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ENTREVISTA. María José Hoffmann, jefe de la bancada de la UDI analiza la crisis con Chile Vamos:

"Es positivo un tiempo de reflexión y ver realmente qué nos une y qué proyecto vamos a defender"

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Paola Passig

Hay malestar en la UDI. Es que no sólo el Frente Amplio ha sido afectado por las consecuencias sociopolíticas del estallido social. Y así como Gabriel Boric y Giorgio Jackson pidieron excusas públicas a sus electores, y el Partido Humanista decidió abandonar la coalición; el gremialismo, incómodo por lo que considera el incumplimiento de la palabra empeñada -entendiendo esto en el marco del acuerdo constitucional del 15 de noviembre-, decidió congelar su participación en Chile Vamos.

¿La razón? Luego que el Congreso aprobara el proyecto que visa el plebiscito de entrada, pero sin paridad, ni cuotas para pueblos originarios e independientes; un grupo de parlamentarios de RN, acompañados por otros partidos, insistieran con esas indicaciones, las que fueron aprobadas en la Cámara baja en general y particular con votos de Evópoli y de la tienda de Mario Desbordes.

-¿Comparte la decisión de la presidenta Jacqueline Van Rysselberghe de congelar las relaciones de la tienda con Chile Vamos tras esa votación?

-Hay un sentimiento profundo en la UDI de malestar. Y es el estar permanentemente pagando costos mientras otros se llevan los beneficios. Eso es insostenible. Creo que es positivo un tiempo de reflexión donde veamos realmente que nos une y que proyecto político vamos a defender. En varias ocasiones hemos sentido que somos el único partido que defiende las ideas de la derecha.

-¿Se sienten traicionados?

-Traición es una palabra muy fuerte, implica decisiones definitivas. Pero pensar en una descoordinación sería negar que mucho de lo que vivimos esta semana fue producto de que algunos privilegian sus intereses por sobre los de la coalición. Si no entendemos que somos una alianza que primero debe mirar hacia adentro, no tenemos destino. Algunos se rinden demasiado rápido a las redes sociales, nosotros queremos escuchar también a aquellas mayorías silenciosas

-¿Por qué la UDI se resistió a la paridad, a los escaños para pueblos originarios y condiciones de igualdad para independientes que son demandas de la ciudadanía y organizaciones sociales?

-Nosotros exigimos que se respetara el acuerdo. La UDI presentó un proyecto para listas cerradas que garantiza espacios para mujeres y pueblos originarios; eso no tuvo acogida y no por eso íbamos a tensionar el Acuerdo por la Paz. Somos el partido que históricamente ha contado con más mujeres, no es casualidad que estemos presididos por una mujer; que la jefa de la bancada de los senadores sea mujer y que yo esté en la jefatura de los diputados. No acepto que se nos impute que estamos en contra de la participación de las mujeres cuando, en la práctica, hemos dado testimonio de liderazgo femenino.

-¿Cómo se potencia ese liderazgo?

-Tengo una posición bastante liberal en esta materia: creo en las mujeres y doy testimonio día a día de eso. Apoyamos las cuotas de entrada porque eso es lo que necesita una mujer y también incentivos económicos, pero la paridad es una distorsión inaceptable porque distorsiona la voluntad popular y además que pocos saben pero este proyecto también deja mujeres fuera.

-¿En qué sentido?

-Es que va a terminar pasando lo mismo que en el colegio de abogadas en que quedaron fuera varias mujeres con votos. En el partido queremos más mujeres, pero deben llegar con votos y con dignidad.

-Se perdieron las confianzas. ¿Cómo se recomponen?

-Tenemos que recuperar las confianzas. No es aceptable más vetos. Es clave establecer mecanismos que nos permitan tomar decisiones y aprendamos a valorar nuestra diversidad y a respetar la palabra empeñada. Chile necesita una centroderecha unida y consolidada, porque tenemos muchas menos diferencias que las que tiene la izquierda. Por eso creo que esta reflexión nos va a hacer bien.

-¿Cómo se entiende la proyección del acuerdo?

-No tengo ninguna duda que si no nos sentábamos a buscar una salida estaba en riesgo nuestra estabilidad democrática. Todos cedimos, probablemente nosotros más porque creemos que la constitución le ha dado a Chile estabilidad y progreso, pero debíamos ser capaces de generar acuerdos y entender que había que hacer sacrificios.

-¿Cree que fue un error haber firmado el acuerdo por la paz el 15 de noviembre?

-No, no fue un error. Fue por Chile. El error fue cuando la izquierda, que se siente interpelada por la calle, intenta faltar a su palabra y subirse por el chorro. Nosotros vamos a participar activamente y vamos a liderar la opción NO. Los 30 años de movilidad social, paz y democracia merecen un NO en el plebiscito.

-En las manifestaciones quedó claro que no todos piensan igual.

-Hoy Chile es un país más pobre y desigual y lo que viene en desempleo es duro. La UDI tiene que enfocarse en lo que realmente se necesita y que son reformas estructurales en materia social.

-¿Qué le responde a quienes sostienen que el gremialismo sólo ha buscado frenar el proceso constitucional y evitar el plebiscito?

-Sabemos muchas veces que el rol de la UDI es incomprendido. No sólo no frenamos el proceso, sino que fuimos parte activa en ese acuerdo. Se les ocurrió a última hora, hace un par de semanas, esto de las cuotas y tienen todo el derecho para tramitarlo en el Congreso. Pero la palabra se respeta y se honra. Por eso vamos a defender en el proceso constituyente el principio de subsidiariedad, la libertad, el derecho a la propiedad privada y todo lo que nos ha consolidado como un país a años luz de nuestros vecinos.

-Chile Vamos presenta la censura a la mesa, a pesar de que se dieron las explicaciones de por qué no se desalojó

-Si la mesa de la Cámara de Diputados no es capaz de mantener el orden y el respeto eso debe tener una consecuencia. La señal que reciben los ciudadanos es que la violencia es parte del trabajo legislativo. Eso es en extremo negativo. La censura es un llamado de atención a respetar la democracia y la integridad física de los parlamentarios y funcionarios que allí trabajan.

"Sabemos muchas veces que el rol de la UDI es incomprendido. No sólo no frenamos el proceso, sino que fuimos parte activa en ese acuerdo".

"No fue un error firmar el acuerdo. Fue por Chile. El error fue cuando la izquierda, que se siente interpelada por la calle, intenta faltar a su palabra y subirse por el chorro. Nosotros vamos a participar activamente y a liderar la opción NO".