Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Servicios
  • Vida Social
  • Espectáculos

"Red Valparaíso": entre el entusiasmo y la realidad

Arquitecto Integrante Corporación Metropolitica
E-mail Compartir

Hace un par de meses el gobierno lanzó el nuevo sistema de transporte público que reemplazó a Transantiago. Este nuevo sistema que fue bautizado como "Red" se basa acertadamente en la expansión de la red de Metro, haciendo de esta el soporte principal del transporte público, quedando los buses como complemento. Ello incluye, además, revisar los contratos que amarran a los grandes operadores con los subsidios estatales.

Pronto la Ministra de Transportes anunció que llevaría este sistema a las regiones. Por ello cabe preguntarse si es posible implementar "Red" en el Gran Valparaíso. Un análisis frío lleva a dudar, al menos en el mediano plazo, del entusiasmo de la ministra. Veamos el porqué.

La primera razón es el preocupante atraso en materia de infraestructura vial que evidencia esta Región. Esto significa que el Gran Valparaíso tiene un problema de "desnutrición vial", lo cual tiene efectos regresivos. Por un lado la falta de conectividad induce la saturación de los centros y limita la oferta de suelos elevando sus precios, lo que fomenta la segregación. Por otro lado, el atraso de los proyectos viales acentúa la condición de aislamiento de los barrios vulnerables, que tienen históricas carencias de urbanización. Esto implica que hay menos vialidad destinada al transporte público, lo cual bloquea la "capilaridad" del sistema de buses e inhibe la localización de servicios, ya que estos evitan barrios desconectados que restrinjan el acceso de sus usuarios. Como consecuencia de esto las zonas más pobres tienen más dependencia de los centros y menos transporte público.

La segunda razón es la casi nula diversificación tecnológica en los modos de transportes público. El único sistema de transporte masivo que existe fuera de los buses es la línea de Merval. El posible segundo trazado del tren subterráneo hacia Concón tendrá que esperar una buena cantidad de años para ser rentable. Por otro lado, el Tranvía Viña-Reñaca incluido en el programa presidencial y que debe ser impulsado mediante el sistema de concesiones del MOP, ha visto demorada su gestión. El caso de los teleféricos es similar. En síntesis no está en marcha la infraestructura sobre rieles y cables, tan valorada por la calidad de servicio, y que puede competir con los autos.

La tercera y más compleja de todas las razones es el enorme desafío que supone modernizar y subir la calidad del sistema de buses del Transporte Metropolitano de Valparaíso (TMV). Este sistema, que se compone de una hipertrofiada flota de 2.000 buses, se caracteriza por el exceso de ellos en las zonas céntricas y la baja cobertura en zonas vulnerables, asociada a la escasez de vialidad en los cerros. Existen muchos recorridos que ocupan los mismos tramos en las zonas céntricas y no existe integración tarifaria lo cual limita la intermodalidad. Además sus buses basados en camiones, brindan una experiencia de viaje poco grata. Esto último es clave frente a la demanda por calidad de servicio que hoy existe. Frente a esto el Ministerio de Transporte ha propuesto la designación de vías exclusivas cuyos beneficios son discutibles frente a los impactos urbanos que producen, sin mejorar sustantivamente la calidad del servicio, ya que esto depende de otros factores.

Como se puede apreciar, no están las condiciones para implementar el sistema "Red" con las mismas condiciones del Gran Santiago. No está la infraestructura vial ni la tecnología sobre rieles y además es muy complejo reformar el TMV. Esto tiene serias implicancias. Como lo demuestra la encuesta Origen y Destino del 2014, el número de viajes en buses ha disminuido a la mitad comparado con la medición anterior. Por el contrario en el mismo periodo se duplicó el uso del automóvil. Esto último es consecuencia del aumento de ingresos, la demanda de calidad y de la nueva economía se servicios donde los empleos requieren más viajes. En una ciudad con las restricciones geográficas como las existentes, esta tendencia no es sustentable.

¿Qué se puede hacer? No hay que inventar la rueda. Y apostar a que los buses pueden competir con el auto no es realista. Ya el Informe del Concejo de Movilidad de la Región liderado por Germán Correa planteó un paquete de medidas diversas. La primera de ellas es el fortalecimiento de la red vial, con fuerte foco en la conectividad metropolitana. La segunda de ellas es la diversificación tecnológica, implementando sistemas de Metros, tranvías y teleféricos. La tercera es fomentar la planificación integrada, asociando proyectos de vivienda social y equipamiento a los proyectos de conectividad. Paralelamente en la medida que la infraestructura se materialice se debe implementar una gradual reforma al TMV, en el cual se racionalice la flota y se suba la calidad. Dicho paquete debe ser abordado políticamente, acelerando la gestión de todos estos proyectos, cuidando que los dogmas metodológicos no entrampen iniciativas necesarias. El otro escenario es el colapso.

Marcelo Ruiz Fernández