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ENTREVISTA. Felipe Ward, ministro vocero (s) de Gobierno, sobre el primer desafío electoral que enfrenta la actual administación:

"El proceso constituyente avanza; como Gobierno tenemos un rol de ser garantes"

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"Si bien es muy importante la libertad de expresión, nunca eso autoriza el insulto, la funa, las amenazas. No es posible que nos empecemos a acostumbrar a que estas cosas ocurran". "Siempre existe la apertura al diálogo y a la posibilidad de llegar a acuerdos. Es algo que, en este edificio, en el Palacio de La Moneda, siempre va a ocurrir. Las puertas aquí están abiertas".

Redacción

redaccion@mediosregionales.cl

Al ministro vocero (s) Felipe Ward le quedan pocas horas en ese rol. La titular del cargo, Karla Rubilar, regresará mañana directo a presentar la campaña informativa del Gobierno para el plebiscito constitucional del 26 de abril.

En esta semana que estuvo en el puesto a Ward le pasó y le preguntaron de todo: desde las presuntas coimas en una repartición del MOP en el sur hasta si las autoridades pueden pronunciarse a favor o en contra de alguna opción para el plebiscito, como lo hicieron Felipe Guevara y Felipe Alessandri. "Es algo muy desafiante, muy entretenido y que requiere total concentración, así que doble admiración por el rol que cumple la vocera", declara el titular Segpres y cuenta que varias veces al día tuvo conversaciones con el Presidente Sebastián Piñera, que estaba de vacaciones, pero trabajó igual y hasta hizo dos giras.

"Le cuesta desconectarse, pero en el buen sentido de la expresión. Ha tenido vacaciones parciales, ha hablado todos los días con su equipo político", asegura el ministro UDI.

-¿Cómo ha visto este verano? ¿Violento, políticamente más movido?

-Sí, ha habido mucha contingencia, ha sido un febrero especial, ha sido un inicio de año especial y es un período distinto a raíz de lo que ha ocurrido desde octubre en adelante. Ha sido un febrero más político y ha sido bastante comprensible.

-¿Cómo ve la situación de violencia y de intolerancia que se ha visto? En veranos anteriores no ocurría que en los festivales costumbristas bajaran a los animadores o a los humoristas prácticamente a pifias y gritos.

-Creo que esa es una mala noticia, da cuenta de una sensación de tolerancia a cosas que no estábamos acostumbrados. Si bien es muy importante la libertad de expresión, nunca eso autoriza al insulto, a la funa, a las amenazas. No es posible que nos empecemos a acostumbrar a que estas cosas ocurran, porque no son divertidas ni tampoco son masivas. Muchas veces ocurre que hay un grupito de diez personas que son las que empiezan con estos insultos y el resto tolera. Creo que la tolerancia a los insultos es algo que no debemos aceptar, es algo que no solo el Estado, sino también los ciudadanos pueden contribuir a que no ocurra. Un ejemplo concreto fue lo que pasó en Arica con Américo, que se dio cuenta que eran muy poquitas personas los que estaban haciendo eso, y los emplazó con micrófono en mano y tuvo una muy buena reacción del público que quería seguir viendo el espectáculo. Es parecido a lo que ocurre en algunos lugares de Chile donde unos pocos desordenan o quiebran el orden público. No tenemos que ser tolerantes a eso.

-¿Apoya entonces lo que está pidiendo la organización del Festival de Viña, de no injuriar ni imputar otros delitos con frases a las autoridades?

-Sí, pero si uno hace un llamado a que no se manifiesten contra tal o cual persona, puede terminar siendo una invitación a que eso ocurra. Creo que Chile ha mostrado una cara nueva en el sentido de que los ciudadanos dijeron "no vamos a esperar pasivamente a los políticos a que sigan poniéndose de acuerdo, porque eso no ha ocurrido durante muchas décadas". Pero en conjunto con eso, creo que también tenemos que mostrar una tolerancia cero frente a amenazas, insultos, se trate de personas que ejerzan un cargo de autoridad o no. ¿Por qué vamos a aceptar un show o qué responsabilidad puede tener un humorista en la crisis social? Eso es algo que no se entiende, uno no puede faltarle el respeto a la primera persona que tiene adelante. Hay tradiciones muy bonitas, como son los festivales que se desarrollan en distintos lugares de Chile, que se han visto afectados por esta falta de comprensión de pocas personas, pero al mismo tiempo de muchas personas que toleran que eso ocurra. No nos acostumbremos a que eso pase.

-¿Le ha pasado, le ha tocado enfrentar alguna funa?

-Sí, me ha tocado en un par de ocasiones y uno entiende que forma parte de la rabia que siente la ciudadanía hacia el mundo político, pero si se ejerce eso con violencia, con amenazas, no es aceptable, y la gran parte de quienes estamos con mayor exposición pública hemos sufrido ese fenómeno, que es algo que no me parece bien.

-¿Es una agresión, finalmente?

