Colombia, entre la incertidumbre y la esperanza del diálogo
CRISIS. Expertos valoran intención de Duque de debatir demandas pero creen que se requieren acciones rápidas.
Colombia cumple diez días entre la incertidumbre por las protestas que comenzaron como un reclamo sindical y se convirtieron en un movimiento popular en las calles, y la expectativa de un diálogo con el Gobierno para retornar a la normalidad.
Las manifestaciones marcaron un punto de inflexión en la sociedad colombiana, poco acostumbrada a hacerse sentir, pero que en esta ocasión se volcó a las calles de Bogotá y grandes ciudades para sumarse a la presión al Gobierno del Presidente Iván Duque.
En los días previos al 21 de noviembre, cuando comenzó la protesta, el Gobierno intentó quitar hierro a las exigencias de las centrales obreras con el argumento de que no había presentado al Congreso las reformas laboral y de la seguridad social, base del malestar popular, y lo mismo con los otros puntos de las peticiones, pero no hubo diálogo directo para llegar a un acuerdo.
DIÁLOGO y CONVERSACIÓN
Solo el pasado martes, después de que el "paro nacional" de un día se prolongó con una amplia movilización en las calles contra el Gobierno, cacerolazos diarios incluidos, disturbios y saqueos en Cali y Bogotá que obligaron a decretar el toque de queda y la muerte del joven Dilan Cruz, por un disparo de escopeta de la Policía, el presidente llamó a los líderes las centrales obreras y movimientos sociales a conversar, sin éxito.
"Yo creo que el Gobierno está buscando no legitimar al Comité Nacional de Paro como interlocutor y por eso convoca a ese ejercicio que llamó de 'conversación' para, por el contrario, legitimar sus políticas", dijo el analista Alejo Vargas, profesor de Ciencia Política de la Universidad Nacional.
Para diversos expertos, la intención del Gobierno de poner sobre la mesa todos los problemas del país, desde las demandas sindicales, hasta la corrupción y el atraso en infraestructuras, es algo positivo pero no para un momento como el actual en el que se requieren acciones rápidas para dar respuesta al clamor de cambios de las calles.
De las urnas a las calles
Los más radicales del Gobierno no muestran voluntad de hacer concesiones y consideran que por haber ganado las elecciones presidenciales de 2018, el partido Centro Democrático y sus aliados conservadores tienen la potestad absoluta de definir las políticas nacionales, sin tener en cuenta los reclamos de la sociedad, postura que dificulta cualquier acercamiento a los sindicatos.
Pese a que las demandas de las centrales obreras son semejantes a las que se han hecho a otros Gobiernos en Colombia y otros países cada vez que se plantean reformas que consideran pueden poner en riesgo la estabilidad de los trabajadores, en este caso gente cercana a Duque las considera un intento de la oposición de izquierdas de ganar en las calles lo que no consiguieron en las urnas.
A esa percepción contribuye la incitación que hace a diario en las redes sociales el senador Gustavo Petro, derrotado por Duque en las presidenciales, para que la gente salga a las calles protestar, en un intento de presentarse como el líder de una movilización popular que no tiene dueño.
Receso navideño
Quienes promueven manifestaciones siguen convocando a actividades como un "cacerolazo intercontinental" para hoy 1 de diciembre, una nueva movilización en las calles el próximo miércoles o un concierto el domingo 8 en el Parque Simón Bolívar de Bogotá para mantener la llama encendida. Sin embargo, la proximidad de la Navidad seguramente enfriará los ánimos hasta enero o febrero cuando con el regreso de la normalidad es probable que se reanuden las protestas a menos que se inicie un diálogo directo al que por ahora no parece muy inclinado el Gobierno.