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La lucha de los suplementeros por mantener el oficio que surgió al alero de la Historia

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El 21 de mayo pasado se conmemoraron 140 años de la heroica gesta de Arturo Prat en la Guerra del Pacífico. Cuatro días después, los suplementeros chilenos celebraron su día nacional, el cual se estableció en 2015.

¿última generación?

Hoy el gremio está preocupado. El imparable avance de la tecnología, el decaimiento de las revistas y medios escritos, y el escaso -o nulo, según ellos- reconocimiento a su labor, los hacen pensar que este oficio pueda estar viviendo su última generación.

La deuda pendiente

En este aspecto, Heriberto Bustamante es radical: "¿Quién ha tenido más mérito que un suplementero? Han reconocido a tantos personajes -sin desmerecer-, pero antes estábamos nosotros. Si hasta en "La Pérgola de las Flores" había un suplementero".

El avance de la tecnología y el cierre de medios escritos hacen que el gremio atraviese una innegable crisis. Dando la pelea, conmemoraron recientemente su Día Nacional.

Aparentemente ambos hitos parecen ser dos efemérides que por casualidad se toparon en el calendario. Sin embargo no es así. El noble oficio que -por ejemplo- hace que este diario esté en sus manos, nació durante el siglo XIX, pero no fue hasta 1879 que se formalizó. Lo anterior, debido a que los acontecimientos ocurridos en Iquique despertaron el interés de la ciudadanía, creando la necesidad de información. Así nació el primer suplementero, el 25 de mayo de aquel histórico año.

Al principio, cuentan los más antiguos en el oficio, los niños eran quienes asumían la labor de llevar el papel a sus lectores, haciéndose conocidos como los "canillas". Con el paso de los años, "gritar el diario" o irlo a buscar a las estaciones de trenes se hizo rutina en los suplementeros, quienes -probablemente sin querer- se convirtieron en una parte silenciosa de la Historia.

Heriberto Bustamante tiene 74 años, de los cuales ha dedicado más de 50 a vender diarios. Fue presidente nacional del rubro y hoy ocupa el cargo de secretario en el Sindicato de Quilpué. Al oficio llegó encantado por la antigua revista "El Peneca" que se repartía en Valparaíso, donde comenzó cuidando la agencia que la distribuía.

Bustamante afirma que "en la Quinta Región somos un sindicato privilegiado por tener El Mercurio (de Valparaíso) y La Estrella. Nos ha permitido subsistir medianamente bien, pensando en que hemos tenido una baja en los ingresos debido a la tecnología", dice, mientras recuerda que cuando pequeño retiraba los diarios desde las oficinas de calle Esmeralda, en el Puerto, para luego colgarse del primer trolebus que pasara.

"Es uno de los pilares que tenemos, ya que a nivel nacional estamos teniendo una gran crisis", agrega Bustamante. "Es una lucha constante", complementa Claudia Torrejón, presidenta del mismo sindicato, quien confiesa que este año, en vez de llevar a cabo una celebración, decidieron dividir ese gasto entre sus socios, pues "a algunos les ayuda más la platita así".

A pesar de aquello, la también tesorera del Consejo Regional de Suplementeros V Región añade que "el producto regional sigue prevaleciendo por sobre los diarios nacionales. Puedo vender 35 diarios de acá y 15 que llegan de Santiago".

Por su parte, Patricia Carroza, presidenta del Sindicato de Quintero y del Consejo Regional, sostiene que para hacer que el oficio no muera "aún se mantiene el reparto a las casas. Tengo presente a mis clientes, con lluvia o viento, y muchas veces una se termina convirtiendo en su psicóloga, porque se le toma cariño a la gente y es triste pensar que todo por lo que se luchó podría acabar".

Y si bien la dirigente hace un mea culpa y dice que "quizás en el auge los suplementeros no supieron administrar la plata, como le pasa a los artistas", sí sostiene que actualmente una vía para prolongar su presencia es "trabajar en conjunto con las empresas para buscar soluciones que ayuden a ambas partes".

Patricia es optimista, pero también realista: "Hoy el 80% de los que quedamos somos de la tercera edad. Son pocos los que creen que pueden luchar por preservar el oficio y no entienden que esto tiene fecha de término".

Aquello es compartido por Claudia Torrejón, quien afirma que "hoy los hijos de los suplementeros ya están en otras cosas, así que no creo que esto dure más de 20 años más y nos gustaría ser recordados como Patrimonio Humano Vivo, porque siempre habrá una foto que le pueda demostrar a los niños del futuro cómo éramos y la importancia que tuvimos".

Agrega que "nadie le ha puesto el cascabel al gato. Me duele porque he conocido a muchos suplementeros y dan la vida por esta actividad, han muerto en la calle vendiendo diarios y no tuvieron la dicha de ser reconocidos en vida".

Bustamante continúa: "Acaso los senadores, ministros, o hasta los mismos Presidentes, ¿no estudiaron con el diario? Sí se hacían las tareas con el Icarito, se sacaban recortes de los suplementos, pero las autoridades se olvidan, no hay una retribución a una actividad que ha aportado a la cultura", enfatiza el dirigente.

Ante esta crisis, la presidenta del Sindicato de Quilpué señala que "hemos tenido que reinventarnos y no queremos que los periódicos mueran. Para quienes tienen kioskos el diario atrae, porque se quiere saber la copucha y eso te lleva a vender confites, bebidas o el cafecito. Hemos tenido que saber rellenar esta falta de ingresos. 'Vamos a luchar por siempre para que esto no desaparezca', dicen algunos cuando nos reunimos".