"Es hora de que el mundo de la cultura en Valparaíso tenga representación en el Concejo"
El 9 de octubre de 2018, fue la última vez que Santiago Aguilar concedió una entrevista a los medios de comunicación bajo el rotulo de presidente de la Corporación Mil Tambores.
En dicha fecha, el gestor cultural realizó un balance en torno a la versión 2018 del popular carnaval porteño, actividad que el año pasado estuvo marcada por la decisión del municipio y el Gobierno de no entregar aportes monetarios directos, lo que propició la cancelación de las ferias que se emplazaban en las plazas Sotomayor y Cívica, así como también del tradicional pasacalles en la avenida Altamirano.
Casi un año ha transcurrido de dicha entrevista, sin embargo, la realidad del carnaval Mil Tambores sigue siendo la misma. Así lo confirmó el propio Santiago Aguilar, quien durante los últimos meses ha estado en el ojo del huracán debido a los duros cuestionamientos que recibió por parte de un grupo de vecinos tras ser contratado por la gestión del alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, para elaborar una propuesta de trabajo de cara al aniversario número 20 de la tradicional fiesta cultural, la cual este año se desarrollará entre el 4 y el 6 de octubre.
Este trabajo en el municipio culminó en julio y, según puntualizó Aguilar, tuvo como resultado final la entrega de un informe en el cual se buscó levantar información vital para crear una política municipal carnavalera.
"A diferencia de cualquier otra actividad de carácter cultural desarrollada en Valparaíso, el Carnaval de los Mil Tambores activa una economía simultánea que no está siendo aprovechada por las autoridades locales, pues a Valparaíso llega un público de cien mil personas por año debido al carnaval, con una difusión que llega a millones de espectadores a nivel mundial a raíz de las redes sociales y, tomando en cuenta la crisis económica que vive la ciudad, esta es una gran oportunidad, pues los Mil Tambores generan más de $ 500 millones en ganancias cada año", argumentó Aguilar.
- Pese a las cifras que usted comenta, ¿cómo recibe las críticas que han levantado representantes vecinales agrupados en la denominada Zona Roja?
- Yo creo que nadie le ha hecho más daño a ese sector de la ciudad que quienes han denominado al barrio como Zona Roja, pues nadie quiere vivir en un lugar así. Y personalmente, creo que no existe una Zona Roja, eso es una mentira, pues sindicar a ese sector con ese nombre es dañar al barrio y afectar su plusvalía. Por lo tanto, nosotros no vamos a promover la visibilidad de ese tipo de actores porque le hacen un gran daño a la ciudad a fin de tener un poco de visibilidad. Considero que ellos son el tipo de ciudadanía inescrupulosa que sólo busca tener un minuto de fama.
- ¿Es factible llevar a cabo el Carnaval Mil Tambores sin contar con recursos públicos?
- El año pasado nosotros tuvimos una experiencia en torno a vivir un carnaval que no contó con recursos públicos y lo mismo ocurrirá este año, porque nosotros no los solicitamos ni al gobierno central ni al municipio. Por lo tanto, al no contar nuevamente con esos recursos, vamos a realizar un carnaval ponderado en las condiciones de un evento sin recursos, es decir, vamos a bajar la convocatoria multitudinaria, los pasacalles serán de carácter barrial, las actividades se van a concentrar en los cerros bajo una visión territorial y local y las agrupaciones que no son de la ciudad vendrán solamente por el día a la actividad, reduciendo además la cantidad de invitados a un número de personas que como organización podamos controlar y albergar.
- Entonces, ¿nuevamente no se desarrollará el multitudinario pasacalles de avenida Altamirano?
- Así es, nuevamente no habrá pasacalles en la avenida Altamirano. Sin embargo, no estamos dispuestos al inmovilismo, porque no tenemos nada que temer, ya que no estamos convocando a actos delictuales o a la destrucción de Valparaíso, sino que estamos convocando a actividades en pequeño formato, de carácter barrial y donde la participación de los vecinos será clave.
- Pese a que queda menos de un mes para el Carnaval Mil Tambores, ¿espera algún tipo de aporte económico por parte de las autoridades locales?
