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Industria de cruceros apunta a los motivos que amenazan efectividad de ley de cabotaje

REGIÓN. Restricción de capacidad de las naves y la falta de un reglamento son algunas de las razones esgrimidas en el sector.
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Claudio Ramírez

Apunto de cumplir un año desde su promulgación -febrero de 2019- se encuentra la ley de cabotaje de pasajeros que, en síntesis, permite el tránsito de personas en cruceros internacionales con capacidad de pernoctación y que puedan transportar a un número igual o superior a 400 pasajeros durante su paso por los puertos nacionales.

La idea de la legislación es potenciar el turismo nacional, mejorar la calidad de servicios de pasajeros y aumentar la competencia, generando nuevas posibilidades de rutas de cruceros y aportando al crecimiento local en diversas localidades.

Sin embargo, pese a las buenas intenciones, hasta ahora los efectos de la legislación no se han sentido. Si bien en un principio se mencionó el interés de algunas líneas en participar, eso no ha pasado del umbral de las buenas intenciones.

No hay interés

Desde la industria de los cruceros hay varias explicaciones. Una de ellas es que la potencial demanda es para cruceros pequeños y no para grandes. "A los cruceros grandes no les interesa hacer tramos cortos en Sudamérica, sino que más largos de 14 noches y 15 días que es lo que se hace hoy entre San Antonio y Buenos Aires", advierte una fuente de la industria.

Lo anterior se produce básicamente por dos razones: porque están llenos con los tramos largos y debido a que el ofrecer un tramo corto los obligaría a implementar un sistema de ventas, de booking, y de aproximación al mercado. En suma, el ingreso potencial sería muy bajo respecto al costo que tienen que poner para hacer marketing y vender ese producto.

Otro punto es que la ley está promulgada pero no existe un reglamento que la respalde. Nada se conoce, por ejemplo, respecto a sus alcances tributarios. ¿Es sólo el IVA al pasaje o habría que pagar un impuesto a la renta en base a las utilidades? "Nada de eso está reglamentado", advierten en el sector.

Pero uno de los temas más cuestionados apunta a la restricción de una capacidad mínima de 400 pasajeros para poder operar. "Eso en términos prácticos obliga a las líneas a vender un producto cuya demanda hoy no existe en el mercado. Establecer una ruta permanente en Chile, durante todo el año con un buque mayor a los 400 pasajeros, implica que el costo de operación de esa nave es altísimo y la demanda potencial para llenarlo de manera semanal en Chile no existe", subrayan en la industria, agregando que la única forma de que la ley diera resultado y que las líneas se pusieran a estudiar la apertura de nuevas rutas, es que se libere la restricción a los 400 pasajeros.

Una limitación

En esa línea, el presidente de la Corporación de Puertos del Cono Sur, Carlos Mondaca, subraya que existen obstáculos que impiden el desarrollo de nuevos mercados. "La restricción actual que posee la ley de cabotaje es una limitación para que cruceros de menor eslora puedan operar desde nuestras costas y creemos que eso limita a los cruceros que van a la Antártida y que hoy parten, en su mayoría, desde Argentina", consigna el titular de la entidad que agrupa a los puertos nacionales que reciben cruceros y a otras agrupaciones relacionadas.

A ello suma que "el contar con naves de compañías como Ponant o Hurtigruten podría abrir nuevos circuitos como Juan Fernández o Rapa Nui".

El gerente general de Destination Management Chile (DMC), Claudio Nast, advierte que el tema es reciente y que, de acuerdo al comportamiento habitual del sector, si hay una línea que se interese el resto la seguirá. El tema es que el ejecutivo admite que, por ahora, esa atracción no existe.

"La verdad que el tema está todavía muy en pañales y en realidad hasta ahora ninguna empresa se ha mostrada interesada, creo que es clave que una comience a activarse en este sentido para que las otras la sigan. Así funciona la industria en esta materia y esperamos que eso suceda", remarca el ejecutivo de uno de los principales operadores turísticos del negocio de los cruceros en el país. También destaca la opción de reforzar la existencia de esta ley en la próxima Feria Seatrade que se efectuará en el mes de abril, en Miami.

"Siempre son buenas oportunidades como la Seatrade para promover las distintas alternativas que ofrece cada país que recibe cruceros", menciona.

Por último, el CEO de IMS Group, Julio Bustamante, advierte que se requieren cambios para que la normativa sea realmente efectiva. "A las líneas de cruceros grandes no les interesa mayormente porque ellos vienen con sus pasajes vendidos, quizás acá podrían complementar con pasajeros nacionales, pero con la restricción de pasajeros no se podría", dijo el ejecutivo, que pone en duda también la existencia de una demanda nacional que sea atractiva.

"Otro tema importante que se pasó por alto en la ley es el tema del empleo, de asegurar un porcentaje de plazas para los trabajadores nacionales (...) y creo que a futuro sería interesante explorar con la marina mercante nacional un complemento entre carga y pasajeros para descongestionar las carreteras", concluyó en personero.

Existen rutas que podrían interesar

En la industria advierten que por lo menos hay 10 rutas que se podrían abrir de manera permanente y que son complementarias a las rutas de los armadores nacionales, a los cuales se busca proteger con la restricción de los 400 pasajeros. Además agregan que el desarrollo de rutas con cruceros internacionales vendría a potenciar con demanda agregada, la actividad de los armadores nacionales sin menoscabar sus intereses y menos su venta.

2019 se promulgó la ley que permite el cabotaje de pasajeros en los puertos nacionales.

400 pasajeros es la capacidad mínima que deben contar las naves que hagan este servicio.