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ENTREVISTA. Ignacio Santa maría, coordinador y vocero del movimiento Alerta Chile:

"Va ganar el rechazo porque la gente comenzó a entender que este proceso tiene una falla estructural"

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Paola Passig

"La improvisación en una cosa tan estructural como es la creación de una nueva Constitución, será caldo de cultivo para enfrentamientos futuros", advierte Ignacio Santa María, coordinador, uno de los fundadores y vocero de Alerta Chile, movimiento ciudadano que se conformó tras el estallido social del 18 de octubre con el propósito de "colaborar en el reencuentro de los chilenos". El empresario pasa revista a lo que ha sido el proceso constituyente y explica por qué están por el rechazo.

- ¿Qué le parece que la futura franja electoral incluya a las organizaciones y movimientos ciudadanos?

- La verdad es que como se estructuró la franja es una muestra más de la improvisación con la que se ha hecho todo este proceso. Para empezar, no tiene mucho sentido que una postura, el rechazo, tenga el 25% del tiempo y la otra postura, el apruebo, e independiente del formato, tenga el 75%. Esto es una muestra de que la negociación, que se hizo presionada por un vandalismo extremo, da cuenta de que al menos estaba diseñado tendenciosamente. Por eso digo que la franja ya partió mal. Pero bueno, la franja se va a distribuir como se tenga que distribuir y al final se consiguió un espacio para los movimientos independientes. Pero es tanta la cantidad de agrupaciones y de intereses que no nos hemos enfocado en la franja, porque para salir como Rosa de Arica mostrando un logotipo, pues no. Esto le sigue restando credibilidad al proceso.

- ¿En qué sentido?

- Es que no es un proceso que se haya gestado después de un largo análisis, sino que se generó en una noche en que todo el mundo estaba muerto de susto. Entonces, la franja, el procedimiento, cómo se distribuirá el tiempo, cómo será la votación, los nombres asignados al proceso -apruebo o rechazo- es la consecuencia de un proceso que está poniendo en riesgo muchas más cosas que la franja.

- ¿Cómo cuáles?

- La institucionalidad. Implícitamente se está diciendo que el Senado y la Cámara, que tienen el rol de estructurar las leyes, no sirven y ahora hay que ir por otro lado y que la gente vaya y diga lo que se tiene que hacer en un tema constitucional que es tan delicado y técnico. Pero al final los constituyentes, que los pondrán los partidos políticos, van a tratar de que en un periodo equis se llegue a un acuerdo para dejar tranquilo a todo el mundo. Sin embargo, el problema es otro: el diseño que se hizo de cómo se va a redactar se hizo para que no haya ningún acuerdo. Es muy grave que tú generes un proceso donde, por la regla del tercio más uno, se pueda generar un documento que no tenga nada relevante porque necesitas un tercio más uno para no poner algo ahí. Entonces, si no quiero que algo quede en la Constitución y tengo un tercio más uno, no quedará en el texto. Esto implica que será imposible llegar a un acuerdo de algo que será parcial y que no va a cumplir el propósito de la constitución, cualquiera que sea, que es generar por amplias mayorías un consenso de cuáles debieran ser las cosas centrales. Esto que se generó tiene la falla de que no podrá cumplir su objetivo.

- ¿La franja tampoco servirá?

- Tendrá menos peso por la irrupción de las redes sociales.

- ¿Qué explica que Alerta Chile busque el rechazo?

- En Alerta Chile no estamos en contra de modificar cosas de la Constitución. Somos un movimiento ciudadano, nunca hemos estado en la política, que tenemos cosas en común con la gente de centro y de centroizquierda con los que perfectamente nos podemos poner a opinar de cosas relevantes, pero una cosa es conversar eso y otra es quedar a cargo de la construcción de la institucionalidad y eso debe hacerse de forma más pausada. No es que no queramos cambios, nosotros aprobamos que haya mecanismos que puedan resolver los problemas de la gente. ¿Quién no pudiese estar a favor de eso? ¿Quién con dos dedos de frente hoy no podría aceptar que, dada la situación, el ambiente y las presiones sociales que hay en Chile no se podrá cambiar nada en la Constitución? Hoy en Chile están dadas las condiciones para que se escuche con mucha atención que se quiere modificar las cosas más sensibles. Por tanto, no se necesita ir a dinamitar, porque cuando partes de cero -que es la famosa hoja en blanco que ya es un cliché- lo que se está diciendo es que en nueve meses nos ponemos de acuerdo o no sé qué. ¿Qué va a pasar si la gente que queda a cargo no llega a acuerdo? Por eso Alerta Chile rechaza todo este procedimiento.