-Sí, las agresiones no son solamente físicas, también son verbales y hay veces en que uno está acompañado por su familia y no tiene por qué aceptar que estas cosas ocurran. Espero que vayamos todos comprendiendo que si bien hay una rabia ciudadana, tiene que ser bien encauzada y nunca confundirla con insultos.

-¿Esto está contaminando un poco el proceso constituyente que se está iniciando?

-Creo que no. El proceso constituyente va avanzando de forma muy robusta y nosotros como Gobierno tenemos un rol de ser garantes y ser facilitadores de ese proceso, y creo que va bien encauzado. Todas las fuerzas políticas comprenden la importancia de este proceso y si bien hay discrepancias y diferencias, como es normal en política, creo que hay una sola noción respecto al 26 de abril y es que tiene que ser un día en que la ciudadanía se manifieste libremente y pacíficamente.

-¿Qué le parece que haya organizaciones y partidos políticos que tengan menos de un segundo en la franja electoral?

-Esa es una decisión que toman organismos autónomos y no el Gobierno. Obedece finalmente a las reglas del juego, pero más allá de la franja, han cobrado hoy mucha importancia otros medios de comunicación y las redes sociales. De hecho, una parte mayoritaria de la población se informa a través de estos medios, como las redes sociales, que han adquirido tanta o más importancia que los canales de comunicación regulares. Creo que esa decisión puede tener un equilibrio en otros medios.

-¿Es más difícil informar sobre estos procesos?

-Pienso que la ciudadanía tiene más acceso a más información y gracias a eso son muy pocas las personas que pueden decir que no tienen idea lo que va a pasar en abril. La gran mayoría de los chilenos está informada y eso hace mucho más fácil la labor de difusión que tenemos que hacer de este proceso.

-Hay un poco de virulencia en algunos videos que ya se están mostrando. ¿Qué le parece?

-Efectivamente hay posiciones que están siendo dadas a conocer a través de palabras fuertes, a través de argumentos bien fuertes también, diría yo. Creo que la ciudadanía va a tener que evaluar. Cuando uno expresa una intención en torno a una decisión favorable o contraria, en el caso de la pregunta del 26 de abril, también hay que ponderar los argumentos y ponderar la capacidad para darlos a conocer de manera tranquila. A veces uno cuando no tiene muchos argumentos tiene que recurrir a otro tipo de expresiones y creo que eso también va a ser evaluado por la ciudadanía.

-¿Ese sería el llamado del Gobierno?

-El llamado del Gobierno es a que se manifiesten las posiciones de forma libre. Nosotros tenemos que ser garantes, facilitadores y respecto de la decisión individual no podemos pronunciarnos.

-Si bien los funcionarios públicos no pueden hacer campaña o pronunciarse en horario de oficina, ¿sí podrían decir su opción sin llamar a votar por ella o es mejor abstenerse totalmente?

-Respecto del llamado del Presidente a la prescindencia, hay que recordar que los funcionarios públicos, y eso está en dictámenes que ha emitido la Contraloría, nunca deben ejercer labores que tengan que ver con política partidista o de campaña en horarios de oficina y menos involucrando recursos públicos. Esos son los dos principios generales. Respecto de las personas que tienen cargos de confianza del Presidente de la República, ahí la responsabilidad es mayor. Si bien conservamos los derechos que tenemos como ciudadanos, tenemos que comprender que si un ministro, un intendente un subsecretario, un gobernador, un seremi, va a una reunión, aunque sea un domingo, finalmente la sola presencia de esa persona habla de una posición política. La prescindencia debe ser tomada con más responsabilidad mientras más cerca se está del Presidente de la República.

-¿Qué pasa con la posición contraria? Los acusan de hacer campaña del terror.

-Es normal que existan este tipo de preocupaciones, pero la ciudadanía no se confunde tan fácilmente. Puede que alguien quiere presentar argumentos exagerados para determinar la votación en uno u otro sentido, pero la ciudadanía está mucho más informada. Si hay una campaña del terror, eso no va a tener ningún efecto.

-El alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, lo sufrió hace unos días cuando manifestó su opción públicamente. ¿Le ha costado un poco ordenar las filas en Chile Vamos ahora que no está el Presidente?

-Tenemos una coalición sumamente ordenada. Quiero agradecer a los presidentes de los partidos, a los parlamentarios, a los alcaldes, porque si bien existe la libertad de expresión, han comprendido que desde el Ejecutivo y desde el rol de quienes trabajamos en el Ejecutivo, tenemos que garantizar la prescindencia. Agradezco lo que hizo el alcalde Alessandri, que pidió disculpa por la forma en la cual expresó lo que dijo. Agradezco mucho que haya corregido el tono.

-¿Qué espera usted de Chile Vamos en la franja? Está dividido todo.

-Creo profundamente en la libertad de expresión, en el respeto, en el trabajo en equipo también. Si somos capaces de canalizar adecuadamente las diferencias políticas que puedan existir dentro de la coalición, vamos a salir fortalecidos. Es evidente que dentro de Chile Vamos hay más de una posición con respecto a las definiciones del 26 de abril. Lo que le corresponde al Gobierno es comprender que eso existe, garantizar a nivel nacional que todos se puedan expresar libremente y permitir que este proceso resulte bien.

