Correo
Artículo 60 de la Constitución
¿Y qué ocurre con ciertos parlamentarios que han transgredido este artículo constitucional? Artículo 60, párrafo 5: "Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso séptimo del número 15º del artículo 19, cesará, asimismo, en sus funciones el diputado o senador que de palabra o por escrito incite a la alteración del orden público o propicie el cambio del orden jurídico institucional por medios distintos de los que establece esta Constitución, o que comprometa gravemente la seguridad o el honor de la Nación".
Se pregona que nadie está por sobre la ley y ¿qué ocurre en este caso? Tengo claros recuerdos de cuando en Chile se quebrantó la Constitución. ¡Y muchos hasta hoy no lo olvidan!
René A. Zapata Valiente
Educación cívica
Teniendo en cuenta la actual contingencia nacional, me gustaría abordarla no con un llamado a la normalidad, sino a un cambio y a poder empatizar con aquellos principales actores de los hechos.
Creo que se debería tomar en cuenta el por qué se dan estos acontecimientos, y en verdad la respuesta es casi obvia: cansancio. Cansancio con respecto al hecho de soportar injusticias variadas, entre las cuales quisiese destacar la educación.
La educación es la base para crear nuestra identidad como personas y, lamentablemente, no les ofrece a todos las mismas oportunidades. Y si bien es un problema que ha estado presenta desde ya varios años es, a su vez, algo que podemos mejorar.
Y es aquí también donde empiezo con mi verdadera propuesta, pues es nuestro deber moral hacer la reflexión de pensar que alrededor de la mitad de la población chilena, simplemente no ha creado una identidad visible para el resto, no existen. Y no porque no quieran, sino porque no se les han entregado las herramientas necesarias.
Creo, además, que los eventuales saqueos y destrucciones realizados por algunos son causados por la misma razón. Sin embargo estoy segura que hace falta fortalecer la educación chilena y un buen comienzo sería que el gobierno se plantease como proyecto la vuelta de la educación cívica, ya que es esta la que nos orienta a todos no sólo en nuestros derechos, sino también en nuestros deberes como ciudadanos y diarios partícipes en la construcción de nuestra sociedad.
Fernanda Acevedo
Dejar de lado las diferencias
No ponerse de acuerdo e intentar capitalizar el movimiento de la sociedad es la actividad de moda de una parte de la clase política.
Discusiones nefastas y acusaciones sin sentido de urgencia tienen a los políticos enfrascados en observar su propio círculo intocable, sin ocuparse del problema.
El Gobierno llamando a dialogar y otros, sin querer hacerlo, intentando instalar sus temas, cual niño se lleva la pelota para la casa, creyendo ser el accionista mayoritario de las demandas ciudadanas.
La democracia está en riesgo y parece no importar. La superioridad moral de quienes se arrogan la representatividad exclusiva de la sociedad es, en definitiva, una atribución que golpea en la cara a la democracia y altera el contacto y la representación real de la ciudadanía.
Llegó el momento en que todos los actores debemos dejar al lado las diferencias y destinar los esfuerzos en salir de la crisis. Sin buscar ganancias pequeñas ni capitalizaciones absurdas, que aumenten las pérdidas de la ciudadanía.
Alejandro Franco-Elia F.
Cambio de gabinete
El movimiento social surgido en los últimos días desorientó al Gobierno. A la reinstalación en el imaginario colectivo desde el movimiento de la crisis del estado subsidiario, debemos sumar el proceso de repolitización que ha vivido la sociedad por estos días y a la incidencia en una nueva agenda que hoy debe proponer el Gobierno.
Claramente, el cambio de gabinete es un triunfo de los miles de chilenos que han salido a protestar, pues no existe sintonía alguna entre el núcleo cercano del Presidente y su ciudadanía. Ahora bien, este cambio es una medida más bien coyuntural que no resuelve en nada las justas demandas de una ciudadanía movilizada, pues si ese cambio no va acompañado de transformaciones estructurales al espejismo neoliberal instalado en Chile, la continuidad de este movimiento es altamente probable.
El Ejecutivo ha buscado con esta medida hacer frente al cúmulo de demandas que desde abajo se han ido proponiendo y contribuir a descomprimir el ambiente de preocupación y de represión observado estos días. Sin embargo, resulta inexplicable que una de las ministras responsables del estallido social de estos 10 días, como Gloria Hutt, no haya salido del gabinete. A todas luces, esto constituye un error político del Presidente, ya que la permanencia de la ministra amplía el margen de crítica hacia el Gobierno, quedando la sensación que poco y nada le importa al Presidente lo que diga la calle. Si la razón está fundamentada en una aparente normalidad, ciertamente el Ejecutivo sigue descansado en un oasis del cual hace días Chile Despertó.
Máximo Quitral Politólogo UTEM