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ENTREVISTA. almirante (r) edmundo gonzález, ex comandante en jefe de la Armada, sobre derogación de la Ley Reservada del Cobre:

"El riesgo es que ahora nuestro enemigo va a saber perfectamente lo que vamos a estar comprando"

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Cristián Rodríguez F.

Recalcando que la Ley Reservada del Cobre no fue promulgada durante el régimen militar, sino que en la administración del Presidente Carlos Ibáñez del Campo, en 1958, el ex comandante en jefe de la Armada, almirante (r) Edmundo González, cuestionó la decisión del Gobierno de derogar la mencionada normativa y reemplazarla por un sistema de financiamiento plurianual para las Fuerzas Armadas (FF.AA.).

"Es bastante difícil de interpretar el nuevo mecanismo, en el sentido de que no sabemos en qué va a terminar", sostuvo el exjefe de la Marina, quien insistió en desmitificar todas las "falacias" que durante décadas rodearon a la polémica ley.

"Todo esto partió en 1938, con la ley de arrendamiento de tierras fiscales ubicadas en Magallanes. Ya en esa época el país buscó un mecanismo de financiamiento estable para las FF.AA., pero fue en 1942 cuando se produce un momento importante, donde la clase política decidió abdicar voluntaria y progresivamente de su responsabilidad de financiar a la Defensa porque las discusiones eran eternas. Ese año también se creó el Consejo Superior de Defensa Nacional, con una fuerte influencia del Ejecutivo. Y allí se produce la primera conexión con el cobre, cuando se puso a disposición del Consejo la diferencia de valorización que se produjera por los retornos de divisas que debían enterar las empresas de la gran minería del cobre", explicó.

"Entonces -agregó González- no es cierto que la clase política se haya excluido, sino que se automarginaron. Y aquellos que digan que con la derogación están rompiendo una trinchera creada en el Gobierno Militar, es una falacia", reiteró el almirante (r), recordando que lo que ocurrió a fines de 1973 fue que "se asignó el 10% de las ventas que realizaran las empresas nacionalizadas de la gran minería, lo que fue un cambio importante".

- ¿Por qué no está de acuerdo en que se haya derogado la ley?

- Porque estas cosas nos van dando cuenta de que la ley no era tan siniestra como se describía. Producía bastante estabilidad y desde 1958 que se fue corrigiendo hasta satisfacer bastante bien las necesidades de las FF.AA. Creo que no era necesario el cambio. Sí se podría haber avanzado en un perfeccionamiento de la misma.

- ¿En qué términos?

- Bueno, por ejemplo en reincorporar la toma de razón de la Contraloría. Habría sido suficiente modificarla en cuanto a transparencia, pero también hay que tener mucho cuidado porque lo que estamos comprando no son bolitas de dulce, es material altamente sofisticado que requiere de mucha clasificación y reserva, y no cualquier persona puede conocer esa información.

- ¿Había que mantener fuera de la discusión al Congreso?

- Perdóneme que le diga, pero con el aprecio y respeto que le tengo a los miembros del Parlamento, tratar de filtrar la cantidad de personas que se involucrarán en el conocimiento de estos temas es muy difícil. Es lo mismo que publicar el tema en internet. Aquí todo el mundo dice que con esto se van a transparentar las compras de armamento. Y yo diría que sí, se pueden transparentar, pero hay que tener cuidado con transparentar todo el detalle.

- ¿Le ha costado a la clase política y a la sociedad comprender la importancia de la Defensa y que desde esa perspectiva, a su juicio, no todo debe ser transparentado?

- Mire, nuestras relaciones vecinales, históricamente, obedecen a los ciclos económicos de cada país. No quiero dar nombre, pero cíclicamente ha pasado que cuando un vecino está mejor y nosotros mal, tenemos problemas. Entonces, erradicar los problemas vecinales creo que es una utopía. Las FF.AA. tienen que estar concentradas en las amenazas vecinales porque para eso existen. Negarse a eso sería negar que la guerra existe; y negar que la guerra existe es algo que por siglos se ha demostrado que es imposible.

- ¿Se relativiza el rol de las FF.AA.?

- Absolutamente. Además, las nuevas áreas de misión que están teniendo nos exige incluso tener un mejor equipamiento y más sofisticado, que en algunos casos puede ser público, como en la Directemar, pero en otros casos tiene que ser altamente clasificado.

- ¿En qué casos, por ejemplo?

- Por ejemplo, el tipo de misiles o torpedos -y sus características- que usan los buques y submarinos no pueden ser de absoluto conocimiento público.

