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Vania Vega, la seleccionada nacional Sub 14 que cambió el pasto por el parquet

BÁSQUETBOL. La viñamarina, jugadora de Cultura Física, acaba de conseguir con Chile el tercer lugar en el Sudamericano.
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Luis Cabrera del Valle

Cuando tenía 9 años, Vania Vega Marileo fue la primera niña inscrita oficialmente en las divisiones inferiores de Santiago Wanderers. El sueño de su padre se hacía realidad, pues ya sus dos hijos mayores eran parte de las cadetes del Decano.

Sin embargo, una lesión producto de un golpe alejó a la viñamarina del fútbol competitivo con varones. Y fue el momento de la influencia de su madre, jugadora de la rama de básquetbol de Everton.

Verónica Marileo convenció a su hija de cambiar el pasto por el parquet y la llevó al club Forestal, donde se encontró con un entrenador que la marcó: el fallecido Miguel Angel Villanueva.

Su siguiente estación fue Cultura Física, el equipo que hoy defiende y desde donde dio el salto a la Selección Nacional U 14, que acaba de conseguir el tercer puesto en el Campeonato Sudamericano de la categoría, disputado en el coliseo Abel Jiménez Parra de Guayaquil, y donde la alera fue una de las grandes figuras de Chile.

El quinteto dirigido por Juan Miranda perdió durante el campeonato sólo con Brasil y Argentina, equipos que a la postre lograron los dos primeros lugares, respectivamente. En la disputa por el bronce, el 28 de julio pasado, el cuadro nacional venció a Ecuador por 52-43.

Vega recuerda que para llegar a la selección, participó en un masivo proceso selectivo en el gimnasio Arlegui, al que asistieron más de cien niñas.

Lo que vino después, lo califica como "un sueño", porque "el anhelo de todo deportista es llegar a la selección nacional, y para mí esa experiencia fue única. En los partidos en Ecuador, creo que fui de menos a más, estaba acostumbrándome al clima, a jugar en el ámbito internacional, fue muy bonita la experiencia y tengo que seguir manteniéndome en la selección para seguir disfrutando y sumando también".

En el análisis de la participación chilena en el Sudamericano, la basquetbolista afirma que los complicó la envergadura y la estatura de sus rivales.

"Nosotros no somos un equipo tan alto, y fue difícil en los primeros partidos contra Argentina y contra Brasil. Creo que contra las brasileñas lo que marcó la diferencia fue la altura, porque ellas medían más de un metro noventa, y nuestro promedio no alcanza el metro ochenta", explica la viñamarina de 14 años.

Sin embargo, a la hora de analizar la técnica de sus rivales, la jugadora nacional no tiene dudas al decir que "no eran más que nosotros, nos costó un poco salir adelante, pero peleamos el partido con Brasil pese a que ellas tomaban todos los rebotes por su altura".

Vania Vega resalta que la diferencia de juego y marcador que se apreció en los duelos contra los equipos que disputaron el primer lugar, no fue demasiada. Contra Argentina, por ejemplo, cayeron por seis puntos (59-53), mientras que las brasileñas les ganaron 71-60.

Chile U 14 es el equipo que viene detrás, en términos generacionales, de la Selección femenina que logró clasificar al Mundial Sub 17 de Rumania 2020. Y la viñamarina se ilusiona con ser parte del relevo nacional y lograr los éxitos de las mayores.

"Nuestro sueño es llegar a ser como las 'Huasitas',obviamente somos sus admiradoras, ellas hicieron un trabajo único, fueron bicampeonas sudamericanas y clasificaron al Mundial, eso también lo busca Chile en nuestra categoría. El último Sudamericano era sólo formativo, pero el próximo año buscaremos un cupo en el Pre Mundial y luego estar en el podio para ir al Mundial", dice la jugadora de Cultura Física.

Relación con el fútbol

Los inicios futboleros de Vania Vega no son gratuitos. Cristián, su padre, es fanático de Santiago Wanderers, pero además tiene una relación familiar con dos destacados jugadores de la región.

Es primo de Sebastián Varas, delantero formado en Everton y que hoy milita en Unión Española. Otro de sus primos es Matías Marín, volante caturro y titular en el equipo del Decano.

"Matías Marín y el tío 'Tatán' me han apoyado bastante, esa ayuda uno la tiene día a día para salir adelante. A Matías yo lo admiro por ser tan humilde y por lo que ha logrado", afirma la basquetbolista, quien reconoce que el fútbol le gusta, pero ya se apagó un poco la pasión que tenía antes por jugarlo. Lo que no se acaba, según confiesa, es su amor por Santiago Wanderers.

Apoyo familiar

y estudios

El apoyo familiar ha sido un tema importante en la carrera de Vania Vega. La basquetbolista no se olvida de quienes le han ayudado y les quiere agradecer a todos, a sus padres, hermanos, abuelas, tía y primos. "Sin ellos no podría estar donde estoy", reflexiona la joven, quien se proyecta en el básquetbol. "Cada desafío que se me ponga por delante, espero superarlo, y si se me da la posibilidad de jugar en otro país, me gustaría mucho. También me gustaría una beca para estudiar en una universidad", explica la alumna de primero medio del colegio San Ignacio de Viña del Mar, donde ha recibido apoyo y comprensión para su desarrollo escolar.

"En los partidos en Ecuador, creo que fui de menos a más, estaba acostumbrándome al clima, a jugar en el ámbito internacional, fue muy bonita la experiencia".

Vania Varas, Seleccionada Nacional, U14 de básquetbol

9 puntos anotó Vania Vega en el partido con Ecuador por el tercer puesto en el Sudamericano.

1 hermano de la basquetbolista aún sigue en las cadetes de Wanderers. Se trata del lateral izquierdo Cristian Vega.