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Los pequeños proyectos importan

Los proyectos pequeños importan y han cambiado lentamente espacios abandonados o con una fuerza inusitada pretenden hacerlo.
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Se ha hablado mucho de lo que no se hace en la ciudad de Valparaíso, mucho de ello asociado a los grandes proyectos urbanos de orden infraestructural, los cuales en su mayoría propician cambios profundos en la calidad de vida de sus habitantes. Es más, hemos escrito en más de alguna ocasión que los importantes cambios urbanos de Valparaíso se originaron a comienzos del siglo XX con obras de infraestructura de gran envergadura como el saneamiento de quebradas que construyó las avenidas que hoy recorren la ciudad de cerro a plan y ayudaron a poblar las partes altas del puerto cuando todavía su poblamiento era incipiente.

También hemos escrito que la última gran obra que generó bondades urbanas significativas fue la construcción del camino La Pólvora y la llegada directa de camiones al puerto, porque solemos olvidar lo que significaba para la ciudad tener las grandes filas de camiones en las calles esperando turno para cargar.

Quisiera cambiar la escala de observación, hablar de los pequeños proyectos que se han llevado a cabo durante largo tiempo en Valparaíso, los cuáles despliegan bondades urbanas significativas, debido a su escala, asociación de gestión pública y privada, junto con una participación ciudadana activa. Un ejemplo de ello es la capacidad hotelera de la ciudad, desplegada desde el Barrio O'Higgins hasta los cerros de Playa Ancha. Esto se inició con proyectos desde las universidades, pasando por fundaciones y organismos públicos hace más de 18 años, con la idea principal de transformar las residenciales informales en hospedajes de calidad para los turistas. Lo más interesante es que no sólo grandes inversiones privadas participaron, sino esencialmente familias que han apostado por convertirse en pequeños empresarios y la inversión está desplegada por toda la ciudad, aunque solemos sólo hablar de los cerros tutelares del turismo, como son los cerros Concepción y Alegre.

Otros proyectos buscan activar el creciente abandono de las áreas centrales debido a la disminución de sus actividades económicas y al deterioro de los activos inmobiliarios que contienen. El propósito fundamental del trabajo entre universidades, sector público y los propietarios es detonar la inversión en los inmuebles existentes y los espacio públicos en las dos áreas centrales de ciudad como son los barrios de La Matriz y El Almendral.

Paralelo a lo anterior existen proyectos con fondos regionales que lograron activar áreas delegadas al abandono como era el Parque Quintil de Valparaíso, que hoy en día está en plena vigencia y con una comunidad activa participando en él. El proyecto llamado Reciclo Valparaíso ha instalado en distintas zonas del Valparaíso espacios de educación y reciclaje, donde hoy la gestión ciudadana y el trabajo conjunto no sólo cambió el espacio, sino da empleo a una comunidad.

Los proyectos pequeños importan y han cambiado lentamente espacios abandonados o con una fuerza inusitada pretenden hacerlo.

*Integrante Corporación Metropolítica

*Marcela Soto

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