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ENTREVISTA. ricardo gatica, autor del libro "Historia de Everton", revisa los 110 años de vida del club viñamarino:

"El doctor Marín, García y Meléndez son los personajes más importantes de Everton"

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Luis Cabrera del Valle

El próximo 24 de junio Everton cumplirá 110 años de vida. Historia que nace en una casa del cerro Alegre de Valparaíso y que ha sido estudiada a fondo por el investigador y periodista viñamarino Ricardo Gatica Labra.

El autor del libro "Historia de Everton 1909-2009", que se editó a propósito del centenario de la institución, conoce como pocos los hechos que han forjado el carácter de los oro y cielo.

Y ante este nuevo hito que se avecina, cuando se conmemora un aniversario significativo, Gatica afirma que en estos casos "hay que agradecer, porque la institución ha tenido continuidad pese a los recesos".

"La historia es continua, el club se formó y luego fue madurando, creciendo, pero como llega hasta ahora tiene que verse dentro de un contexto, y en la práctica hay que observarlo segmentadamente para poder establecer las diferencias, porque pasó de ser una institución muy amateur, muy precaria en cuanto a socios, a un club profesional con una hinchada, con una ciudad que lo apoya", reflexiona el historiador.

- ¿Cuáles son los hitos más importantes en la historia de Everton, a su juicio?

- En primer lugar la fundación, luego el traspaso desde Valparaíso a Viña del Mar, que le sirvió para desarrollarse como equipo de fútbol, porque tuvo una etapa en que había interés por otras disciplinas y después se fue orientando hacia el fútbol. En eso el cambio de ciudad fue importante, porque en Valparaíso siempre fue un equipo secundario, mientras que en Viña pasó a ser el equipo importante. El tercer hito son los campeonatos de 1950 y 1952, porque rompe la hegemonía de los clubes santiaguinos y posteriormente se genera otro hito, que es cuando el equipo empieza a participar en competencias internacionales. Han sido pocas veces que ha salido al extranjero, pero eso te da cierto renombre más allá de las fronteras. Su primera participación fue en 1977, pero ya después del año 2000 fue campeón de nuevo y participó en copas Libertadores y Sudamericana.

- ¿Qué pasó en los años en que el club estuvo en receso durante la década del 30 y el 40?

- El receso no significó la muerte, los problemas que tuvieron en los años 30 pudieron significar que cualquier otro club desapareciera, y si bien no participaron en distintas competencias, siempre hubo gente interesada en que resurgieran. Hacia la comunidad el club había desaparecido, pero internamente hubo quienes trabajaron para que se mantuviera. Eso le da cierta continuidad histórica, porque la fundación es en 1919 y hoy se celebran 110 años, porque estamos hablando del mismo club, no es como Green Cross o Iberia, que fueron clubes de Santiago que luego se fueron a regiones. En Everton se mantiene el mismo escudo, los colores que se adoptaron en los años 20 se mantienen hasta ahora.

- ¿El mayor problema en la historia del club fue cuando decidió profesionalizarse?

- Eso fue el paso de un club amateur con distintas actividades hacia uno que se dedicaba al fútbol. David Foxley se opuso tenazmente, pero la profesionalización tenía que ver con la carencia de recursos para financiar tantas disciplinas. Al final se optó por la más popular en la época. Si me preguntas por las grandes dificultades de Everton, yo te respondería que han sido sus crisis financieras. Esas crisis lo han puesto en riesgo no de desaparecer, pero sí de perder protagonismo. Hoy en día es impensable un equipo de fútbol sin recursos, pero pasó en los 80 con la primera crisis, en los 90, y que fue aparejada con lo deportivo.

- Hablemos de momentos gratos. ¿Cuáles rescataría?