-Las tensiones internas, ¿no termina afectando la evaluación que tiene la ciudadanía del bloque?

-Creo que eso afecta la evaluación que tiene la ciudadanía respecto de la política en general. Hoy día hay una distancia entre la política y la ciudadanía, hay un puente cortado entre la política y la ciudadanía y el Gobierno no es ajeno a esa situación. Hay una sensación de que el Gobierno puede hacer más y estamos empeñados en eso. Como equipo político vamos a seguir encauzando las soluciones a los problemas que nos están planteando los chilenos todos los días. Está claro el diagnóstico: la ciudadanía nos habla de pensiones, de salud, de educación y, si bien hay una crisis institucional que afecta a todas las instancias políticas, como Gobierno tenemos una responsabilidad de sintonizar con esas preocupaciones ciudadanas y lo estamos haciendo todos los días.

-¿En qué parte de la crisis estamos?

-Es muy difícil saberlo. Uno no tiene que tentar al destino con análisis que quizás no tienen suficiente información. Suscribo lo que ha señalado el Presidente, en el sentido de que ojalá seamos todos capaces de enfocarnos en las soluciones. Teniendo claro el diagnóstico, creo que esta es la etapa de las soluciones, eso es lo que me atrevo a decir. Y desde la política está bastante claro lo que hay que hacer. La ciudadanía nos está pidiendo mejores pensiones, remedios más baratos, educación de calidad, salud más accesible y eso es lo que estamos haciendo mediante los proyectos de ley que hemos presentado. El diagnóstico está claro: hay una sensación de distancia entre la política y la ciudadanía y esta es la época de las soluciones. ¿Cuánto va a durar? Eso nadie lo sabe. ¿Qué tiene que hacer el Gobierno? Eso sí lo sabemos.

-¿Qué le parecen aquellos que están preparándose para enfrentar un marzo más violentos, incluso desde Chile Vamos?

-Eso para nosotros es sumamente importante. Hay muchas personas que preguntan cómo se viene marzo. Para nosotros marzo es una oportunidad. Hay muchos proyectos de ley y las prioridades para nosotros son pensiones, que está aprobado en la Cámara de Diputados, el ingreso mínimo garantizado, que les entrega a los trabajadores que reciben el sueldo mínimo una cantidad de 59.200 pesos directamente para su bolsillo, no imponible ni tributable, y está también el plan de salud único que está en discusión en el Congreso, además de la reforma constitucional que permite a las Fuerzas Armadas proteger infraestructura crítica. Esos son los proyectos más importantes que tenemos en marzo y por eso como Gobierno lo planteamos como una oportunidad, porque si nos basamos en los rumores, obviamente que estaríamos todos doblemente preocupados, pero basados en la evidencia lo relevante es que nos concentremos en apoyar estos proyectos de ley entre el Ejecutivo y el Congreso. Creo que eso puede contribuir.

-¿Le preocupa al Gobierno lo que pueda ocurrir en la calle? Hay varios llamados a marchas, a protestas, varios han dicho que marzo no será normal.

-Hay dos situaciones que se han estado dando de manera paralela en las calles en Chile. Uno son las legítimas demandas ciudadanas que se levantan de forma pacífica desde la ciudadanía. Esas demandas el Gobierno las mira con atención y espera poder satisfacerlas. Eso nos parece legítimo. Sin embargo, existe al mismo tiempo una situación que tiene que ver con el orden público en la que menos personas, aunque lamentablemente no son tan pocos como uno quisiera, están en muchos lugares provocando desmanes, incendios, saqueos, participando de delitos, sin la intención de levantar ninguna demanda social. No hay que confundirlos con el primer grupo, pero de ellos también se tiene que hacer cargo el Gobierno.

-¿Faltan líderes políticos y sociales que llamen a rechazar totalmente la violencia?

-El 15 de noviembre prácticamente todas las fuerzas políticas firmamos un acuerdo en torno al proceso constitucional y en torno a la paz. Creo que siempre va a ser necesario que las autoridades políticas en Chile sean capaces de ratificar este acuerdo y que en la práctica aporten a las medidas que está tomando el Estado. Es importante que haya unanimidad. No hay que elegir entre el respeto a los derechos humanos y el orden público. Se pueden hacer ambas cosas al mismo tiempo. Uno espera que de los líderes sociales también exista este apoyo. Aquí el Gobierno tiene toda la intención de garantizar el orden público y respetar los derechos humanos simultáneamente. Con el apoyo de las fuerzas sociales y políticas, Chile lo va a lograr.

-Alguna vez fueron las fuerzas sociales a La Moneda, pero luego cortaron relaciones. ¿Está previsto retomar esa relación antes del plebiscito?

-Siempre existe la apertura al diálogo y la posibilidad de llegar a acuerdos. Eso es algo que, en este edificio, en el Palacio de La Moneda, siempre va a ocurrir. Las puertas aquí están abiertas.

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