El enfoque de eficiencia en evaluación social de proyectos vigente en Chile, considera que el valor social creado por un proyecto es la suma de los beneficios y costos (en valor presente) que dicho proyecto genera para los distintos involucrados. Esto sin importar ni identificar a quienes ganan y pierden con dicha iniciativa de inversión pública, importando solamente si el saldo total es o no positivo.
Por otra parte, y al considerarse que el bienestar marginal del consumo es constante e igual para toda la sociedad, un proyecto arrojará mejores índices de rentabilidad social en la medida que se consuma más del bien o servicio que producirá (mayores ingresos) y/o cuando el número de personas que habita el territorio beneficiado sea mayor (ciudades con mayor número de habitantes).
Análisis
Hemos venido por años planteado la necesidad de revisar ese enfoque y hoy, a la luz del estallido social iniciado el mes de octubre, pensamos que esa revisión toma carácter de urgente.
Sustenta nuestro planteamiento el dilema ético que, bajo el enfoque actual, al no ser necesario realizar un análisis de involucrados, agente por agente, para identificar quiénes y cuánto ganan o pierden, resulta imposible pensar en un sistema de compensación de los que ganan a los que pierden. Esto es particularmente complejo cuando finalmente los que ganan son de estratos socioeconómicos más altos (mayor consumo) y/o territorios con gran número de habitantes (grandes ciudades).
Un análisis de involucrados, que identifique ganadores y perdedores de los proyectos, incorporando procesos de participación ciudadana, y que genere estrategias de anticipación, se ve como algo cada vez más necesario.
En términos de métodos de evaluación, existen herramientas para incorporar los efectos, ya sea el método de ponderaciones distributivas y/o métodos multicriterio, que permiten incorporar además del criterio distributivo, otros como los impactos ambientales, la generación de empleos, u otros de interés de la ciudadanía.
En la priorización de proyectos, programas y políticas públicas no se agota toda la información disponible considerando sólo la información económica. Dependiendo de la iniciativa de inversión, las variables hoy día no consideradas pueden ser cuantitativas y/o cualitativas.
Propuesta
Las decisiones se deberían tomar entonces, considerando no sólo aspectos económicos, ya que no todos los factores que se modifican con una intervención son cuantitativamente expresables en términos monetarios (ejemplo, los factores sociales) y/o deseables de hacerlo (ejemplo, la vida humana).
Para una buena evaluación y priorización, surge la necesidad de incluir nuevo instrumental que abarque un espectro más amplio de la realidad social y que sea capaz de lidiar con sus múltiples objetivos y contradicciones. Es por ello que creemos que los indicadores de rentabilidad social debieran considerar aspectos redistributivos ya sea por ingreso y/o por territorio, a lo menos como sensibilización.
Así también, la Evaluación Multicriterio es una herramienta útil para trabajar con varios criterios a la vez (económicos, sociales, medio ambientales, territoriales, otros) y reconocer la importancia relativa de cada uno para las distintas alternativas de proyectos. Enfoques alternativos al utilitarismo, como el de Amartya Sen que plantea la naturaleza multidimensional del bienestar, también valoran criterios más allá de los consumos y las disposiciones a pagar de las personas. La "teoría de evaluación multicriterio" comprende en realidad un conjunto de teorías, modelos y herramientas de apoyo a la toma de decisiones, aplicable no sólo al análisis de inversiones sino a una amplia gama de toma de decisiones en el ámbito público.
Creemos que el contexto histórico que vive nuestro país entrega un escenario único para pensar sin prejuicios, la posibilidad de incorporar indicadores que consideren aspectos redistributivos con una evaluación multicriterio que tome en cuenta los diversos impactos que genera una iniciativa de inversión, y que no están representados en un indicador de rentabilidad.
Finalmente, destacamos que la conclusión sobre la importancia de incorporar criterios relativos a la superación de desigualdades, no es distinta a la del Workshop APEC 2019 "Best Practices on Public Investment Systems" desarrollado en Puerto Varas en agosto de este año, con participación de representantes de más de 15 economías de esa agrupación.