Francisco Meneses V.
Reñaca parece estar viviendo otra realidad, en medio del estallido social existente en Chile. Si bien la cantidad de gente que visitó el balneario es menor que la proyectada inicialmente, el comercio y los restaurantes estaban operando para atender a los turistas que llegaron, principalmente desde Santiago.
Ricardo Aciares llegó por el fin de semana largo a Reñaca, y percibió cierta tranquilidad en la zona. "Vino más gente de la que me imaginaba, pensé que iba a estar mucho más tranquilo, pero se ve mucho movimiento, lo que es bueno. De alguna manera se refleja que el país está volviendo a la normalidad", dijo.
En tanto, Paula Barañao, vino con su familia al balneario, "para salir un poco de la realidad que se está viviendo en Santiago y relajarse para seguir allá". Respecto del funcionamiento del comercio, la visitante destacó que "está todo funcionando en forma totalmente normal".
Por su parte, Javier Domínguez junto a su familia, visitaron Viña del Mar y Valparaíso, además de Reñaca. "Ayer (viernes) habían tacos en la orilla de la playa, en los estacionamientos se veía que se arrancaron para acá, no hay desabastecimiento como en Santiago, así que está todo perfecto", comentó.
El empresario de insumos mineros espera que haya una pronta calma en el país: "Los trabajos han bajado mucho, la productividad. Hay que luchar, apoyamos, pero ha bajado mucho la producción".
Alto flujo, pocas ventas
En tanto, los comerciantes de Reñaca, a pesar del flujo de personas en el balneario, consideraron que las ventas han sido lentas, en base a las expectativas iniciales.
"Acá ha sido muy lento, pero en Reñaca siento que se ha vivido una burbuja, se está ajeno a todo lo que pasa en el país y el ambiente ha estado muy tranquilo", opinó Daisy Varas, desde un minimarket ubicado en la avenida Borgoño.
Aún así, la comerciante reconoció que las ventas han sido "malas, muy lentas. El año pasado fue lento, pero a pesar de las marchas y esas cosas, se mantuvo el flujo de gente que viene a pasear (...) La gente se resiste a comprar, a gastar su dinero, a menos que sea en un supermercado".
Bárbara Pinto, al frente de una fábrica de empanadas, comentó que el viernes "estuvo muy movido, pero en los días anteriores no pasó nada". A juicio de la comerciante, en noviembre comienza a notarse un mayor flujo de turistas en Reñaca, con miras a la temporada estival.
"Estamos esperando nosotros el verano, porque es de lo que nosotros vivimos, y la verdad es que no vemos mucho futuro, un buen futuro", planteó Pinto.
En el restaurant "Los Pomairinos", Clodomira Garrido calificó de "regular" el flujo de comensales en el local. "La gente apareció recién el viernes y esperamos que podamos terminar el fin de semana largo bien", consideró.
Finalmente, Jorge Faúndez, vendedor de barquillos y palmeras, indicó que las ventas han sido pocas, ya que "no parece fin de semana largo, porque hay poca gente, parece que tienen miedo a salir".
"Vino más gente de la que me imaginaba, pensé que iba a estar mucho más tranquilo, pero se ve mucho movimiento, lo que es bueno"
Ricardo Aciares, Visitante de Santiago
"Ha sido muy lento (las ventas), pero en Reñaca siento que se ha vivido una burbuja, se está ajeno a todo lo que pasa en el país"
Daisy Varas, Comerciante de Reñaca