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ENTREVISTA. Gabriel Silber, diputado (DC) y miembro de la Comisión de Trabajo:

"Si queremos rebajar la jornada laboral, esto no puede convertirse en un gallito de suma cero"

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Paola Passig

"Desde la DC votamos a favor el proyecto de las 40 horas porque creemos que hay que instalar la discusión en Chile de la jornada horaria", reconoce el diputado Gabriel Silber, quien es parte de la Comisión de Trabajo de la Cámara desde que el jefe de la bancada del PDC decidiera reemplazar a Raúl Soto en medio de la discusión de pensiones. Es un debate, agrega, que el Congreso no puede esquivar. "Sin embargo, esto no puede transformarse en una suerte de gallito entre el Gobierno y los autores de la iniciativa", advierte.

- ¿Por qué?

- Vemos al ministro Nicolás Monckeberg que nos habla de la posibilidad de llegar a un acuerdo presentando indicaciones y por otra parte al Presidente Piñera que nos amenaza con llevar este tema al Tribunal Constitucional. Lo que equivale, al final del día, a sacar este tema del debate parlamentario e intentar por secretaría cercenar el debate. Pero también es un verdadero test para la oposición en términos de que frente a los chilenos no sólo aparezca como propositiva, sino que también capaz de construir acuerdos que impliquen cambios positivos en el país e ir más allá del discurso.

- ¿Le parece una buena alternativa la opción de fusionar ambos proyectos?

- Es que no somos gobierno y se cierne sobre nosotros la espada de Damocles, que es el Tribunal Constitucional, y la amenaza de echar todo por tierra. Por eso tenemos que ver en las palabras del ministro Monckeberg una ventana política para sacar adelante y concretar efectivamente el tema de la reducción de la jornada laboral en el país.

- ¿Por qué apoyaron la propuesta del PC?

- Nosotros apoyamos el proyecto de las 40 horas, pero teniendo claro que la oposición no gobierna y, por lo tanto, teniendo claro que necesitamos cierto nivel de acuerdo político, en especial tras la amenaza del Presidente Piñera con el TC, para que sea viable en especial en tiempos en que el mercado del trabajo es complejo y tenemos 480 mil familias afectadas por la cesantía.

- Se refiere a la inconstitucionalidad del proyecto de la diputada Camila Vallejo.

- Claro. Por eso digo que como oposición debemos dar señales de que las propuestas nuestras deben ser viables como una alternativa concreta de cambio y no sólo como la instalación de una bandera y una propuesta. Y aunque la apoyemos, al final del día debe ser una ley de la República. El sentido práctico de la política irroga también tener capacidad de diálogo con el Gobierno.

- Cuando el ministro Monckeberg anuncia que podría fusionar las propuestas, la diputada Vallejo acusa una guerra contra su proyecto.

- Si genuinamente queremos que la reducción horaria sea una realidad para millones de trabajadores en nuestro país, esto no puede transformarse en un gallito de suma cero para ambas partes. Donde ni el Gobierno puede avanzar con su proyecto ni quienes impulsan la iniciativa de las 40 horas no se abran al debate franco con el ministro Monckeberg.

- ¿Qué le parece la propuesta de La Moneda de flexibilidad y adaptabilidad?

- El gran talón de Aquiles de ese proyecto es que idealiza la realidad o la relación entre trabajadores y empleadores sin hacerse cargo de la asimetría o de la capacidad de negociación que tiene uno respecto del otro. Y al final del día será el empleador quien va a terminar en la mayoría de los casos imponiendo sus condiciones respecto de la jornada horaria, más que una relación de igualdad a la hora de flexibilizar las horas de entrada y salida o de la carga horaria de un trabajador en particular.

- Para Camila Vallejo, más que flexibilización, lo que hay es una precarización.

- Creo que este es un debate global instalado en el mundo, donde el teletrabajo crece exponencialmente así como el fenómeno de la robotización y la sustitución de la mano de obra. Así que es un debate que vamos a tener más temprano que tarde. Más que optar por negarlo, el Gobierno idealiza la relación trabajador-empleado; hay una asimetría. Así como respecto del proyecto de las 40 horas debe incluir una suerte de gradualidad o hacerse cargo de la pequeña y la mediana empresa donde, sin duda, los costos de contratación van a subir y eso también impacta respecto del desempleo. No hay que ser ni miopes ni cándidos a la hora de saber lo que estamos votando.

- Ahora el Gobierno decidió incluir una indicación que rebaja la jornada laboral a 41 horas.

- Como dije, aquí hay una suerte de empate que puede terminar siendo suma cero para la gente. Tenemos que allanarnos a discutir, a acercar las orillas y hacer posible que el Gobierno presente indicaciones al proyecto de 40 horas. Y en el caso de quienes apoyan esta iniciativa, deben tener genuino interés por acoger esas indicaciones. De lo contrario, puede ser taponeado y eso al final del día es pérdida para los trabajadores.

- ¿Es una forma de acercar posiciones establecer las 41 horas?

- Insisto, es el momento de que quienes apoyan el proyecto de 40 horas y el Gobierno actúen con altura de miras y allanen posiciones. No se trata de manera rebuscada de buscar acuerdos. Las diferencias deben expresarse en el Congreso, en eso consiste la democracia, pero cuando estamos tan cerca de una ventana de oportunidad, de plantear temas que son conciliables desde el punto de vista de la agenda laboral, hay que estar a la altura del debate. Creo que Chile pide mucho más de nosotros respecto de las condiciones de empleo de los trabajadores.

- De alguna manera, el proyecto de Vallejo, más allá de que sea inconstitucional, logró poner en la agenda la rebaja horaria y permearlo al país. ¿Ese es el plus?

- Creo que es un gran aporte en términos de que instaló en la agenda la rebaja de la jornada laboral de 40 horas. No le podemos quitar el bulto a una decisión que en el Congreso tenemos, por regla de mayoría, decidir. Un debate que también se instaló en la sociedad y en el mundo y en la OCDE, que miramos como referente. La jornada horaria ha sido tema de distintas regulaciones y soluciones legislativas. Y eso es un punto ganado para Camila Vallejo y quienes propusieron la iniciativa.

- ¿Por qué el Presidente anuncia que podría recurrir al TC?

- Aquí hay un doble discurso. O nos quedamos con el Presidente Piñera, que quiere ganar por secretaría este debate, o asumimos el discurso del ministro Nicolás Monckeberg, que más bien invita al debate, a presentar indicaciones y entender que en una democracia lo importante es que el Congreso zanje de una vez por todas este tema, más que cercenarlo a través del Tribunal Constitucional.

- ¿Una forma de presionar?

- Es como una suerte de volante o maleta. O llegamos a acuerdo o por un resquicio legal hago inviable este proyecto de las 40 horas. El Presidente debe actuar como Jefe de Estado, más que andar amenazando por la prensa.

"El gran talón de Aquiles del proyecto del Gobierno es que idealiza la realidad o la relación entre trabajadores y empleadores sin hacerse cargo de la asimetría o de la capacidad de negociación que tiene uno respecto del otro" "Aquí hay un doble discurso. O nos quedamos con el Presidente Piñera, que quiere ganar por secretaría este debate, o asumimos el discurso del ministro Nicolás Monckeberg, que más bien invita al debate"

"Como oposición debemos dar señales de que las propuestas nuestras deben ser viables como una alternativa concreta de cambio y no sólo como la instalación de una bandera y una propuesta"