría en ellos modificar las tablas de riesgo o aplicarse a lo que dijo el TC el 2010.

- En general, ¿qué le parece la propuesta que anunció el Gobierno?

- Concuerdo con varias de las declaraciones del ministro Santelices, como por ejemplo poner en marcha un plan básico. Aquí el resguardo que hay que tener es que el plan básico no sea tan básico de modo que el que pueda ir comprando o reasegurando otras prestaciones volverá a establecer que quienes tienen más tienen mejor salud y los que tienen menos, una peor salud. Y eso no es aceptable desde un punto de vista social.

- ¿Al hacer cambios al sistema privado de salud también se requiere intervenir Fonasa?

- Tener un plan básico que sea común en el sistema público y en el sistema privado debiera generar la sensación de que la gente va a migrar masivamente hacia un lado o al otro, pero creo que eso debe tener algunos mecanismos de regulación, especialmente con los prestadores. Yo tomaría lo que dice la OCDE que todo debe avanzar esencialmente a fortalecer Fonasa y el sistema público más que estar fortaleciendo al sistema privado.

- Daniel Verdessi (DC) fue más allá y a su juicio lo ideal es que las isapres no existieran y se avanzara hacia un sistema único solidario.

- En el mundo progresista siempre hemos pensando que debiera haber un seguro público y que nuestra tarea es fortalecer ese sistema. Sin embargo, creo que eso hoy es inviable. Para terminar con las isapres no están ni los votos, ni la voluntad política; sólo es una declaración de buenas intenciones porque en el fondo no están las condiciones políticas para avanzar en eso. Lamentablemente.

- Pero sí se necesita un ajuste del modelo de isapre con urgencia.

- Se necesita una regulación estricta. Si va a existir un sistema dual público-privado, no puede ser que los privados tengan el doble de recursos por cada persona. Si avanzar hacia un sistema dual donde haya capacidad de compartir solidariamente el financiamiento con 550 dólares por persona parejo y con un fondo común solidario para solidarizar con los que tiene menos. O sea, compartir el mismo juego y las mismas reglas. Pero si se ha provocado un tremendo revuelo por bajar los planes según el factor de riesgo de la edad, hay que imaginar lo que va a generar la eliminación de las preexistencias y otros factores de riesgo. Pero es una discusión que hay que hacer; solidaricemos los fondos, tengamos un plan común donde haya reaseguramientos regulados para no establecer una distancia tan grande entre los que tienen más y los que tienen menos.

- ¿El Parlamento estaba al debe con este tema?

- Creo que los gobiernos de la Concertación y de la Nueva Mayoría estaban al debe también. Echarle la culpa hoy sólo al gobierno de Piñera no es justo tampoco. Lo que ha ocurrido es que nos hemos hecho los lesos en esta discusión.

"Solidaricemos los fondos, tengamos un plan común público-privado donde haya reaseguramientos regulados para no establecer una distancia tan grande entre los que tienen más y los que tienen menos""

"Los gobiernos de la Concertación y de la Nueva Mayoría también estaban al debe. Echarle la culpa hoy sólo al gobierno de Piñera no es justo tampoco. Lo que ha ocurrido es que nos hemos hecho los lesos en esta discusión" "Él debía dar un paso al costado porque aparecía como un interlocutor debilitado en estas materias. Si hubiera seguido todo el discurso sobre reforma de las isapres hubiera quedado en entredicho""