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Alejandro Maureira Economista

El dilema de

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la integración

Supongamos el caso de un emprendedor o una pyme que logra utilidades por $ 9 millones, es decir, lo que queda después de pagar todos los gastos como arriendo, la luz, los materiales para trabajar etc. El emprendedor vive de ese dinero, es decir, esos millones los retira de la empresa, ya que son su sueldo, uno equivalente a 750 mil pesos mensuales.

Esos retiros están afectos a pagar las AFP y salud, es decir, hay que descontarlos. Luego, como la empresa tuvo utilidad debe pagar un 27% de esos nueve millones, es decir, poco más de dos millones en impuestos. Es decir, una persona que viva de una pyme y tiene utilidades anuales de nueve millones, logrará un sueldo mensual de poco menos de quinientos cuarenta mil pesos, debido a los descuentos y pago de impuestos. Sí este emprendedor fuera dependiente, no pagaría impuestos, es decir, es castigado por ser emprendedor o querer su independencia.

El reintegro lo que hace es calcular cuánto debe pagar una persona en forma individual; en nuestro ejemplo, el emprendedor no pagaría impuestos como persona natural, entonces se le reintegrará el impuesto pagado por su empresa.

Lo injusto del sistema sin reintegro es que una pyme o un emprendedor para lograr el salario mínimo garantizado de 350 mil pesos deberá generar una utilidad anual de casi siete millones de pesos y pagar poco más de dos millones y medio en impuestos y descuentos. Sin reintegro las pymes y los emprendedores pagan impuestos que como dependientes no lo harían, es un sistema injusto que perjudica a la clase media, a las mujeres y a los jóvenes que deseen emprender; es un impuesto al emprendimiento.

Las grandes empresas determinan cuántas utilidades quieren tener a través de mecanismos como división de empresas, ahorro retiros, reinversiones y otras prácticas legales que ayudan a que paguen menos, es decir, para ellos el sistema con o sin reintegro es indiferente; pero para las pymes no.

La defensa al reintegro es parte de la génesis del estallido social. Por un lado, hay consignas sociales para mantenerlas, pero el efecto real lo paga la clase media, los jóvenes y las mujeres que quieren emprender. La única razón para mantenerlo es la ambición de los partidos políticos por lograr más dinero para "administrar".

La solución a un pago justo de impuestos empresariales comienza con el reintegro y continúa con la eliminación del "multi-rut". Esto es cuando un empresario tiene muchas empresas y cada una de ellas es vista como una empresa individual, es decir, hoy un empresario con mil o dos mil empresas pequeñas es visto como un empresario pyme sin distinción. El problema de ello es que cualquier beneficio a las pymes es un beneficio para sus mil o dos mil pymes. El multi-rut es suponer, por ejemplo, que, si una persona es dueña de 5 o más empresas, todas ellas son equivalentes a una sola. Con ello se evitaría la elusión y se podría diferenciar entre impuestos para grandes empresas y pequeñas.

El reintegro es injusto, hace que las pymes y emprendedores paguen impuestos. No afecta a las grandes empresas que pueden eludir impuestos transfiriendo utilidades entre ellas. La solución es el reconocer la existencia del multi-rut, pero los partidos políticos han rechazado legislar sobre esta materia, de hecho, han preferido el camino que nos trajo al estallido social actual, es decir, usar consignas falsas para lograr recaudo y con ello más dinero para "administrar".