Camila Rojas V.
En una sala de un curso de básica, con dibujos en la puerta y decoraciones coloridas en el interior, están atendiendo a las mascotas afectadas por el incendio del 24 de diciembre en los cerros Rocuant y San Roque. Esto en el colegio Lorenzo Luzuriaga, ubicado en calle Jorge Hunneus en el cerro O'Higgins.
Cinta adhesiva, gasas, sueros, remedios y jeringas reemplazaron los cuadernos y lápices de los estudiantes para brindarle atención a caninos y felinos. A cinco días de la tragedia se han atendido 138 animales. Hoy se encuentran hospitalizados 20 perros y 30 gatos.
Samuel Tapia, médico veterinario y representante regional de la Comisión Permanente de Respuestas a Desastres (CPRD) del Colegio Médico Veterinario se refirió al estado de los pacientes.
"Tenemos perros y gatos con lesiones en las extremidades, cojinetes, y plantares. En el caso de los felinos el pabellón auricular, el rostro, y los bigotes son muy sensibles a quemaduras, y por otro lado, los caninos tienen una capacidad de fuga mayor, por tanto ellos poseen más lesiones en las vías respiratorias por inhalación de humo", explicó.
Los casos más graves, como el de un perro que necesita cirugía producto de un tumor en el bazo y también una transfusión de sangre, fueron trasladados a clínicas veterinarias afiliadas que prestan el servicio de UCI al hospital de campaña. Luego ellos reponen los insumos ocupados en el tratamiento de los nueve pacientes que han sido derivados en el transcurso de esta semana.
Labor en conjunto
Vecinos del sector también aportan cada día para que ninguno de los internados se quede sin lo necesario para mejorar. Elizabeth Nuñez y su hija Carol Contreras dejaron "un saco de comida para los perros, dos bidones de agua, gotas de tramadol, y una bolsa de comida para gatos", comentaron.
Otros van a buscar a las mascotas dadas de alta. Ese es el caso de Javiera Gutiérrez cuya casa fue afectada por el fuego. "Detrás de nuestra casa principal hay un cuarto en el que cuidamos a cuatro gatitos, uno apareció al día siguiente cuando estábamos limpiando con las patas quemadas, así que la trajimos acá", indicó.
La joven explica que "hay animales en la parte alta con quemaduras de tercer grado en el cuerpo completo; hemos encontrado perros muertos y otros perdidos".
Por esto es que el veterinario Samuel Tapia hace un insistente llamado a "aportar los insumos e implementos a los otros dos cerros también, Rocuant y San Roque porque nosotros, dentro de todo, estamos en buenas condiciones en el cerro", expresó.
Escuela Familiar
El profesor Chávez, como todos lo conocen, es fundador del colegio Lorenzo Luzuriaga, y fue quien puso a disposición el lugar porque "tengo el deber de compartir todo lo que tengo, y aunque no me gustaran las mascotas lo haría, pero tengo perros y los adoro; son hermanos nuestros y por eso debemos ayudarlos".
Su hija, Cecilia Chávez, es educadora de párvulos del recinto y también está abocada a atender en este refugio a las mascotas afectadas. "Agradecemos la ayuda de la gente, les pedimos ahora que aporten con comida para los veterinarios y voluntarios; faltan bebidas isotónicas y colaciones porque han estado a pura galletas y agua, y hay que mantener la buena alimentación", subraya.
Felipe Tapia, estudiante de Veterinaria en la Universidad Viña del Mar, colabora como voluntario: "hemos hecho un muy buen trabajo, pero siempre falta algún insumo como, por ejemplo, sedantes", comentó.
Proceso de adopción y hogar temporal
El hospital de campaña instalado en la zona aledaña al incendio ya comenzó el proceso de búsqueda de hogares temporales y definitivos para los animales que todavía no han sido reclamados, como suele ocurrir en desastres de esta envergadura. Tres gatos y un perro fueron eutanasiados producto de las quemaduras graves que sufrieron en el incendio.