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Construcción: más del 60% de los proyectos se ha detenido a partir del estallido social

REGIÓN. El presidente de la CChC Valparaíso, Gian Piero Chiappini, analizó realidad del sector tras inicio de crisis.
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Claudio Ramírez

Las principales actividades de la economía regional, como el turismo, industria, comercio y construcción, se han visto, de una u otra forma, afectadas por la crisis social iniciada a mediados de octubre del año pasado.

Y en el caso particular de la construcción, los números dan cuenta de un panorama poco auspicioso. "La verdad de las cosas es que todas las cifras que se han ido observando van en sentido decreciente, haciendo que el segmento de productividad vaya en descenso y eso es preocupante", comentó el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Valparaíso, Gian Piero Chiappini.

Entre dichas estadísticas destaca que un 63% de los proyectos que estaban en fase de desarrollo se detuvieron, además de que un 65% de las obras que tenían previsto iniciar su ejecución antes de que concluyera en 2019 tampoco se llevaran a efecto.

Oferta y venta

El último informe de ventas del sector inmobiliario para el Gran Valparaíso, correspondiente al mes de diciembre del año pasado, da cuenta de una disminución de 5% de la oferta en la comparación anual y del 1% en relación al mes anterior (noviembre).

En cuanto a las adquisiciones de vivienda en la zona, éstas muestran una disminución del 28% con respecto al mes precedente y, en el acumulado anual, la venta totalizó 2.243 unidades, es decir, 3% más que el 2018. El documento consigna que si bien en 2019 se mantuvo con el mayor stock de la última década, a contar de julio de ese periodo comenzó una caída sostenida de unidades debido al casi nulo ingreso de proyectos. Una tendencia que se agudizó en el periodo septiembre-noviembre, en que no hubo nuevas iniciativas.

Este último hecho repercutió en la oferta porque, en total, durante 2019 se ingresaron 2.827 unidades de viviendas nuevas, lo que representó una baja de 28% en comparación al periodo precedente. En el caso de las ventas, si bien se registró un leve incremento, también a partir del segundo semestre se observó una caída sostenida alcanzando mínimos históricos en diciembre.

Menor dinamismo

Pero hay otras cifras significativas que evidencian el menor dinamismo del sector y que apuntan a las cotizaciones y los desistimientos.

"Hay datos bastante decidores; por ejemplo, que las cotizaciones en los distintos proyectos que se están desarrollando han descendido en más de un 50%. Si bien es cierto que varía dependiendo de la obra, el promedio ha bajado sensiblemente", manifestó Chiappini.

En esa línea, las personas que han decidido postergar su intención de compra también se incrementaron. Los desistimientos, que implican el rompimiento de una promesa de compraventa, aumentaron alrededor de un 20%. "Toda esa situación podría revertirse en la medida que se generen certezas", dijo el líder gremial.

En cuanto a la proyección para el año en curso, se estima que la caída de la inversión en viviendas, a raíz de la postergación de iniciativas, producirá cambios en el mercado.

Además, teniendo en cuenta la futura contracción de la demanda por vivienda y el proceso de ajuste de la oferta, además de bases de comparación menos exigentes hacia final de año, se estima que las alzas de precio de las viviendas se van a desacelerar de manera significativa en los próximos meses.

En esa línea, el escenario más factible es que se produzca una estabilización y, por cierto, el valor no debería subir a las tasas que lo estaban haciendo.

El empleo en el sector bajo amenaza

En promedio, durante el ejercicio 2019, los ocupados en el sector de la construcción en la región llegaron a 74.500 personas, descendiendo a 69.000 aproximadamente en el último trimestre móvil del año. Y las proyecciones para el año en curso no son muy buenas, pues se prevé que el desempleo suba un 12% durante el primer trimestre de este año, lo que a nivel país significaría la pérdida de 40 mil puestos de trabajo, cifras que no se registran desde la crisis subprime. A esto se suma el alto porcentaje de trabajadores que, si bien no estan incluidos en esa cifra, se verán obligados ante la circunstancia a ejercer labores por cuenta propia.

"La verdad de las cosas es que todas las cifras que se han ido observando van en sentido decreciente (...) Eso es preocupante".