- Para mí es fundamental el año 1942, cuando Everton empieza a jugar partidos internacionales y tiene una convocatoria de público impresionante, con once mil personas enfrentando a Peñarol o Racing. Eso le mostró a la gente que quería dedicarse al fútbol que por ahí iba el camino. Si esos ensayos no hubieran sido buenos, la Asociación de fútbol no habría pensado en Everton para sumarlo a la competencia profesional en 1944. Hay un proceso previo que es un renacer después de uno de sus recesos, pero a lo grande, con estos duelos internacionales. Otro punto fundamental para mí es la renovación del estadio, el Everton jugaba en El Tranque, luego en Sausalito, y ahora el estadio de Viña es de primera calidad, lo que también es grato. Si bien el club no tuvo nada que ver en la remodelación, sí usufructúa de eso.

- ¿Cuáles son, desde su punto de vista, los tres personajes más importantes en la vida evertoniana?

- El doctor Marín, Martín García y René Meléndez. La época de oro fue a fines de los 40 y principios de los 50. Y eso se relaciona con que la directiva estaba a cargo de Oscar Marín Socías, el equipo lo dirigía Martín García y tuvieron a René Meléndez, que si no es uno de los 10 mejores jugadores chilenos en la historia, anda raspando. Esto significó que por primera vez un equipo que no era de Santiago fuera campeón, eso le dio un tremendo arraigo popular, no sólo en Viña, que no era muy grande, sino a nivel regional.

- ¿Se puede hablar de un carácter del club en la cancha y en las tribunas, forjado en estos 110 años?

- En la cancha creo que no ha habido algo continuo, porque durante mucho tiempo se habló que el Everton era un equipo de toque y buen fútbol, pero con Nelson Acosta fueron campeones siendo aguerridos. Hoy los veo buscando cierta estructura que les dé un estilo deportivo. Y respecto a la hinchada, pasó de ser un público familiar a que hoy tenga una barra que si bien no es tan violenta como otras, sí es de cuidado. Desafortunadamente pasa en todos lados, hoy por ejemplo resulta imposible que en un partido con Wanderers seguidores de ambos equipos se sienten juntos, lo que hasta no hace mucho se podía.

- ¿Cómo ve la apuesta de los mexicanos del Grupo Pachuca, dueño actual de la sociedad anónima, por posicionar a Everton como el cuarto grande de Chile?

- Va de la mano de los recursos que inviertan. Pachuca es una multinacional del fútbol, no solamente tiene a Everton, sino que también clubes en México y Argentina. Ellos tienen un modelo de negocio que les funciona en México, donde no ganan el campeonato todos los años, pero sí lo pelean. Si quieren extrapolar esto al fútbol chileno, que lo hagan. Yo difiero de quienes piensan que a los mexicanos les ha ido mal, pelearon una Copa Chile, tuvieron dos campeonatos buenos, pero en los últimos años no les ha resultado. El fútbol es inyección de recursos, si los tienes puedes fichar a los mejores jugadores, hoy no vas a sacar un jugador de la cantera para que te salve un partido. Hasta ahora han traído jugadores de segundo o tercer orden para ver si despegan. Yo no soy enemigo de que inviertan, porque al final esto es una competencia deportiva y todo se mide por resultados.

- ¿Tiene que ver con la historia de la institución el recelo que ha provocado en muchos hinchas el arribo de los nuevos dueños?

- Desde la hinchada hay cierto rechazo hacia las sociedades anónimas, sean de donde sean, básicamente porque se dan cuenta que dejan de tener la propiedad del club. Ahora son invitados a participar, bajo las reglas que propone la sociedad anónima. Creo que las S.A. debieran andar bien, pensando en que ya se han dado cuenta que no es lo mismo el fútbol que exportar papas o paltas. A veces los resultados no se dan en cinco o diez años, hay que ver entonces cuál es la espalda que tienen y lo que pueden soportar poniendo recursos que no tienen retribución.

"En Valparaíso, Everton siempre fue un equipo secundario, mientras que en Viña pasó a ser el equipo importante"

6 de julio se disputará en Sausalito la revancha entre Everton y Trasandino por Copa Chile (19 horas).