La educación
Mucho se ha dicho que la causa de la situación que vivimos es la gran desigualdad que hay en Chile. Sin entrar a discutir esta afirmación, estimo que hay otro problema anterior y más grave, que es la mala calidad de la educación. No me refiero a la que entregan los establecimientos de enseñanza, que en realidad es instrucción, sino a la que entrega la familia. Es en la familia donde se aprenden virtudes y valores, donde se aprende a pedir permiso y dar las gracias, donde se aprende que todo lo que vale la pena en la vida requiere un esfuerzo. Una educación centrada en el respeto al prójimo, que abarca desde los aspectos más elemntales, como saludar, hasta los más exigentes como actuar honestamente. Lamentablemente la familia se ha visto afectada por esta oleada de consumismo que obliga a los padres a estar menos tiempo en la casa para poder sostener el nivel de vida que exigen los tiempos actuales. Poco tiempo queda para educar a los hijos.
Pablo Müller Contreras
Cuidemos la verdad
Un reciente estudio hecho por la compañía de seguridad Kaspersky determinó que el 70% de los chilenos son incapaces de detectar noticias falsas. Cifra preocupante si además se tiene en consideración la gran cantidad de información errónea que ha circulado durante los últimos meses en nuestro país.
La impulsividad y la satisfacción que provoca compartir algo que refuerza nuestras creencias pudo más que el raciocinio y la prudencia. Sin embargo, no está demás recordar que las noticias falsas no distinguen color político, raza, ideología o religión, siendo todos susceptibles a caer en ellas y, pero aún, a ser víctimas de ellas.
Por lo mismo, es imperativo que la ciudadanía se tome en serio el peso que la desinformación tiene para la salud de nuestras democracias, sobre todo en un momento tan crítico como este en donde la más mínima mentira puede resultar fatal. No vaya a ser que terminemos cavando nuestra propia tumba.
Bárbara Haas, Fundación para el Progreso
Buena pregunta
A la fecha no he leído ni escuchado a ningún personero público de categoría, representante del Estado, léase, senadores, diputados, ministros, jueces, presidentes de partido, etc., indicar la manera de solucionar el conflicto social actual, en el cual estamos pegados, sin atropellar los DD.HH. y no caer nuevamente en una dictadura. Y no se vislumbra, en un horizonte de varios meses, una solución al conflicto. Se ha plegado a esta crisis, la juventud fanática de barras en los estadios, destrozando todo, cuando el partido de ellos pierde. La quemazón de buses continúa, el comercio, a pesar de estar atrincherado, es atacado por vándalos diariamente. Y esto se repite a lo largo de todo nuestro territorio. Lo mínimo que podemos pedir, los ciudadanos neutrales que estamos de observadores, es que alguien de peso, que pretenda un cargo en la magistratura, sin tapujos, nos diga, antes de ser electo, cómo va a atacar este ominoso conflicto social. Recordemos, que una nueva Constitución, por muy mejor que sea, no va a solucionar la crisis.
Renato Norero Valenzuela
Mercado inmobiliario
Mucho se ha hablado de que podría haber una contracción en los precios de las propiedades. Los factores que explicarían este eventual escenario son varios: el alto stock de segundas viviendas en arriendo, el alza de las tasas de interés y el deterioro del mercado laboral, tanto en empleos como en salarios.
Sin embargo, es bueno poner más antecedentes sobre la mesa antes de sacar conclusiones.
Es cierto que hay una oferta significativa de viviendas compradas a modo de inversión, para su posterior arriendo. Este fenómeno ha pasado con fuerza en Santiago y se ha replicado en grandes ciudades, como es el caso de Valparaíso. Pero hay que considerar que la necesidad de vivienda es básica e irremplazable. En alguna parte hay que vivir. De presentarse una contracción salarial o un aumento de la cesantía, las personas efectivamente dejarán de evaluar la opción de comprar, y estarán obligados a arrendar, quizás en algún lugar más pequeño.
Además, no hay que olvidar que hay otra demanda cautiva, como matrimonios jóvenes, universitarios, extranjeros o separados que generalmente están en búsqueda de una solución habitacional transitoria, como lo es el arriendo.
Por otro lado, las tasas de interés efectivamente han presentado un alza importante en los últimos meses, pero es bueno poner las cosas en perspectiva. Aún son muy atractivas e incluso si suben dos puntos porcentuales más, son condiciones similares a lo que había hace una década.
Víctor Danús, ProUrbe Gestión Inmobiliaria