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Bandas se enfrentan en cárcel brasileña: mueren 52 reos

MOTÍN. Los incidentes se extendieron por cinco horas en el recinto penitenciario.
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Al menos 52 presos murieron ayer en un nuevo y sangriento enfrentamiento entre dos facciones criminales rivales en una remota cárcel del interior del estado amazónico de Pará, ubicado en el norte de Brasil.

Al término de más de cinco horas de motín, las autoridades confirmaron que al menos 52 reclusos del Centro de Recuperación Regional de Altamira, en el sudeste del estado, perdieron sus vidas.

De entre ellos, 16 fueron decapitados y los otros 36 murieron asfixiados a raíz del humo que se propagó por diversos espacios del complejo carcelario después de que los atacantes se encerraran en un salón e incendiaron el local.

Se trata de la segunda mayor masacre en presidios brasileños en lo que va de 2019.

El pasado mayo, una cadena de enfrentamientos en cuatro diferentes cárceles del Estado de Amazonas dejó un saldo de 55 muertos en menos de 48 horas en la capital de Manaos, también en el norte de Brasil.

El trágico motín de ayer ha vuelto a reabrir el intenso debate sobre las precarias condiciones de las penitenciarias de Brasil, el tercer país con más reclusos en el mundo detrás de Estados Unidos y China.

El ataque dentro de Altamira ha chocado a la opinión pública debido a su ferocidad.

"Fue un ataque localizado y orientado a exterminar integrantes de una facción rival. Ellos (los atacantes) entraron, mataron y prendieron fuego", afirmó el secretario y dirigente de la Superintendencia del Sistema Penitenciario del Pará (Susipe), Jarbas Vasconcelos.

La Susipe detalló que la pugna comenzó sobre las 7 de la mañana, hora local, cuando los agentes carcelarios servían el desayuno a los reclusos.

Minutos después, presidiarios de un segundo pabellón, quienes pertenecen a una facción criminal con ramificaciones en todo el territorio brasileño, habrían entonces irrumpido en el local e iniciado un ataque con "armas artesanales", en su mayoría cuchillos, contra los integrantes de la organización rival, más implantada localmente.

Líder opositor ruso sospecha que fue envenenado

REO. Dijo que pudo ocurrir en la cárcel, pero exculpó a los carceleros.
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El principal líder de la oposición extraparlamentaria rusa, Alexéi Navalni, afirmó que no es alérgico y que sospecha que pudo haber sido envenenado en la cárcel, pero no por sus carceleros.

"¿Entró alguien además de los celadores a mi celda? Descarto que me envenenasen los policías, estaban más impactados que yo con mi aspecto y con lo que me sucedía" tras hincharse sus ojos y tener los párpados como "pelotas de ping pong y el cuello rojo", entre otros síntomas, según relató en su blog.

Navalni fue ingresado el domingo en un hospital, donde se le diagnosticó una "dermatitis de contacto". Pero su médico personal, Anastasía Vasilieva, planteó que el político había sido intoxicado con una "sustancia química" no establecida.

El opositor negó categóricamente padecer de alergias e informó que ya solicitó las grabaciones de las cámaras de seguridad de su celda para ver si alguien pudo acceder a sus pertenencias en su ausencia.

Navalni comentó que, en la tarde del sábado, empezó a sentir los primeros síntomas, cuando sus compañeros de celda le dijeron que tenía el cuello rojo. Después comenzó a sentir escozor en la frente y alrededor de los ojos.

Tras estar más de 24 horas en el hospital, Navalni fue dado de alta ayer por los médicos y enviado de vuelta a la cárcel.