Porcentajes distintos y rol del BC: diputados discrepan sobre mecanismo para rebajar dieta
ZONA. Aunque los parlamentarios coinciden en que debe reducirse, no todos respaldan que el Banco Central defina el monto. Otros legisladores, en tanto, piden un sistema en base a la asistencia.
Representan, por lejos, a una de las instituciones políticas más cuestionadas en el último tiempo y sobre todo tras el estallido social que vive el país desde hace más de tres semanas. Por eso no fue coincidencia que en la presentación de la Agenda Social del Gobierno se decidiera otorgarle suma urgencia a un olvidado proyecto de ley que reduce la dieta de los parlamentarios junto a la de los altos cargos de la administración pública.
Se trata de un iniciativa que justamente había sido promovida por los diputados Giorgio Jackson y Gabriel Boric, del Frente Amplio (FA), por allá por 2014. Sin embargo, y como suele ocurrir con los proyectos que amenazan con reducir sus propias condiciones, buena parte del Congreso de esa época postergó su discusión hasta que ya se hizo insostenible.
Pero independiente de la obligación que ahora tienen para darle celeridad a la tramitación, aún existe un manto de dudas respecto de cuánto efectivamente podría reducirse la dieta de los parlamentarios, que en términos simples consiste en la remuneración directa que recibe cada uno a fin de mes y que hoy bordea los $9 millones 350 mil brutos.
Carga al banco central
Si bien los primeros debates se centraban exclusivamente en cuál debía ser el porcentaje de reducción del sueldo, durante los últimos días una votación al interior de la Comisión de Constitución de la Cámara volvió a encender las alarmas entre los promotores de la idea.
Y es que mitad de semana, la instancia legislativa no sólo decidió que se debe derogar por unanimidad el artículo que hacía equivalente la dieta de los diputados y senadores con la de los ministros del Estado, sino que también -en su reemplazo- aprobó que fuera el Banco Central (BC) el encargado de fijar las remuneraciones.
Una decisión que a pesar de tener sentido al tratarse de un organismo autónomo, nuevamente volvió a postergar la discusión sobre lo más importante: cuál sería el monto en que se reducirían el sueldo.
Por lo mismo, Marcelo Schilling (PS), diputado por Valparaíso Cordillera e integrante de la Comisión de Hacienda, sostuvo que la medida no es más que un "juego de piernas y un intento de buscarle la quinta pata al gato".
"No me parece una buena idea. Aquí hay que ir directo a la vena y establecer que la dieta parlamentaria consistirá en dos tercios del sueldo de un ministro (un 33% menos de lo actual). Es súper sencillo y no hay nada que andar haciendo cálculos. Queda regulado en la Constitución Política y listo", expuso Schilling, quien precisamente presentó un proyecto en esos términos en 2014.
Postura similar tuvo Diego Ibáñez (FA), diputado por el mismo distrito. "Llevar el debate al Banco Central es creer que se trata de un asunto técnico cuando es un tema profundamente político", indicó el parlamentario.
"Los sueldos deberían disminuirse a la mitad. Y quienes no están de acuerdo con rebajar la dieta, mejor podrían omitirse del debate echándole la culpa a terceros", insistió.
Defienden autonomía
Uno de los promotores del proyecto que le entrega la responsabilidad al BC es el diputado Pablo Kast (Evópoli), quien defendió la iniciativa asegurando que "no podemos simplemente poner un número arbitrario según nuestra tincada".
"Ojalá nunca más en el país una persona se ponga a sí misma el sueldo. Creo que es justamente una de las cosas que nos tiene en una crisis de legitimidad importante en nuestras instituciones", agregó el parlamentario por la zona interior, quien de todas formas dio por sentado que la propuesta del BC sería menor al monto que perciben en la actualidad, aunque reconoció que no existe todavía un porcentaje bien definido.