- ¿Esa reserva se pierde, a su juicio, en este nuevo sistema?

- Se pierde y se va a perder. Y es más, yo creo que con el proyecto que existe hoy en día se pierde poco, a medio y, con las modificaciones que va a tener en el camino, se perderá mucho.

- Pero es justamente la falta de transparencia lo que más se le ha criticado a la derogada ley y que incluso fue el argumento del Gobierno para proponer un cambio.

- Se ha dicho que era poco transparente y que permitía la corrupción, pero, a mi juicio, ese mal estará siempre presente en cualquier sistema. Si usted pone un punga en cualquier mecanismo nos acordaremos del refrán "hecha la ley, hecha la trampa". Las leyes no se hacen para pungas ni deshonestos. Eso, sin perjuicio de que con los mecanismos de control que tenía la ley era muy difícil que se cometieran actos delictivos. Los gastos reservados son otro tema, aunque también hay que tener cuidado con controlarlos mucho, porque si en su toma de razón la Contraloría pregunta que a quién se le pasó la plata, yo le podría decir que los espías no dan boletas, por ejemplo.

- Es justamente ese uno de los argumentos de lo que estaban a favor de derogar la ley, que las FF.AA. no tenían control civil.

- Es falso lo que se dice de que los militares nos financiábamos y mandábamos solos. Nunca fue así con la ley. Cuando queríamos comprar, el Ejecutivo tenía que estar alineado y las comisiones de Defensa del Parlamento también.

- Entonces, ¿cuál es su reparo?

- La ley imponía una reserva sobre las compras militares que, si bien no se aseguraba totalmente, al menos dificultaba de manera importante el conocimiento por parte de otros actores. Pero con esta transparencia de ahora -sin saber en cómo terminará el sistema-, no puedo asegurar que otros actores estén ajenos a las compras. Por eso el haber derogado la ley es una apuesta riesgosa.

- ¿Cuáles son los riesgos de que ya no exista ese porcentaje de secreto que usted defiende?

- El riesgo es que nuestro enemigo va a saber perfectamente lo que estamos comprando y va a comprar la contra medida.

- ¿Es tan así?

- ¡Pero es que como está hoy el proyecto va a ser así! Son más los actores que se involucrarán porque multiplicamos por diez el número que va a saber en detalle lo que compraremos.

- ¿Ocurre que existan FF.AA. extranjeras pendientes de las compras que realicen otros países?

- Contéstese usted mismo...

- Por lo que insinúa da la impresión de que sí.

- Usted lo dijo, no yo.

- Pero respóndame usted.

- Es obvio. Para qué me hace responderle cosas así.

"presión política"

- ¿Cómo explica que siendo para usted una ley que cumplía con las expectativas, el Gobierno haya insistido en derogarla?

- Creo que se puso la carreta adelante de los bueyes, porque el nuevo sistema debiera obedecer a la Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa (ENSYD), que aún se discute en el Congreso desde el primer gobierno de Piñera. Esa debería ser la cabeza del mecanismo, pero se terminó haciendo antes por una presión política en lugar de haber trabajado nuevamente la ENSYD.

- Tampoco es que existiera una gran presión política y social para derogar la ley. El proyecto llevaba ocho años durmiendo en el Congreso y da la impresión que este Gobierno era el más interesado en crear un nuevo sistema.

- Estoy de acuerdo, pero para mí no tiene lógica, desde el punto de vista de la estructura de planificación, que se haya aprobado sin tener antes un ENSYD. Esa estrategia perfectamente podría haber contado con una Ley Reservada del Cobre corregida, con mayor transparencia -sin tanto detalle como le digo- y sin la absoluta decisión del Poder Legislativo. Por ejemplo, se podría haber asociado al Producto Interno Bruto del país en caso de alguna inestabilidad en el precio del cobre. Pero la Defensa, al igual que las Relaciones Exteriores, son temas que le corresponden al Ejecutivo. Le puedo asegurar que vamos a volver a la década del 30 cuando, llegado el minuto, el parlamentario que tenga que votar el financiamiento prefiera otras cosas en vez de potenciar a las FF.AA.

"Ahora son más los actores que se involucrarán porque multiplicamos por diez el número que va a saber en detalle lo que compraremos (...) Por eso el haber derogado la ley, para mí, es una apuesta riesgosa"

"Es falso que los militares nos financiábamos y mandábamos solos. Nunca fue así. Cuando queríamos comprar, el Ejecutivo tenía que estar alineado y las comisiones de Defensa también"