En medio de tantos problemas, polémicas y liderazgos negativos, la relevancia nacional que presenta la Región de Valparaíso en el campo de la investigación es un valor que debe ser estimulado. En cifras, Valparaíso ocupa el segundo lugar nacional dentro de las asignaciones para investigación del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, Fondecyt, con 51 proyectos en el rubro Iniciación.
Esta asignación beneficia a investigadores jóvenes que en los últimos cinco años han recibido el grado de doctor, quienes recibirán un aporte de hasta 30 millones de pesos anuales por trabajos que se prolonguen hasta por tres años. Además, hay beneficios asociados, como viajes a reuniones científicas internacionales.
El abanico de proyectos financiados es amplio. Va desde materias técnicas que abordan temas ambientales actuales, hasta rubros de la medicina, la filosofía y el derecho.
Los proyectos aprobados se desarrollan en el marco de las universidades. Así es como 17 proyectos corresponden a investigadores de la Universidad Católica de Valparaíso, 15 de la Universidad Santa María y 5 de la U. de Playa Ancha. Dentro del grupo de investigadores destacan trabajos del Centro de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso, donde aparecen dos adjudicaciones, una de ellas la primera en su categoría dentro del cuadro nacional.
Con satisfacción, el director del Centro, Juan Carlos García, expresó que "de verdad Valparaíso es la ciudad del conocimiento y tiene una gran potencialidad de crecimiento".
Con esas palabras el académico se refiere no sólo a su casas de estudios superiores, sino que a la masa crítica que conforman las universidades locales, algunas con una larga trayectoria que va más allá de la formación de profesionales, lo que supone investigación y extensión, cumpliendo así su rol de proyección social.
Este rol de las universidades y el apoyo de fondos públicos focalizados, como son los que entrega Fondecyt, son indispensables para ser partícipes de la sociedad del conocimiento propia del Siglo XXI.
Los aportes asignados este año encierran, fuera del reconocimiento a propuestas específicas, valoración de la calidad de la formación en las universidades locales, materia que llama a la superación, pese a eternos problemas presupuestarios y conflictos muchas veces artificiales.
Pero insistiendo en el tema general de la investigación, los recursos que se destinen a ese campo tienen una alta rentabilidad, tanto por los alcances sociales de los proyectos mismos como por el estímulo que significan para los investigadores. Y con esa consideración se debe asumir que en el financiamiento de esos trabajos hay una responsabilidad ineludible del Estado, pero también del sector privado.