Gian Piero Chiappini, Presidente de la CChC Valparaíso

28% bajó la oferta de viviendas nuevas en la región en 2019, en comparación con el año precedente.

20% aumentaron los desistimientos en la adquisición de viviendas frente a la incertidumbre existente.

El imprescindible cambio a un modelo de economía circular

Director Área Administración IP-CFT Santo Tomás Viña del Mar
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A medida que el impacto del cambio climático se vuelve más pronunciado, la importancia de la eficiencia energética y la gestión eficaz de los recursos se enfoca cada vez más. Cuando la economía mundial se enfrenta a desafíos, la eficiencia energética sigue siendo tan preponderante como siempre. Esto se debe a que el uso y la gestión eficientes de la energía ofrecen ahorros en términos monetarios y de recursos.

En el contexto anterior, la justificación de un cambio hacia la economía circular (CE) parece más convincente. El CE se basa en el principio de eliminar o evitar el desperdicio mediante el uso continuo de recursos. Su principio gira en torno a la fabricación, el uso y la reutilización o el reciclaje de productos o recursos. En contraste, la economía lineal se basa en el concepto de "tomar, hacer, usar y desechar", que es derrochador y costoso en muchos sentidos.

El CE, junto con minimizar el uso de los recursos, limita la generación de todos los desechos, las emisiones de carbono y las diversas formas de contaminación. De este modo, todos los desechos se usan para hacer otro producto o subproducto, el cual pueda ser demandado por el mercado.

Hoy, la CE es especialmente efectiva para aumentar la eficiencia de los recursos a través del reciclaje, particularmente en el caso de los residuos urbanos e industriales. De esta manera, se fomenta un mejor equilibrio entre la economía, la ecología y la sociedad. Sin embargo, para que el modelo CE tenga éxito, todas las partes interesadas, incluidos fabricantes y clientes, deben cambiar la forma en que se fabrican y utilizan los productos. A partir del modelo tradicional pero insostenible de "tomar, fabricar y desechar", es necesario adoptar el enfoque circular que gira en torno a la reparación, restauración, reutilización, reciclaje y remanufactura de productos.

Al impulsar la economía circular, es vital concentrarse en fuentes de energía limpias, como la solar y la eólica, comenzando con la red y luego en toda la cadena de consumo de energía. Independiente de si la demanda de energía es mayor o menor, la gestión eficiente mediante el despliegue de sistemas inteligentes, así como el uso de combustibles limpios, puede conducir a enormes ahorros de energía.

Es esencial cambiar a sistemas inteligentes y eficientes en energía disponibles a través de la digitalización de los servicios de electricidad, lo que ayudará a ahorrar energía y recursos financieros. Esto se gestiona aumentando la recuperación de recursos y reduciendo los costos de suministro. Los sistemas inteligentes incluyen la gestión inteligente de la demanda y el suministro de electricidad en estructuras comerciales, industriales o residenciales, que se logra mediante la implementación de medidores inteligentes, infraestructura de energía conectada y sistemas de gestión de energía complementarios. Las tecnologías de red inteligente comprenden micro redes, plantas de energía virtuales y sistemas de respuesta a la demanda, todos los cuales ya están mejorando la producción, transmisión y distribución de energía en toda la cadena de suministro.

Además, las redes inteligentes se están utilizando para satisfacer las necesidades de energía bajo el concepto de Smart Cities. Desde la generación y distribución hasta el consumo, las redes inteligentes ofrecen mayor eficiencia, mayor control y más valor al minimizar el consumo de recursos. Las redes inteligentes garantizan que se cumplan los requisitos de suministro de energía a través de sistemas totalmente seguros y sostenibles, al tiempo que dejan una huella de carbono mucho menor. Es importante que Chile busque alcanzar sus objetivos de desarrollo sostenible a través de un menor consumo de combustibles fósiles. Los sistemas inteligentes basados en energía solar son una solución ideal, eficiente y rentable.

Para mejorar el panorama energético de Chile, es necesario adoptar un modelo CE y un sistema energético eficiente que beneficie a la economía, la ecología y la sociedad en general, lo que facilita la transición de la humanidad hacia un planeta más limpio y verde.

Francisco Javier González Puebla