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ENTREVISTA. Camila Rojas, diputada (Partido Comunes), explica alcances del proyecto que presentó:

"Educación integral de sexualidad desde etapa preescolar ayudará a detectar abusos sexuales"

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Paola Passig

Chile es el país más atrasado en materia de educación sexual de la región. Así lo establece un estudio realizado por representantes de la ONU y los ministerios de Educación y Salud de 17 países latinoamericanos. ¿El propósito? Monitorear cómo se avanzaba en salud sexual y reproductiva y en educación integral en sexualidad. Este escenario y situaciones de abuso y violencia cotidiana llevó a la diputada Camila Rojas (Partido Comunes) a presentar la semana pasada un proyecto que tiene como propósito establecer que la educación sexual se imparta desde la primera infancia, iniciativa que logró el apoyo desde la UDI, a través de Jaime Bellolio, y el FA.

- ¿Qué se busca?

- Hay que quitarle ciertos estigmas sociales a la educación sobre sexualidad. La discusión que se ha dado en Chile siempre ha estado muy marcada por la idea de prevenir los embarazos adolescentes o evitar las enfermedades de transmisión sexual. Pero desde la perspectiva feminista nos interesaba darle una mirada más amplia y por eso lo trabajamos con organizaciones el año pasado en encuentros de educación no sexista y este año lo trabajamos en el encuentro referido particularmente a educación, afectividad y sexualidad y revisando los lineamientos internacionales de la ONU y de la Unesco que especifica que esto debe enseñarse desde que somos muy chicos con contenidos que estén de acuerdo a la etapa de desarrollo en que estén los niños y niñas; o sea, se debe ir abordando de manera integral desde la primera infancia.

- ¿Qué le responde a quienes puedan considerar que este proyecto puede inducir a una sexualidad precoz?

- No nos esperamos una discusión fácil, pero nos parece importante entablar una discusión sin tabúes. Y cuando hablamos de sexualidad no sólo estamos hablando de reproducirnos, sino que también de cómo llevamos nuestras relaciones, que sean relaciones sanas, de autoconocimiento, de placer. Y en ese sentido, nos parece interesante que todos esos temas estén sobre la mesa. Sabemos que hay gente que no quiere que esos temas estén sobre la mesa y los vamos a tener que enfrentar, pero creemos que los argumentos referidos precisamente al efecto que esto tiene o pueda tener respecto de la salud en el caso de enfermedades de transmisión sexual o embarazos adolescentes, respecto de los afectos y la violencia que a veces ejercen en las relaciones de pareja y en el abuso infantil. Creemos que hay una serie de situaciones que están ocurriendo que nos dan la razón de poner este tema en el debate.

- ¿Por qué?

- Nosotros hablamos de sexualidad integral. De hecho, en el proyecto se habla de educación integral en sexualidad y afectividad. Esto no tiene nada que ver con sexualizar o apurar a los niños y niñas para que vayan a tener relaciones sexuales. Nosotros estamos hablando de algo mucho más complejo. Hablamos de relaciones afectivas, hablamos de cómo prevenir también situaciones de abusos. En Argentina tienen una ley que ha tenido un efecto muy positivo en este tema. Porque si bien nosotros creemos que esto se debe enseñar en la casa, hay dos cosas que hay que relevar. Primero, que hay padres y madres que no saben cómo enfrentar estos temas y, por lo tanto, la escuela juega un rol importante. Segundo, que la mayoría de los abusos sexuales ocurren en el entorno familiar. Entonces, ahí también nos parece que hay una labor de prevención relevante si lo vemos desde el punto de vista que la educación en sexualidad y afectividad sirve para prevenir, para tomar buenas decisiones, para disfrutar. Por eso, mientras antes tengan información los niños y niñas de su cuerpo, de lo que son las relaciones, suma por todos lados.

- ¿Al tener información se pueden, por una parte, prevenir los abusos, pero también que los menores tomen conciencia de que algo les ha ocurrido?

- Exacto. Lo pueden detectar tempranamente y la única forma que tenemos de que esto se pueda detectar es que los niños y niñas conozcan la información.

- ¿En qué otros países se aplica una ley como ésta?

- En Argentina tienen la ley de educación sexual integral y han tenido muy buenos resultados en el sentido de detectar abusos sexuales. Nosotros no tenemos esa opción. Todos los países de la región tienen un tratamiento de la educación sexual como parte del proyecto educativo. Entonces, Argentina y Uruguay llevan la delantera en la región; y Brasil antes de Bolsonaro. Pero también lo tiene Bolivia. En esos países es parte del currículum porque no necesariamente tiene que ser un ramo. Pero Chile es el más atrasado y es raro porque si uno se compara con la OCDE, siempre Chile está a la cola, pero comparándonos con países latinoamericanos, también estamos a la cola en este tema. Lo importante es que a nivel internacional la ONU recomienda que esto se trate desde muy chicos porque es un derecho humano de los niños y niñas; y como derecho humano tiene que estar garantizado por el Estado. ¿Cómo se garantiza? Teniendo acceso a la información.

- El proyecto logró un apoyo transversal. ¿Ayudará en su avance?

- Las firmas van desde la UDI al FA. Lo firmó el diputado Jaime Bellolio desde la UDI; los diputados Gabriel Ascencio y Víctor Torres desde la DC y el diputado Rodrigo González del PPD. Y sí, tengo convicción de que se pueda avanzar.

- ¿Pero necesita el patrocinio del Gobierno?

- Es un proyecto que se puede presentar como moción; tiene seis artículos. Creemos que tenemos que tener una ley autónoma porque lo que existe hoy día es que desde 2010 la educación sexual es una ley que regula la fertilidad y dentro de esa norma está la educación sexual que es obligatoria de primero a cuarto medio. Es un contrasentido que la educación sexual esté restringida a la fertilidad y cómo se ha aplicado depende mucho de los colegios, de los proyectos educativos. Esto debe ser una ley mucho más amplia que la fertilidad; estamos diciendo que tiene que ser una ley que contemple esto de manera integral y como derechos de los niños y niñas, no como derecho de los colegios.

- ¿Cómo reaccionará el Ministerio de Educación ante esta propuesta?

- El Ministerio estaba presentando uno que lo ponía desde quinto básico, pero creemos que se queda corto porque hay que abarcar distintas etapas de desarrollo.

"En el proyecto se habla de educación integral en sexualidad y afectividad. Esto no tiene nada que ver con sexualizar o apurar a los niños y niñas para que vayan a tener relaciones sexuales" "Con educación los abusos sexuales se pueden detectar en forma temprana. La única forma que tenemos de que esto se pueda detectar es que los niños y niñas tengan información, pero obviamente de acuerdo a su edad"