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Centralismo: tres ejemplos de libro

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"Profe, nosotros somos de La Greda, así que estamos preparados para ir a Venus!", grita -con enternecedor humor negro y haciendo un exageradamente triste guiño a los índices de radiación solar de su zona- una mujer que lidera un grupo de apoderados de la castigada localidad cercana a Ventanas al Premio Nacional de Ciencias, José Maza, tras su aplaudida presentación del martes en el Sporting Club de Viña del Mar.

Tan sólo 48 horas más tarde, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, anunciaba una reunión para integrar por primera vez a la comunidad a la mesa de trabajo para combatir los efectos de la contaminación en Quintero, Puchuncaví y Concón desatados hace un año. Se hizo en el Ministerio de Salud, ubicado en Mac Iver 541. No llegaron representantes de los grupos afectados ni tampoco autoridades locales, como la seremi de Medio Ambiente, quien tampoco fue convocada. Sí lo hizo el intendente Jorge Martínez.

Un poco más al norte, desde Ovalle hasta Quillota, la falta de agua sigue acabando con la vida animal, secando hectárea tras hectárea y afectando las vidas de pequeños agricultores y decenas de comunidades rurales.

Tras los gritos de auxilio silenciados en la noche de los tiempos, la autoridad central finalmente escuchó al intendente Martínez, al senador Chahuán y a los parlamentarios por el distrito 6, y dispuso que el ministro de Agricultura, Antonio Walker, decretara la emergencia agrícola regional que finalmente permitirá derivar recursos para esta catástrofe climática. El anuncio se hizo en el Ministerio de Agricultura, Teatinos 40. No fueron convocados el seremi regional ni las asociaciones afectadas. Sí lo hizo el intendente Martínez.

Finalmente, los afamados grupos de heavy metal rock Slayer -liderado por el quilpueíno Tom Araya- y Anthrax anunciaron un recital conjunto para el próximo martes 8 de octubre en propio Sporting, mismo sitio en el cual los vecinos se rebelaron tras la excesivamente ruidosa cumbre de la electrónica europea llevada a cabo en el mes de enero.

La histórica actuación de Slayer y Anthrax se orquestó en las oficinas de una productora en Santiago, se oficializó la venta de tickets con facilidades para los clientes de un banco con sede en Paseo Ahumada 251 y se lanzó una campaña publicitaria sin siquiera pedirle la opinión a la responsable de los permisos y seguridad, la gobernadora De la Paz. Esta vez ni los vecinos ni el intendente fueron invitados.

A veces uno pudiera llegar a creer que el mundo perfecto para todos aquellos grises funcionarios y burócratas capitalinos es precisamente éste, más cercano a planes quinquenales, economías centralizadas y diseños a puertas cerradas que a la genuina y desinteresada repartición de poder a las regiones.

En fin. No sea cosa que muy pronto sufran su propio Chernóbil.

Hobbes revisitado

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Thomas Hobbes (s. XVII) es un filósofo inglés autor del Leviatán, que pretende organizar la sociedad, de modo de evitar los frecuentes conflictos que vivió durante sus 91 años de existencia. Fue un álgido período de luchas entre católicos y protestantes y entre el Parlamento y el rey, más los conflictos con España por la hegemonía mundial.

En ese contexto, Hobbes pensó en cómo se comportarían los seres humanos en un originario "Estado de Naturaleza", todavía sin autoridad ni leyes. Asume que el fin que mueve al hombre es el deseo de supervivencia, donde cada cual califica subjetivamente como 'bueno' lo que contribuye a tal fin, y 'malo' lo que lo obstaculice; considera que los hombres tienen una relativa igualdad de poder físico y mental, lo que los capacita para aniquilarse unos a otros. Si a este, un mundo en el que predomina el temor y la desconfianza, se agrega la escasez de medios para sobrevivir y el deseo de gloria (vanidad y orgullo) que anida en todo hombre, necesariamente se genera una lucha de todos contra todos. El hombre es lobo del hombre, dirá Hobbes.

Así, la única forma de evitar la posibilidad cierta de sufrir una muerte violenta es organizar la sociedad en base a un gobierno con poderes absolutos. Se trata de controlar la conducta social no por convicción, sino por miedo a una implacable acción punitiva; el temor al gobernante garantizaría la paz y orden social. Con el fin de sobrevivir, los hombres acuerdan un 'pacto' por el que ceden irrevocablemente su voluntad a un 'Soberano' omnipotente, que les asegura una sana convivencia social. Esta sociedad organizada en torno al poder del gobernante es la que describe el Leviatán.

La pregunta es por qué ha surgido un renovado interés por Hobbes, tan alejado del ideal democrático. La respuesta radica en la rigurosidad con que deduce su teoría a partir de una antropología negativa, que presenta a un individuo que vive en función de sí mismo y define subjetivamente lo bueno y lo malo. Pues bien, ese hombre se asemeja bastante al de hoy día, por lo que muchos han vuelto a desempolvar a Hobbes en busca de la anhelada paz y orden.

En los hechos, ante cada problema se exigen más leyes y policías, cámaras y drones para vigilar las calles, presencia de agentes encubiertos y ahora mochilas antibalas para escolares. La diferencia es que el Leviatán se centraba solo en los aspectos de orden y seguridad. En cambio, el que se ahora se está gestando tendría infinitas más atribuciones y capacidades de control. El Estado moderno se parece cada vez más al 'Gran Hermano" de Orwell, pues, además de vigilarnos, interviene en la educación, en el cuidado de nuestra salud, en lo que deberíamos comer, en nuestra sexualidad, en nuestros ingresos, en las horas que deberíamos trabajar, etc.

En la sociedad hobbesiana no hay democracia, pero, gracias al orden y seguridad que garantiza el poderoso Leviatán, podría haber crecimiento económico y libertad que para consumir. Quizás hacia allá nos encaminamos.