- ¿Y cuál sería el riesgo?

- El camino que han tomado los promotores de este procedimiento es tratar que una porción de la ciudadanía vea en la otra porción a la fuente de todos sus problemas y que deben enfrentarse. Y eso no es así. La gente no se separa porque es de estrato pobre, medio o alto, se separa por otras cosas, por la capacidad que tiene de esforzarse o de gustarle ciertas cosas. Los chilenos son transversales. Por eso creemos que esta mirada de que prácticamente los chilenos se deban enfrentar en esta hoja en blanco es equivocada, injusta y peligrosa.

- ¿Por qué?

- Cuando vas en aras de construir, pero pones a los otros como adversarios, el diagnóstico es muy malo. ¿Qué va significar esto? Las cosas van encadenadas y si el procedimiento para modificar aspectos de esta Constitución te lleva a que durante dos años no sabes cómo va terminar, el país va a jugar el "un dos tres momia es" porque no podrá haber inversión ni desarrollo. La gente está preocupada, asustada. ¿Quién hará grandes inversiones en ese escenario? Y no lo van a poder hacer y no porque no tengan posiciones políticas, sino porque no se van a atrever. Si la economía entra en un proceso de paralización por dos años, los que más van a sufrir son aquella gente que supuestamente hay que ayudar. Vamos a tener un país paralizado, con gente asustada por la cesantía y todos más pobres. En ese escenario, y cuando se trata de construir sobre un proceso, no veo por dónde pueda salir bien todo esto.

- ¿Pero qué proponen?

- Como movimiento social apolítico, pero de pensamiento de centroderecha, estamos diciendo que no aceptamos este procedimiento. Nosotros interpelamos a todos los políticos, de todos los partidos, a que se pongan a hacer las cosas que los ciudadanos estamos pidiendo. Queremos que las cosas funcionen, queremos reencontrarnos con el otro lado, no queremos que vean a los que tenemos mejor situación como enemigos porque no lo somos. La pregunta es ¿quién está tratando de generar ese discurso? ¿Quién está diciendo que debiéramos enfrentarnos? Ahí hay que poner el ojo porque esto sólo nos va a llevar a un clima de confrontación y de pérdida de recursos que este país necesita para solucionar los problemas que el movimiento social ya dejó absolutamente nítidos. Lo que está claro es que la ciudadanía va poner presión y comenzará a opinar para cambiar a un sistema político "achanchado". Lo que no podemos hacer es dinamitar la estructura del país, que con todos los problemas que tiene ha ido lentamente mejorando. Y estos procesos de tensionar a la gente a veces terminan muy mal.

- Para muchos esta postura implica una campaña del terror.

- Nosotros estamos rechazando el camino que nos va a llevar por dos años a confrontar no sólo los artículos y cada coma, sino porque eso, sumado a una economía deteriorada y a la rabia de la gente, no tiene buen pronóstico. No digo que el rechazo vaya a arreglar todo, pero queremos que la gente vote para seguir construyendo Chile sobre la base de lo que hemos logrado. Yo creo que va ganar el rechazo porque la gente está entendiendo que este proceso tiene una falla estructural. Ahora, hay que tener claro que si no se logra ser exitoso en este proceso, nuevamente la cosa va a explotar. Entonces, nosotros estamos rechazando eso, no las ansias de la gente por los cambios.

"Como se estructuró la franja es una muestra más de la improvisación con la que se ha hecho todo este proceso. Para empezar, no tiene mucho sentido que una postura tenga el 25% del tiempo y la otra el 75%".

"Creemos que esta mirada de que prácticamente los chilenos se deban enfrentar en esta hoja en blanco es equivocada, injusta y peligrosa, porque el resultado, tal como están las cosas, no será bueno". "Vamos a tener un país paralizado, con gente asustada por la cesantía y todos más pobres. En ese escenario y cuando se trata de construir sobre un proceso improvisado, no veo por dónde pueda salir bien todo esto".