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Irán legitima ataques y petróleo anota su mayor alza desde la Guerra del Golfo

TENSIÓN. El Presidente Trump dijo que no quiere una guerra "con nadie". La ofensiva de rebeldes yemeníes, que ayer amenazaron con más acciones, retiró 5,7 millones de barriles diarios, cerca de la mitad del suministro de Arabia Saudita.
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El Presidente Donald Trump aseguró que no quiere ir a la guerra con Irán, aunque advirtió que Estados Unidos está "mejor preparado" si surge un conflicto entre ambos países, pues tiene "los mejores sistemas armamentísticos del mundo".

"No quiero guerra con nadie (...) Ciertamente nos gustaría evitarlo", dijo Trump a periodistas al ser preguntado sobre un posible conflicto bélico entre ambas naciones, tras el ataque del pasado fin de semana contra refinerías de petróleo en Arabia Saudita, que EE.UU. cree que Irán ejecutó.

Preguntado sobre si cree que Irán estuvo detrás del ataque contra las refinerías saudíes, Trump apuntó que "parece" que sí, pero no lo confirmó. "Se los diremos definitivamente. Está siendo revisado ahora mismo", expresó, tras lo cual descartó que la vía diplomática esté cerrada: "No, nunca se ha agotado".

Por su parte, el Presidente de Irán, Hassan Rouhani, aseguró que los ataques de drones a instalaciones petroleras saudíes, que se atribuyen rebeldes yemeníes, fueron "legítima defensa y contraataque" por la guerra que encabeza Arabia Saudí en Yemen. Hizo tales comentarios a reporteros durante una cumbre en Turquía para hablar de la guerra en Siria con líderes turcos y rusos.

"Respecto de los ataques con drones, este problema se origina en la invasión a Yemen. Ellos (la coalición que encabeza Arabia Saudí) bombardean Yemen a diario", dijo Rouhani.

Rebeldes yemeníes con respaldo iraní se atribuyeron los ataques, aunque persisten dudas sobre si los drones salieron de Yemen. Arabia Saudita ha estado en guerra con los rebeldes hutíes en Yemen desde inicios de 2015.

El Ministerio de Exteriores saudí no acusó directamente a Irán de lanzar el ataque y anunció que "el reino va a invitar a expertos internacionales y de la ONU" para participar de las investigaciones.

Producción y precios

La acción contra dos refinerías del gigante petrolero saudí Aramco, el principal del mundo, redujeron en un 5% la producción mundial de petróleo y desencadenaron ayer la mayor subida abrupta en el precio del crudo durante una sesión desde la Guerra del Golfo.

La cotización del barril de Brent, de referencia en Europa, registró un salto de casi el 20% al reabrir el mercado -hasta 71,95 dólares-, un incremento que no se veía en términos porcentuales desde la crisis que provocó en 1990 la invasión iraquí de Kuwait. Durante la sesión, se moderó ese avance y el Brent cerró en 69,02 dólares por barril, un incremento del 14,59%, mientras que el petróleo intermedio de Texas subió 14,8%, hasta 62,9 dólares.

Estados Unidos contribuyó a frenar la escalada del precio al autorizar la liberación de sus reservas de emergencia para garantizar el suministro, si bien puntualizó que todavía es prematuro conocer si será necesario recurrir a ellas.

El Presidente Trump afirmó que EE.UU. no necesita el petróleo o el gas del Oriente Medio. ""Somos ahora el productor número uno de energía en el mundo", escribió en Twitter. "¡Pero ayudaremos a nuestros aliados!", añadió.

La ofensiva de los rebeldes retiró en un primer momento del mercado 5,7 millones de barriles diarios, cerca de la mitad del suministro saudí.

El nivel de bombeo de la compañía estatal Aramco podría tardar semanas en normalizarse, o incluso meses, según expertos, lo que amenaza con mantener por ahora un sesgo al alza en el precio del crudo. La inestabilidad en la región contribuye por sí misma a que la cotización del crudo mantenga la presión alcista, dado que los inversores que operan en el mercado de futuros del petróleo tienen en cuenta la posibilidad de nuevas interrupciones del suministro.

En Argentina, el Gobierno no descartó ajustar el decreto de hace tres semanas para congelar por 90 días el precio de los combustibles en el país.

En tanto, los precios del oro subieron 1% tras los ataques, pues se redujo el apetito por el riesgo y se impulsó la demanda por el lingote, un activo de refugio. El oro al contado llegó a US$1.503,31 la onza.

El conflicto

El conflicto yemení estalló en 2014, cuando los rebeldes ocuparon la capital Saná y otras provincias del país y expulsaron al Presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, hoy exiliado en Arabia Saudita.

Riad y sus aliados árabes intervienen militarmente en el conflicto desde 2015 para derrotar a los hutíes y restituir al dirigente exiliado.

Los hutíes volvieron a adjudicarse los ataques y a amenazar con más acciones contra Arabia Saudita: "Advertimos a las compañías y extranjeros que no permanezcan en las plantas que han sido objeto de nuestros ataques... aún están al alcance de nuestros disparos".

5% se redujo la producción mundial de petróleo tras la acción contra las dos refinerías en Arabia Saudita.

15% de aumento prácticamente hubo en el precio del barril al cerrar la jornada. En EE.UU., llegó a US$62,9.

Misión de Naciones Unidas pide que Myanmar rinda cuentas por "genocidio"

DD.HH. Instó a responsabilizar a ese país por detenciones, torturas y trato inhumano contra su minoría musulmana rohinya.
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Una misión especial de Naciones Unidas instó a responsabilizar a Myanmar en foros legales internacionales por supuesto genocidio contra su minoría musulmana rohinya.

En un reporte publicado tras dos años documentando violaciones a derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad, la Misión Internacional Independiente de Investigación concluyó que las operaciones de contrainsurgencia de 2017 incluyeron "actos genocidas". Miles de personas murieron y más de 740.000 rohinyas huyeron a Bangladesh para salvar su vida, según el informe.

La amenaza de genocidio continúa para los aproximadamente 600 mil rohinyas que siguen en Myanmar, viviendo en condiciones "deplorables" y sufriendo persecución. La situación hace imposible la repatriación de los refugiados, indicó la misión. "La amenaza de genocidio continúa para el resto de los rohinyas", dijo en un comunicado Marzuki Darusman, el director de la misión.

El reporte resumió y actualizó otros seis informes previamente publicados por la misión que detallan detenciones arbitrarias, tortura y trato inhumano, violación y otras formas de violencia sexual, asesinatos arbitrarios, extrajudiciales o sumarísimos, desapariciones forzadas, desplazamientos forzados y destrucción ilegal de propiedad.

El informe será presentado hoy en Ginebra ante el Consejo de Derechos Humanos, que estableció la misión en 2017.

Mayoría budista

Los rohinyas musulmanes son muy discriminados en Myanmar, un país con mayoría budista, en donde se considera que inmigraron ilegalmente desde Bangladesh, incluso aunque muchas familias llevaban generaciones viviendo en Myanmar. A la mayoría se les niega la ciudadanía y derechos civiles básicos. Las casas de muchos fueron destruidas durante un operativo de contrainsurgencia y hay pocas señales de que los refugiados no sufrirán la misma discriminación en caso de regresar.

El mes pasado, se vino abajo un plan para repatriar a un primer grupo cuando nadie quiso volver.

740.000 rohinyas, al menos, huyeron a Bangladesh para salvar su vida, expone el informe de la misión.