"Si es un 50%, como lo propone Boric, o un 30%, como dicen otros, puede ser. Lo importante aquí es hacerlo en base a estudios serios para que buena gente esté participando en el Congreso y, al mismo tiempo, no sea una dieta tan escandalosa respecto de los parámetros internacionales y apunte más bien a los estándares de lo que tiene que ser un Congreso de servicio público", dijo Kast.
En esa línea coincidió también el diputado Andrés Longton (RN), quien reiteró que "no podemos nosotros decir cuándo debemos ganar".
"Cuando tienes un órgano independiente que va a determinar nuestra dieta y la del Ejecutivo y la de otros poderes del Estado, le da una objetividad e imparcialidad mucho mayor. De lo contrario, si fuéramos nosotros quienes definamos el porcentaje, creo que sería una muy mala señal para la ciudadanía", señaló el diputado.
Posiciones divididas
De todas formas, por el momento no existe una postura clara en ambos sectores, lo que demuestra la disparidad de criterios para definir una materia sensible para ellos mismos. Incluso a lo anterior se suma, según revelaron diferentes parlamentarios, que el BC no estaría del todo de acuerdo en asumir dicha responsabilidad, lo que podría ser dado a conocer en los próximos días al interior del Congreso.
Sin embargo, para el diputado Rodrigo González (PPD) se trata de una medida correcta porque "no dejaría ningún espacio de dudas a diferencia de si lo hiciéramos nosotros".
Pese a ello, el parlamentario fue uno de los pocos en asegurar que el porcentaje de disminución "debe ser significativo". "Es la única forma que tenemos para que la ciudadanía aprecie que los que tenemos una vocación por el servicio público la estamos ejerciendo como tal y no hemos llegado al Congreso para enriquecernos", sostuvo González.
Pago por asistencia
En medio del tenso debate, algunos diputados incluso han planteado la necesidad de cambiar el sistema de remuneraciones por uno basado en la asistencia a las sesiones y comisiones. Así lo planteó Rodrigo González, como también el diputado Andrés Celis (RN).
A juicio del exconcejal de Viña del Mar, un parlamentario que cumpla a cabalidad su función tanto legislativa como territorial podría llegar a ganar hasta un 30% menos de lo que percibe actualmente, es decir, alrededor de $6 millones 545 mil brutos. Sin embargo, para quienes no ejerzan de manera correcta el cargo, su propuesta es que la sanción llegue incluso hasta un 60% menos que en la actualidad ($3.740.000).
"Me parece que un buen sistema es el que descuente por inasistencias, impuntualidades o retiros. Que con los flojos y los que sólo marcan tarjetas sea más drástico, pero que premie a quienes cumplan su rol de buena manera. Pero hay que debatirlo bien. No vaya a ser que el remedio sea peor que la enfermedad y fomente que los parlamentarios se dediquen a otras cosas en paralelo, lo que desprestigiaría mucho más la labor parlamentaria", comentó el diputado Celis.
Además, también se mostró contrario a que el BC defina las remuneraciones y propuso que se haga cargo el Consejo Resolutivo de Asignaciones Parlamentarias, pero compuesto por personas ajenas a la política partidista.
Verdessi discrepa de postura de la DC
A pesar de que esta semana la Democracia Cristiana (DC) propuso una reducción de la dieta parlamentaria en un 30%, el diputado Daniel Verdessi (DC) se mostró contrario a definir a priori un porcentaje. "Tiene que ser un ente fuera del mundo parlamentario el que lo defina. Puede ser el BC el que realice una proyección a la baja. Para mí no es tema, pero puede que sí lo sea para los que tienen una dedicación parlamentaria exclusiva", comentó Verdessi, quien pidió que también "se avance en una reducción a todos los altos sueldos del Estado".
"Hay que ir directo a la vena y establecer que la dieta consistirá en dos tercios del sueldo de un ministro"
Marcelo Schilling (PS), Diputado por el Distrito 6
"Un buen sistema es el que descuente por inasistencias, impuntualidades o retiros, y premie al que lo hace bien"
Andrés Celis (RN), Diputado por el Distrito 7