- Yo creo que siempre hay tiempo para rectificar las decisiones, pero eso va a depender de ellos, pues tampoco es malo que los carnavales se sitúen en los cerros, es más, siempre han tenido ese espacio, pero también es necesario que se pueda apoyar a las economías recreativas de Valparaíso.
- ¿Cómo analiza la actitud que han tenido por parte del actual gobierno en torno al desarrollo del Carnaval Mil Tambores?
- Yo creo que cuando uno tiene una oportunidad por delante se ponen en juego las capacidades de gobernar, pues, por ejemplo, los problemas de la seguridad pública, que siempre son sumamente comentados, están a cargo de la Gobernación y, por lo mismo, es la oportunidad de la gobernadora de mostrar todas sus habilidades para generar un plan de contingencia adecuado a una industria cultural y recreativa y no solamente para establecer dispositivos de carácter represivo, pues el carnaval genera una oportunidad de negocios para la ciudad que necesitamos potenciar y aprovechar.
- ¿Considera que el tema de los Mil Tambores pasó a convertirse en una discusión política?
- Hace un tiempo que el tema del Carnaval de los Mil Tambores dejó de estar en las páginas de arte y cultura y pasó a ubicarse en las páginas de política, pues ha disputado espacios importantes en la ciudad y eso siempre genera discusión. Sin embargo, yo creo que es bueno que el carnaval se haya politizado, creo que es valioso, porque permite salir del entendimiento sólo recreativo que puede tener una expresión artística y cultural para hablar de otros temas, pues, por ejemplo, pone en jaque la falta de infraestructura para el desarrollo de la cultura en Valparaíso, una ciudad que siempre se ha vendido como un polo cultural, pero que actualmente no cuenta con las armas, recursos o espacios para eso.
- Por lo mismo, ¿cree que falta una expresión del mundo cultural en alguna instancia más política?
- Creo que es hora de que el mundo de la cultura en Valparaíso tenga representación en el Concejo Municipal, eso es algo fundamental, pues sin tener nada personal en contra del compañero Yuri, quien es el actual presidente de la Comisión de Cultura, él no tiene las competencias para entender la complejidad de lo que significa ser la capital cultural de Chile; y por lo mismo, nosotros debiéramos estar trabajando para tener una representación del mundo de la cultura en el próximo Concejo Municipal. Y ese es un llamado para que toda la comunidad cultural tome esa responsabilidad para contar con un representante que dé cuenta al Concejo de nuestra realidad.
- Finalmente, ¿qué medidas de seguridad cree que se deben implementar para evitar que las actividades masivas, como ha ocurrido en años anteriores con los carnavales, deriven en problemas de vandalismo e incivilidades?
- Si nosotros no queremos que Valparaíso se convierta en la ciudad del carrete callejero, tenemos que trabajar para eso, y una las medidas para aquello es el cierre de la mayor cantidad de botillerías a contar de las 10 de la noche. Además, solicitamos el cierre de las playas, porque son espacios que se utilizan para pernoctar, y también pedimos que se pueda zonificar la ciudad para que se haga un resguardo especial en las zonas que se ven más afectadas por el carnaval, para así brindar mayor seguridad a la población. En este sentido, consideramos que estas medidas deben ser de carácter permanente, pues reguardar la ciudad no significa ponerle rejas a los cerros, sino que más bien se deben establecer planes de seguridad y de aseo que ayuden a controlar el impacto que tiene una alta concurrencia.
"Cuando uno tiene una oportunidad por delante se ponen en juego las capacidades de gobernar, pues, por ejemplo, los problemas de la seguridad pública, que siempre son sumamente comentados, están a cargo de la Gobernación"
"Yo creo que nadie le ha hecho más daño a ese sector de la ciudad que quienes han denominado al barrio como Zona Roja, pues nadie quiere vivir en un lugar así. Eso es dañar al barrio y afectar su plusvalía" "Si nosotros no queremos que Valparaíso se convierta en la ciudad del carrete callejero, tenemos que trabajar para eso, y una de las medidas para aquello es el cierre de la mayor cantidad de botillerías"