Camila Rojas (FA): "No se puede dialogar con el fusil en la mesa"
- ¿Qué le parecieron los anuncios y el cambio de tono del Presidente Piñera, quien, incluso, pidió perdón? ¿Es un avance?
- Una agenda de medidas concretas, contingentes, es urgente. Lo es desde hace cuatro días con toda la manifestación que se ha desplegado en las calles y lo es desde hace 30 años, donde abunda la injusticia y la desigualdad. Si bien hay anuncios que pueden aminorar las situaciones más dramáticas, es decepcionante e impresentable que se siga potenciando el negocio de unos pocos a costa de la salud, la educación, las pensiones. Finalmente, que no haya ninguna salida, ningún cambio en el gabinete, da cuenta de la nula autocrítica del Gobierno.
- ¿Se necesita un cambio de gabinete?
- Para mí es un mínimo, porque hay una parte del gabinete que ha sido un activo factor agravante de la crisis social, partiendo por el rol de las policías y militares a cargo de los ministros del Interior y Defensa, Andrés Chadwick y Alberto Espina. Pero también es la sensación de impotencia generada por la displicencia de Jaime Mañalich, Gloria Hutt o Marcela Cubillos. Una señal de parte del Gobierno sería sacar a estos ministros y escuchar voces que, incluso en su sector, promueven una salida democrática de la crisis: Allamand, Ossandón, Bellolio, Desbordes. El pedir perdón valdrá en la medida que vaya acompañado de acciones.
- ¿Cómo se sale de esta crisis?
- En primer lugar, dejando de agravarla con más militarización, luego entendiéndola y, finalmente, tomando acciones. Es preocupante la perplejidad y lentitud del Gobierno, el riesgo que esto entraña es que en la derecha se impongan los sectores antidemocráticos que codifican todo a través de imponer su orden a través de la fuerza. De todo lo que ha pasado tiene que surgir un proyecto país diferente al de los últimos 30 años. Un plebiscito permite pronunciarnos sobre las propuestas hechas por estas transversales movilizaciones, las que vienen hace 15 años y estos días han estallado con más fuerza: educación, pensiones, salud, agua, recursos naturales, y una nueva Constitución que las consagre. Se debe hacer un plebiscito. Que el pueblo decida.
- ¿Cree que el Frente Amplio debiera ser convocado en una futura cita en La Moneda?
- Creo que el Frente Amplio debe ser considerado, sin duda, pero no sólo en la formalidad de una invitación, sino que se dialogue con las propuestas políticas que ha planteado desde sus orígenes: terminar con el negocio de la salud y la educación, seguridad social, combatir la desigualdad. Nosotros tenemos el deber de avanzar en que haya soluciones de fondo y para eso es clave que se restablezca el Estado de derecho. No se puede dialogar con el fusil sobre la mesa. En eso vamos a seguir insistiendo.
- ¿Qué le parece el rol que está jugando el alcalde Jorge Sharp en Valparaíso, que es una de las ciudades más afectadas por saqueos e incendios?
- A quienes les toca ocupar cargos de responsabilidad, especialmente los territoriales como alcaldes, saben mejor que nadie los costos que tiene la provocación y la agitación, porque es un camino sin salida que se expresa en las calles. A Jorge (Sharp) le toca verlo en su ciudad y lo hemos visto muy preocupado por el desborde que se vive en Valparaíso y con un ánimo de encontrar soluciones.
- ¿Qué responde a quienes creen que los incendios y saqueos son un montaje planificado por gente que le interesa generar caos y que no comparte las demandas?
- No descarto los montajes, una realidad preocupante que sabemos que ocurre. Sin embargo, sería un error no ver que hay incendios y saqueos provocados también por las masas agitadas.
- ¿Cómo ve a la derecha en el manejo y la búsqueda de una salida en esta crisis?
- Hemos observado un conflicto al interior de la derecha la última semana. El Gobierno apostó inicialmente porque la revuelta se agotara sola y luego ha producido violencia política a través del uso de la fuerza y la permisividad para saqueos, incendios y otros más. Eso es lo que señalan los alcaldes. Pero ha habido otro sector, entre ellos Allamand, Bellolio, Ossandón, Desbordes, incluso Rubilar, que han manifestado preocupación por construir una salida democrática, la necesidad de abrir el diálogo, cambiar el gabinete y especialmente reformar la agenda de reformas. Nuestra preocupación es que ante el vacío promovido por el Gobierno se imponga otra derecha, quizás más personalista, que promueva una resolución autoritaria que profundice el uso de fuerza, que escuche menos las demandas de la ciudadanía, que persista en la criminalización y cuyo fundamento sea el ejercicio de la autoridad.
"Una señal sería sacar a los ministros Chadwick, Espina, Fontaine, Hutt, Cubillos y escuchar voces de su sector que promueven una salida democrática. El pedir perdón valdrá en la medida que vaya acompañado de acciones"