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JUSTICIA, EL CINCEL DE LA PAZ

"Defensa de la dignidad de las personas y libre acceso a la justicia"
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La justicia es el cumplir la voluntad establecida por el legislador, pero también llevar adelante la solución de problemas que enfrentan los seres humanos. En este sentido la justicia nos brinda una conducción de país, ya que advertimos que hay alguien que vela por nuestros derechos y que nos va a obligar, de ser necesario, a hacer lo que tenemos que hacer, llevando adelante nuestros destinos.

"Todo el mundo debe tener la posibilidad de justificarse; de obtener la verdad; e incluso más, de recibir lo que le corresponde. Entendemos que la justicia no solamente es un derecho, sino también una obligación de quienes vivimos en medio de la sociedad", señala el padre Gonzalo Bravo, presidente de la Corporación La Matriz y profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, PUCV.

Para la Corporación La Matriz, tener un consultorio jurídico significa la oportunidad de establecer estos legítimos derechos y obligaciones a quienes no tienen el acceso económico y/o social a los tribunales de justicia.

En este sentido Pablo Fernández, coordinador del Consultorio Jurídico de La Matriz, destaca la dimensión legal como parte de la misión humanizadora de la sociedad y que esta dimensión está relacionada directamente con el fondo de la labor del consultorio. "Esto no es sólo una asistencia o un acompañamiento de carácter técnico, sino que es un espacio de encuentro en el que se acompaña a un ser humano. No solo vienen para resolver un problema legal, sino a ser escuchados y acompañados". Agrega que esto marca tal vez la diferencia con otros programas o proyectos de asistencia jurídica o legal.

"Creemos que la justicia es el cincel de la paz; pero, también somos conscientes de que es imposible construir paz, sin justicia". Agrega el padre que "para nosotros poder establecer un lugar donde se fortalezca la justicia es un mundo nuevo. Es contribuir a una sociedad más unida y acorde al derecho, de modo de que el respeto también se traduzca en la posibilidad de establecer normas concretas de vida comunitaria, social y también personal".

En este contexto la Corporación La Matriz a través de su consultorio jurídico, cumple un rol de fortalecimiento regional y un referente de justicia y paz. Los cimientos de esta labor, agrega Pablo Fernández, se construyen con buena voluntad, respeto, confianza y búsqueda de la defensa de la dignidad de las personas.

La justicia también construye respeto y paz. Es imposible establecer una sociedad justa sin respeto. "Esto es una tarea permanente para nuestra institucionalidad; será un desafío para este año y siempre", enfatiza el padre Gonzalo.

Más que nunca e igual que siempre, la labor de la justicia "social", otro matiz que tiene la justicia, debería estar incubada en nuestros corazones y creemos que la Corporación puede ser un medio para poder iluminar con la belleza de la justicia a tantas personas que no tienen los recursos para recurrir a ella.

"Agradecemos a quienes llevan a cabo este consultorio, no solamente por la gratuidad de sus funciones, sino también por ofrecer una oportunidad de hacer crecer un Chile más justo", puntualizó, Gonzalo Bravo.

CONCRETIZANDO SUEÑOS

La cultura del sueño es un hecho propio del tiempo presente en donde se van incorporando las diversidades, así como las teselas de un mosaico; una obra que requiere tiempo, paciencia y trabajo en equipo.
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Entendemos que la Corporación La Matriz al generar el Proyecto "La Escalera de los Sueños", cuajado y plasmado artísticamente por el pintor Gonzalo Ilabaca, en una tarea colaborativa con la comunidad, aporta al compromiso con Chile para entender que la diversidad no solamente es posible, sino que es loable y factible, en la realización de los grandes sueños.

"Creemos que la cultura no es un lujo, sino que es un derecho de poder expresar desde las diversidades, para fomentar lo que son los pensamientos propios", declara el padre Gonzalo Bravo, presidente de la Corporación La Matriz y profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, PUCV. Agrega que, "es por eso que una Corporación que tenga la cultura social y urbana como uno de los pilares de su existencia, pasa a ser un puente de convergencia para distintas posiciones que confluyen en unidades, diversidades y sobre todo en desarrollo humano".

En torno a la contribución del Proyecto de Mosaicos y su dimensión patrimonial y humana en el Barrio Puerto, Gonzalo Ilabaca, destaca que el programa "apunta a embellecer el hábitat, de manera de potenciar el cuidado del espacio público con el fin de que sus habitantes, ya sea como residentes y/o voluntarios en la confección del mosaico, puedan ser parte del cuidado de su propio entorno. También el mosaico es una intervención artística contemporánea, que le da un valor agregado -cultural- a un lugar que de por sí tiene un rico valor patrimonial y fundacional de Valparaíso. Agrega, como aporte a la justicia, que el proyecto "genera una mayor paz, limpieza, comunidad y cultura en el entorno y, al mismo tiempo, una mayor justicia al valorar los espacios olvidados de los porteños olvidados".

La consolidación de la protección del patrimonio y la dimensión de la humanidad, considera tres pilares, igual de importantes y que requieren de distintos cuidados, por sus distintas necesidades, señala Gonzalo Ilabaca.

"El ser humano vive en comunidad y entre todos construyen un hábitat. Por lo tanto cada habitante, cada comunidad y cada hábitat son un mismo cuerpo; un triángulo indivisible. Si falla cualquiera de los tres no habrá equidad, justicia, paz ni tampoco humanidad del patrimonio". Agrega que, "el habitante necesita familia, cariño, trabajo, alimento, salud, educación, vivienda. La comunidad necesita el orden, la seguridad, la limpieza, la solidaridad y la participación en las decisiones que impacten en su entorno para resguardar el bien común. El hábitat necesita el cuidado de sus espacios públicos, el cuidado ambiental y arquitectónico que asegure el divertimento y el resguardo de la memoria y la historia de esa comunidad y su proyección hacia el futuro".

Claramente el Proyecto "La Escalera de los Sueños" es un aporte al entorno en una multiplicidad de frentes. Destaca Gonzalo Ilabaca en este aspecto que, al ser un trabajo voluntario -comunitario- en un espacio público degradado y olvidado del Sitio Patrimonio de la Humanidad de Valparaíso, "el mosaico, a través de lo cultural, pretende ser un grano de arena y al mismo tiempo una aguja de acupuntura que actúa permitiendo el limpio circular de la energía del gran cuerpo que es Valparaíso". "Es por lo tanto una energía y al mismo tiempo, un llamado de atención y una súplica para cuidar el hábitat y reactivar la historia y la memoria de la única Ciudad Patrimonio de la Humanidad que tiene Chile". Agrega que "actúa por lo tanto en el hábitat -desde lo voluntario y a través de lo cultural- para tener mejor comunidad y finalmente mejor calidad de vida de los porteños".

Cabe mencionar que la cultura, no es un elemento "añadido" a la misión de la Corporación. Entendemos que ésta a través de un proyecto como lo es "La Escalera de los Sueños", junto con brindar una instancia histórica al Barrio Puerto de convocar a los habitantes y visitantes en torno a la belleza de la pintura; de la escultura urbana, marcará un hito para ser forjado, admirado y visitado por muchos. "En una ciudad puerto como es Valparaíso, donde entran y salen tantas naves, esperamos contribuir como Corporación dando vida a nuevas naves de esperanza, de amor y de gozo", puntualizó el padre Gonzalo.

Invitamos a todos quienes quieran sumarse como voluntarios y aprendices del oficio del mosaico a ser parte de una obra que estará en medio de la ciudad, para admiración de todos y todas.