Cuando Valparaíso aún no logra recuperarse del vandalismo y los saqueos que han castigado al plan de la ciudad, en populosos sectores altos un violento incendio forestal ha destruido más de 240 casas, amenazando a otras.
El ministro de Agricultura, Antonio Walker, afirmó que en un 99% existe la posibilidad de que este siniestro sea intencional. La misma acusación es compartida por el intendente regional, Jorge Martínez, y el alcalde Jorge Sharp.
La presencia en Valparaíso de tres ministros, Interior, Agricultura y Vivienda, demuestran la preocupación del Gobierno ante esta catástrofe y sus orígenes, que no pueden quedar en las sombras. Por otro lado, la intencionalidad se vería favorecida por la sequedad de la vegetación derivada de la falta de lluvia, por las altas temperaturas del día martes y por el intenso viento que atiza cualquier fuego, por pequeño que sea.
Es urgente avanzar en las investigaciones y determinar la autoría de esta nueva tragedia que afecta a Valparaíso, precisamente en Navidad, cuando se intentaba recuperar el ánimo y el ambiente de trabajo después de los graves daños que han afectado y afectan a la ciudad al amparo generoso de movilizaciones "pacíficas".
Sin embargo, en lo inmediato hay que sofocar los restos del fuego para evitar que continúe su propagación y, a la vez, ir en ayuda de las decenas de familias afectadas.
En el trabajo contra el fuego trabajan más de 20 brigadas de Conaf, se dispone de medios aéreos y, como siempre, en primera línea, están los bomberos, quienes en las horas navideñas han reafirmado su compromiso voluntario de sacrificio.
Frente fundamental de acción es la asistencia a los damnificados, dándoles albergue, alimentación y acompañamiento, mientras se acomete la tarea de entregar solución definitiva a sus carencias habitacionales. Esta tarea es urgente y como en otras ocasiones, está el problema de la ubicación de las viviendas. No sólo se trata de reconstruir, sino que también de ubicar lugares seguros o dar a los actuales situados en Rocuant o San Roque, mejores condiciones de accesibilidad, dilema propio de los cerros porteños.
Ya se han puesto en marcha acciones para ayudar con ropas o enseres, solidaridad que debe destacarse, pero no se puede dejar al tiempo el tema de la vivienda digna y segura, aspecto en que el Ministerio de la Vivienda tiene un rol decisivo.
Este drama de Navidad alerta una vez más sobre la vulnerabilidad de Valparaíso y sobre la necesidad de reparación y también de prevención, investigación y sanción ejemplarizadora ante una amenaza conocida que debe conjurarse para siempre.