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Las "calculadoras" del Apolo 11

EXPERTAS. Grupo de mujeres fue clave para el éxito de la misión.
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La programación del software de navegación o los cálculos detrás del despegue son algunos de los importantes aportes que un grupo de mujeres hizo a la histórica misión Apolo 11, que también tuvo entre los expertos de la sala de control de lanzamiento a una mujer: JoAnn Morgan, la única en la habitación.

El 16 de julio de 1969 despegó desde Cabo Cañaveral (EE.UU.) el cohete Saturno V que llevaría hasta la Luna a Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, una aventura en la que se involucraron decenas de ingenieros y matemáticos de la NASA, además de miles de personas de otros ámbitos.

Entre los primeros, destacó un grupo de mujeres que formaron parte de la sección de computación del ala oeste -donde trabajaban los afroamericanos- del Laboratorio Langley en Hampton, Virginia. Fueron Dorothy Vaughan, Mary Jackson y Katherin Johnson, tres afroamericanas cuya labor en la NASA fue durante años desconocida para el gran público hasta que su historia se contó en la película "Hidden Figures" ("Figuras ocultas", 2016).

Punto de inflexión

Johnson, nacida en EE.UU. en 1918, calculó la trayectoria y la ventana de amerizaje del primer vuelo suborbital del astronauta Alan Shepard y validó las ecuaciones que controlarían la trayectoria del vuelo orbital de John Glenn, lo que hizo que fuera conocida como la matemática que aseguró el éxito de la misión que marcó un punto de inflexión en la carrera espacial entre Estados Unidos y la URSS.

Dorothy Vaughan fue otra pionera de la NASA; según cuenta la propia agencia en su web, fue una matemática respetada y su primera gerente afroamericana. Se convirtió en una experta en el lenguaje de programación Fortran y contribuyó, entre otros, al programa de lanzamiento de vehículos "Scout" (explorador). Además, coincidió con Johnson y Mary Jackson.

Para esta última, el amor por la ciencia y el compromiso por mejorar las vidas de las personas eran lo mismo. Nacida en Hampton, Virginia, se graduó con un doble título de matemáticas y ciencias físicas y aterrizó en 1951 en el centro Langley. En 1959 se convirtió en la primera mujer negra que alcanzó el grado de ingeniería de la NASA.

Evitó el fracaso

Margaret Hamilton también fue otra precursora y fue la que probablemente evitó el fracaso del alunizaje del Apolo 11. Minutos antes de que el módulo lunar alunizara, Aldrin encendió un radar que no era utilizado durante la maniobra y un computador envió una alarma indicando que estaba sobrecargado.

La solución llegó de esta joven matemática, que convenció al director de la misión de que el software por ella diseñado estaba preparado para dar prioridad a funciones imprescindibles, por lo que podía ignorar esos mensajes de error.

Aquellos días, en la sala de control del Centro Espacial Kennedy sólo había una mujer: JoAnn Morgan. "No hubo días aburridos. Aprendí de cada experiencia", dijo después. Trabajó en una variedad de proyectos, desarrolló algoritmos para crear una trayectoria hacia Marte y estuvo vinculada al desarrollo de transbordador espacial.