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Jóvenes que fallecieron en la tragedia estaban celebrando un cumpleaños y dos eran pareja

CIUDAD. Amigos y compañeros de trabajo rememoraron los momentos vividos con las víctimas del accidente del martes.
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Francisco Meneses V.

Siempre es complejo relatar las dimensiones humanas de una tragedia como la del martes 13 en Valparaíso. Más aún, si detrás de ella había un grupo de amigos que iba a celebrar un cumpleaños y una pareja que estaba viviendo su amor con intensidad.

En el Servicio Médico Legal (SML), desde primera hora de la mañana de ayer estaban los amigos y familiares de Carlos Mendoza Villanueva, de 20 años, y Eduardo Flores Gutiérrez, de 18, ambos de nacionalidad venezolana, oriundos del estado Carabobo.

Pasadas las 13 horas, arribaron los vehículos del SML, junto a personal del Labocar de Carabineros y la PDI, con el cuerpo de Enzo Martínez (ver página 5), de 19 años. Luego, cerca de las 13.30 horas, llegó la carroza fúnebre que retiró los restos de Francisca Muñoz Barraza, de 31 años de edad.

A las afueras del recinto iban llegando familiares y amigos de los fallecidos. La congoja era evidente y se esparcía en el ambiente, ya que cada vez que arribaba algún nuevo deudo, los abrazos y el llanto brotaban en forma natural.

Es por esta razón que gran parte de las personas que acudieron al SML no quisieron entregar declaraciones. Sin embargo, fuera de micrófono comentaron su pesar por la repentina partida de amigos y compañeros de trabajo, haciendo hincapié en los sentimientos de las familias de los fallecidos.

Porque detrás de las cuatro víctimas fatales que fueron rescatadas ayer, existen historias, relatos, experiencias de vida. Familias y amistades que lloran la partida de personas que fueron importantes en su recorrido por la tierra.

La entrega de una madre

Francisca Muñoz Barraza, madre de tres hijos de 12, 10 y 7 años de edad, hace dos años afrontó la partida de su esposo. Pasado el tiempo, comenzó a rehacer su vida sentimental con el joven venezolano Carlos Mendoza, uno de los fallecidos en la tragedia del martes.

Así lo recordó Graciela Lacaya, quien compartió con Francisca por cerca de 10 años, al trabajar como garzonas en los restaurantes ubicados en la calle Serrano. "Sufrió mucho ella con esa pérdida y ahora estaba en una relación con Carlos, que lo había conocido y estaba bien", indicó.

Quienes conocieron a Francisca recordaron especialmente su espíritu trabajador, puesto que ella se esforzó para llevar el sustento a sus hijos. "Era una muy buena amiga, una buena compañera", recordó otra de las cercanas de Muñoz.

En tanto, la cuenta de Facebook de la fallecida se llenó de mensajes en su memoria. "Aún no puedo creer que ya no estés. Tantos momentos juntos que se me vienen a la mente, tu carisma, siempre con una sonrisa. Algún día nos volveremos a ver y bailar como lo solíamos hacer. Besos al cielo", comentó Sebastián Chávez.

Sentimientos parecidos expresó Edith Valdebenito: "No sabes el dolor que me inunda al saber que ya no estás con nosotros. Sé que donde estés seguirás velando por tus niños, que eres una madre excepcional, que siempre dabas todo por ellos. Siempre estuviste conmigo en las buenas y en las malas, fuiste una amiga excepcional con tus consejos, tus retos y tus risas. Siempre supiste cuanto te quería. Nuestras locuras y mil cosas que pasamos juntas seguirán vivas con tus mejores recuerdos".

Jóvenes alegres

Carlos Mendoza vivía en Chile junto a su hermano gemelo Víctor y la novia de él. Ambos hermanos trabajaban en el restaurant Patrimonio Porteño, ubicado en la calle Serrano. En la jornada de ayer, él iba a cumplir 21 años.

Por esa razón, Carlos, Francisca y Eduardo Flores -conocido como "Seven" entre sus amigos-, junto a otros amigos del rubro gastronómico, se iban a juntar a celebrar la fecha por adelantado, el pasado martes. Según comentó Lacaya, Mendoza "se conoció con Francisca, empezaron una relación y era muy trabajador, muy tranquilo".

En tanto, los amigos de Eduardo Flores, rememoraron su carácter alegre y bromista, dentro de otras cualidades que tenía el joven, quien también era venezolano. "Él era muy bueno para la pelota, era un chico muy extrovertido, con una sonrisa hermosa, siempre sacándole risas a los demás con sus tallas", recordó una amiga de "Seven". El joven vivía con su madre en la Ciudad Puerto.

La cita con sus compañeros de trabajo, en la escalera Pasteur, también tenía por objetivo festejar con anticipación el cumpleaños de Flores, que era este domingo.

Según comentó Adolfo Suárez, dueño del restaurant Patrimonio Porteño, el grupo de compañeros de trabajo se caracterizaba por juntarse en las casas de alguno de ellos, para disfrutar de diversos momentos. El martes, añadió, estaba programado que se juntaran más personas en el lugar de los hechos, para festejar a los amigos venezolanos.

"Menos mal que no estaban todos, porque eran 10 personas las que se juntaban. Siempre se juntaban en sus casas a jugar Playstation, andaban siempre juntos", explicó Suárez.

Las exequias de Francisca Muñoz se desarrollarán este sábado en la iglesia Medalla Milagrosa de Playa Ancha. Previamente, el velatorio se realizará en el domicilio ubicado en calle Sofanor Parra 113. Mientras tanto, se están desarrollando los trámites de repatriación de los jóvenes venezolanos.

"Él era muy bueno para la pelota, era un chico extrovertido, con una sonrisa hermosa, siempre sacándole risas a los demás con sus tallas"

Testimonio de una amiga, de Eduardo Flores

"(Francisca) sufrió mucho con la pérdida (de su esposo) y ahora estaba en una relación con Carlos (Mendoza), que lo había conocido y estaba bien"

Graciela Lacaya, Amiga de Francisca Muñoz