Los vientos huracanados y lluvias torrenciales del tifón Hagibis han dejado al menos 26 personas fallecidas en Japón, además de la inundación de áreas residenciales y carreteras por el desbordamiento de casi una decena de ríos, señalaron las autoridades.

Al menos 26 personas murieron y 17 están desaparecidas en la isla de Honshu, Japón, a causa del fenómeno climático. A ellas se sumaron alrededor de 170 heridos en todo el país por el paso del temporal este fin de semana, según los cuerpos de rescate y autoridades locales, señaló la agencia de noticias Efe.

La cadena pública NHK difundió ayer imágenes de rescates en helicópteros y embarcaciones en áreas residenciales inundadas por los desbordamientos fluviales. Al cierre de esta edición, se confirmó que al menos una decena de ríos se salieron de sus cauces.

La prefectura de Nagano, en el centro del país, ha sido una de las más damnificadas por el desbordamiento del río Chikuma, que fluye a través de la región y anegó varias localidades.

En la ciudad de Sano, en Tochigi, el desbordamiento del río Akiyama inundó una zona residencial y los equipos de rescate debieron desalojar a los residentes que subieron hasta los pisos superiores de las viviendas, huyendo de las aguas.

El Gobierno central, por su parte, movilizó a unos 27.000 efectivos de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército) para participar en las labores de salvamento, según la agencia de noticias Kyodo.

La red de carreteras del país también se vio afectada y las inundaciones dejaron aisladas a algunas zonas.

En la localidad de Kawagoe, al norte de la capital, el desbordamiento del río Oppe dejó varadas a unas 260 personas de un hogar de ancianos, quienes huyeron a un edificio vecino más alto, y tuvieron que ser rescatadas en botes por los equipos de emergencia.

En Tokio, el río Tama también rebasó su límite y las plantas bajas de algunos edificios, incluido un hospital, se inundaron. Los bomberos, tras comprobar si todo el mundo se refugió con éxito, encontraron a al menos un hombre muerto, detalló NHK.

Las cercanías de dicho río, a su vez, son un lugar habitual para las personas sin hogar, razón por la cual las labores de búsqueda y rescate continuaban ayer, a medida que retrocedía el nivel del agua.

Las órdenes de evacuación llegaron a afectar a más de 10 millones de personas.